Sustraccion mental

In memoriam de Aura, que me enseñó el valor del trabajo duro para tener lo que necesito para vivir en esta tierra y a conocer las intenciones de las personas a profundidad.

In memoriam de Felipe, que me enseñó los mundos y las ideas que viven en los libros y que necesito para convivir con los demás.

No pude aprender de mejor manera que vivo en varios mundos a la vez:
El mundo de los pumas en la tierra, de las serpientes debajo de la tierra y el del  cóndor en el cielo; según aprendí de las creencias de los Incas en Perú.

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A quienes y cuanto    como muestro   como enseño   como interactúo  que herramientas uso

¿Desde cuando no mira una mariposa revolotear en un jardín y no distingue los diferentes colores de verdes que tiene la vegetación a nuestro alrededor? ¿O desde cuando no le dice a un familiar que le hace falta? ¿Desde cuándo no aprecia el sabor de ese pastel que prepararon en su casa con tanto amor para usted?

Nos hemos acostumbrado tanto a tomar por normal todo lo que nos sucede que muchas veces no podemos apreciar esos pequeños detalles, gestos, alegrías que nos dan las cosas y las personas que nos rodean. No somos capaces de sentir las satisfacciones que nos brindan esas pequeñas cosas. Para algunas personas la vida alcanza niveles altos de aburrimiento porque no saben apreciar las cosas maravillosas que tenemos a nuestro alrededor. Empezando por sentirnos sanos, poder disfrutar de ciertos bienes materiales y sobre todo por estar vivos.

El no apreciar las cosas que nos suceden en lo cotidiano es un tema recurrente. Hay una película clásica norteamericana llamada en español ¡Que  bello es vivir! (It’s a wonderful life) que muestra este tema.. Es sobre un hombre que agobiado por la vida en la navidad de 1945 decide suicidarse y un ángel se le presenta y lo hace vivir en su pueblo como si él no hubiese nacido. Es tan devastador lo que consigue que desiste de suicidarse y afrontar su vida. La película tiene un final feliz.

Hay un dicho que dice “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”  ¿Qué pasaría si invertimos el dicho y e imaginamos que perdemos algo querido mientras todavía lo tenemos? Esta es una de las técnicas para reforzar la gratitud. Especialmente en un principio de la filosofía estoica llamado “Meditatio Malorum” meditar sobre las cosas malas.

Yo realizo frecuentemente un ejercicio que aprendí en un curso sobre cómo aumentar mi bienestar llamado “Sustracción Mental”, que es una especie de refuerzo a la gratitud y  que consiste en tomar un hecho feliz de nuestra vida que nos haya dado una gran satisfacción hasta ahora  e imaginar donde estaríamos si ese hecho no se hubiese producido. Hay que seleccionar un evento positivo y analizar cómo nos sentimos sin el. De esa manera escribimos o pensamos en cómo nos sentimos, que sentimientos y emociones se nos presentan. Se puede tomar cualquier evento feliz de nuestra vida familiar, de nuestra salud, vida profesional, nuestros estudios, nuestra  vida amorosa, etc.

Recientemente leí un artículo donde se dice que investigaciones que muestran resultados bien interesantes. Las personas que practican la sustracción mental tienen mayor satisfacción que las que no lo practican y además aprenden a apreciar y enfocarse en las cosas positivas que les sucede en la vida.

Ninguno de nosotros es invulnerable a los azares de la vida, estamos expuestos permanentemente a hechos que no podemos controlar y reaccionar en piloto automático. Y por no poner atención nos llenamos de rabia, frustración y estrés que conduce a depresión y tristeza. El ejercicio de sustracción Mental nos ayuda también a tomar consciencia de las cosas buenas que nos suceden a cada momento de la vida diaria.

Es por eso que les recomiendo que tomen este ejercicio frecuentemente para experimentar un  incremento de felicidad a fin de aumentar  su satisfacción en la vida.

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¿Desde cuándo no mira una mariposa revolotear en un jardín y no distingue los diferentes colores de verdes que tiene la vegetación a nuestro alrededor? ¿O desde cuándo no le dice a un familiar que le hace falta? ¿Desde cuándo no aprecia el sabor de ese pastel que prepararon en su casa con tanto amor para usted?

Nos hemos acostumbrado tanto a tomar por normal todo lo que nos sucede que muchas veces no podemos apreciar esos pequeños detalles, gestos, alegrías que nos dan las cosas y las personas que nos rodean. No somos capaces de sentir las satisfacciones que nos brindan esas pequeñas cosas. Para algunas personas la vida alcanza niveles altos de aburrimiento porque no saben apreciar las cosas maravillosas que tenemos a nuestro alrededor. Empezando por sentirnos sanos, poder disfrutar de ciertos bienes materiales y sobre todo por estar vivos.

El no apreciar las cosas que nos suceden en lo cotidiano es un tema recurrente. Hay una película clásica norteamericana llamada en español ¡Qué bello es vivir! (It’s a wonderful life) que muestra este tema. Es sobre un hombre que agobiado por la vida en la navidad de 1945 decide suicidarse y un ángel se le presenta y lo hace vivir en su pueblo como si él no hubiese nacido. Es tan devastador lo que consigue que desiste de suicidarse y afrontar su vida. La película tiene un final feliz.

Hay un dicho que dice “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” ¿Qué pasaría si invertimos el dicho y e imaginamos que perdemos algo querido mientras todavía lo tenemos? ¿O mejor, que nunca lo tuvimos? Esta es una de las maneras de para reforzar la gratitud. Especialmente en un principio de la filosofía estoica llamado “Premeditatio Malorum””Meditar sobre las cosas malas”.

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