Tentación
Enviado por Betulio123 • 31 de Agosto de 2021 • Trabajo • 8.695 Palabras (35 Páginas) • 142 Visitas
TENTACION
SUMARIO: I. Definición - II. Ilusiones atractivas y deseos ilusorios - III. El significado del tentador - IV. Aversio a Deo, conversio ad creaturam - V. Colapso moral: 1. Ideas ilusorias; 2. La desesperanza - VI. El camino de la muerte: 1. La sensualidad; 2. La posesividad; 3. El intelectualismo: 4. El egocentrismo; 5. Monoteísmo radical - VII. El yo autocreador: 1. La voluntad humana absolutizada; 2. La incredulidad; 3. El autoengaño; 4. Apetitos desordenados: 5. La división del hombre - VIII. Tentación social -IX. La superación: las tentaciones de Jesús: 1. La primera tentación; 2. La segunda tentación; 3. La tercera tentación - X. Las renuncias bautismales: 1. Exigencia de la familiaridad con Dios: 2. Participación en la autodonación de Cristo.
La tentación expresa la proclividad humana a la caída grave moral y espiritual, a la disgregación personal y social. Los individuos y las naciones pueden verse "tentados" a proseguir políticas de autodestrucción; unos y otras están sujetos a la "tentación" de actuar de una forma irrazonable e irresponsable. Las tentaciones apelan al lado más oscuro del hombre: a las potencialidades, presentes en cada uno de nosotros, de egocentrismo (limitado, de soberbia y presunción, de ambición despiadada, deshonestidad y engaño; a la potencialidad de odio, hostilidad y abuso de los demás, unas veces de forma persuasiva, otras veces de forma brutal. Son capacidades latentes, escondidas bajo una variedad de actitudes virtuosas aparentes, de valores aparentemente auténticos, de comportamientos presuntamente respetables. La tentación puede estar adormecida, mas nunca ausente; puede ser contrastada, pero no eliminada. El cristiano necesita orar siempre para no caer en la tentación. La vida cristiana es una constante confrontación y una
superación continua de la tentación a faltar gravemente a los compromisos con Dios y con el prójimo, sin los cuales no puede darse a ningún nivel una vida auténticamente humana. La tentación se afronta esforzándose en poner al desnudo la falsedad de ciertas ideas, de ciertos credos, de afectos, deseos, imágenes y asuntos, intentando reconocer todas estas cosas en lo que son realmente ante Dios.
1. Definición
K. Rahner y H. Vorgrimler definen la tentación como "la incitación al pecado". Estos autores explican que la libertad humana necesita, para actuarse, conocer por experiencia los valores, ya sean reales o aparentes 1. En la medida en que esta motivación, necesaria para la actividad de la vida humana, toma forma de concupiscencia, la motivación al mal moral asume su aspecto característico de tentación, tal como se verifica tras la caída en el actual orden de cosas. La concupiscencia persigue, en efecto, su propio bien particular, independientemente del bien moral universal del hombre, y, por lo tanto, nunca puede integrarse por completo en la opción fundamental del hombre por el bien. Esta tentación sigue existiendo en el hombre aun cuando por obediencia a Dios la rechace; coexiste con esta misma actitud de rechazo y, en consecuencia, oscurece a los ojos del hombre su propia situación. De ello se deriva que el hombre no puede dar presuntuosamente por descontada su propia salvación. Al mismo tiempo, el hecho de que persista la tentación no destruye la libertad y la responsabilidad del hombre (Mt 26,41). La fe y la esperanza (Ef 6,16) y el ascetismo activo puede vencer la tentación.
