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Teoria Del Conocimineto


Enviado por   •  27 de Enero de 2013  •  1.619 Palabras (7 Páginas)  •  472 Visitas

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Teoría del conocimiento

Teoría del Conocimiento es una de las ramas clásicas de la Filosofía. Ya los antiguos filósofos griegos la trataron extensamente, llegando a explorar muchas de las sendas posibles: idealismo, realismo, empirismo, escepticismo.

En la Modernidad, la problemática del conocimiento se transformó en una cuestión crucial para los filósofos. La búsqueda de la certeza y la indagación por los límites del conocimiento atravesó toda esta etapa, desde Descartes hasta Kant, pasando por Hume y los demás empiristas ingleses.

En el cuadro que se encuentra a continuación aparecen los nombres de algunos de los filósofos que más se destacaron por sus aportes en este campo. Siguiendo los enlaces se accede a una presentación esquemática de la forma en que concibe el conocimiento cada uno de ellos acompañada en cada caso de una breve explicación.

. La esencia de la filosofía

a teoría del conocimiento es una disciplina filosófica. Para definir su posición en el todo que es la

filosofía, necesitamos partir de una definición esencial de ésta. Pero ¿cómo llegar a esta definición?

¿Qué método debemos emplear para definir la esencia de la filosofía?

Se podría intentar, ante todo, obtener una definición esencial de la filosofía, partiendo de la

significación de la palabra. La palabra filosofía procede de la lengua griega y vale tanto como amor a la

sabiduría, o, lo que quiere decir lo mismo, deseo de saber, de conocimiento. Es palmario que esta

significación etimológica de la palabra filosofía es demasiado general para extraer de ella una definición

esencial. Es menester evidentemente elegir otro método.

Podría pensarse en recoger las distintas definiciones esenciales que los filósofos han dado de la

filosofía, en el curso de la historia, y comparándolas unas con otras, obtener una definición exhaustiva.

Pero tampoco este procedimiento conduce al fin buscado. Las definiciones esenciales que encontramos

en la historia de la filosofía discrepan tanto, muchas veces, unas de otras, que parece completamente

imposible extraer de ellas una definición esencial unitaria de la filosofía. Compárese, por ejemplo, la

definición de la filosofía que dan Platón y Aristóteles ‐que definen la filosofía como la ciencia, pura y

simplemente‐ con la definición de los estoicos y de los epicúreos, para quienes la filosofía es una

aspiración a la virtud o a la felicidad, respectivamente. O compárese la definición que en la Edad

Moderna da de la filosofía Cristian Wolff que la define como scientia possibilium, quatenus esse possunt‐,

con la definición que da Friedrich Überweg en su conocido Tratado de historia de la filosofía, según la

cual la filosofía es "la ciencia de los principios". Tales divergencias hacen vano el intento de encontrar por

este camino una definición esencial de la filosofía. A tal definición sólo se llega, pues, prescindiendo de

dichas definiciones y encarándose con el contenido histórico de la filosofía misma. Este contenido nos da

el material de que podemos sacar el concepto esencial de la filosofía. Ha sido Wilhelm Dilthey el que ha

empleado por primera vez este método, en su ensayo sobre La esencia de la filosofía. Aquí le

seguiremos, con cierta libertad, intentando, sin embargo, a la vez desarrollar sus pensamientos.

Pero el procedimiento que acabamos de señalar parece destinado al fracaso, porque tropieza

con una dificultad de principio. Se trata de extraer del contenido histórico de la filosofía el concepto de

su esencia. Mas para poder hablar de un contenido histórico de la filosofía necesitamos ‐parece‐ poseer

ya un concepto de la filosofía. Necesitamos saber lo que es la filosofía, para sacar su concepto de los

hechos. En la definición esencial de la filosofía, dada la forma en que queremos obtenerla, parece haber,

pues, un círculo; este procedimiento parece, pues, por esta dificultad, condenado al fracaso.

Sin embargo, no es así. La dificultad señalada desaparece, si se piensa que no partimos de un

concepto definido de la filosofía, sino de la representación general que toda persona culta tiene de ella.

Como indica Dilthey: "Lo primero que debemos intentar es descubrir un contenido objetivo común en

todos aquellos sistemas, a la vista de los cuales se forma la representación general de la filosofía''.

L6

Estos sistemas existen, en efecto. Acerca de muchos productos del pensamiento cabe dudar de

que deban considerarse como filosofía. Pero toda duda de esta especie enmudece tratándose de otros

numerosos sistemas. Desde su primera aparición, la humanidad los ha considerado siempre como

productos filosóficos del espíritu, ha visto en ellos la esencia misma de la filosofía. Tales sistemas son los

de Platón y Aristóteles, Descartes y Leibniz, Kant y Hegel. Si profundizamos en ellos, hallamos ciertos

rasgos esenciales comunes, a pesar de todas las diferencias que presentan. Encontramos en todos ellos

una tendencia a la universalidad, una orientación hacia la totalidad de los objetos. En contraste con la

actitud del especialista, cuya mirada se dirige siempre a un sector mayor o menor

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