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Lo que nos impulsa al pecado es un elemento de la condición humana que existe antes de nuestra decisión libre. Este elemento puede entenderse como el contexto histórico en que vivimos (los principados y las dominaciones), o bien como nuestras personales disposiciones interiores (sarx). Los principados y las dominaciones, es decir, el conjunto de fuerzas mundanas que cargan el ambiente con valores opuestos a los revelados en Cristo. El mundo hostil a Dios es todo lo que en el mundo incita al pecado y lo concretiza en el contexto humano. Aunque los cristianos no pueden dejar de estar "en el" mundo (Jn 17,11), tampoco pueden ser "del mundo" (Jn 18,36). Sarx es todo lo que en el hombre opone resistencia al don del Espíritu Santo (1 Cor 5,5; Gál 6,16ss).
II. Ilusiones atractivas
y deseos Ilusorios
En su búsqueda de valores auténticos, el hombre está tentado a creer que todo su bienestar se funda solamente en sí mismo, en una sola persona o en un solo objeto. Es la tentación de transferir todas las posibles motivaciones humanas a un único objeto creado que el hombre debe poseer para ser feliz. El hombre es tentado de egoísmo, de preocupación exclusiva por su propio interés y su propio crecimiento, tendiendo a concentrarse totalmente en sí mismo. Es tentado a rechazar la autotrascendencia y a pensar que sólo en sí mismo puede encontrar luz y amor. Es tentado por deseos ilusorios, por un género de vida existente únicamente en la fantasía, que le protege contra la realidad, tergiversa los acontecimientos cotidianos, amortigua el choque de la verdad y le mantiene en un mundo ficticio de su invención. El hombre es tentado a seguir la luz crepuscular de la fantasía y de la ilusión; una vida falsa, en la que no se siente llamado a responder a los valores externos a sí mismo, valores que debería respetar, cultivar y fomentar. El hombre es tentado a esconderse de los demás, presentando una imagen de sí mismo que no es auténtica. Es tentado a servirse de los demás para satisfacerse a si mismo; a manipularlos en nombre de la amistad y del amor, para subyugarlos a sus propios deseos. El miedo y la inseguridad le tientan a esconderse de todo lo que podría proyectar luz sobre su necesidad de ayuda; porque el
Tentación
desarrollo auténtico de la vida del yo está condicionado por una cándida apertura a las realidades personales, de los demás y del mundo. La tentación quisiera alienar definitivamente al hombre de su ser verdadero y real, del solo y único mundo en que puede gozar de una existencia auténtica. Si el diablo es "mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8,44), su programa se cuenta entre los peores engaños para la vida del "yo".
III. El significado del tentador
Satanás, o el diablo, aparece frecuentemente en la Biblia como el responsable de la tentación, como aquel que se atreve a tentar incluso a Cristo. Aparece como el príncipe de este mundo (Jn 12,31). representante de todos los falsos ideales que dominan a la sociedad. Satanás se viste de ángel de luz (2 Cor 11,14) y bajo las falsas apariencias de amigo incita al hombre a oponerse a Dios. Sus tentaciones van asociadas a la separación de Dios, al dominio del mundo secular (Mt 4,8ss), al poder de manipulación de las mentes humanas (Mt 4,5) y a la negación [ Diablo/ exorcismo II]. Satanás tienta al hombre para que se niegue a reconocer y aceptar la verdad de su propia realidad particular y de la realidad general. Este rechazo encaja en el deseo de dominar la realidad con la idea de destruir la verdad cuando ésta repugna. La ingrata necesidad de mirar de frente a la verdad negada es la base de la evasión y de la violencia. Las tentaciones de Satanás tienen el carácter de obligaciones contractuales: "Nadie puede ser esclavo de dos señores... No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt 6,24). El hecho que aquí se sobreentiende es que todo hombre ha elegido aliarse con el verdadero Dios o con su adversario; el hecho de que todo hombre se ha sometido a un poder más alto para obtener lo que considera mejor en la vida; el hecho de que cada uno está obligado por un contrato que lo vincula al poder. El hombre reconoce implícitamente la imposibilidad de llevar una existencia independiente, que al mismo tiempo sea completamente segura y esté garantizada contra la necesidad.
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