Trata De Peresonas

TRATA DE PERSONAS: un negocio aberrante

¿Hasta donde una persona tiene derecho a robarle la vida a otra persona? ¿Es indiferente la sociedad ante la desaparición de tantas personas? Hay un grito en el silencio que solo una madre puede escuchar, son los gritos de los pequeños niños, a los que roban sin piedad, de aquellas adolescentes, a las que le robaron su libertad.

Es imposible de creer que halla 550 mujeres desaparecidas, de las que nadie se preocupa, sabiendo que muchas de ellas están siendo abusadas sexualmente. ¿Cómo hago para entender que halla mentes tan perversas? Si todos tomáramos conciencia de lo que esta sucediendo, del lugar en el que estamos viviendo. Empiezo a pensar que no puedo confiar en nadie a quien cruzo en la calle. ¿Cuántas chicas mas tienen que desaparecer para que la justicia actúe? En realidad, hoy en día, ni siquiera podemos confiar en la “justicia”, políticos, policías, defensores de derechos humanos, funcionarios, son cómplices de que 600 familias estén llorando a una persona, a un ser querido. Pero, ¿hasta que punto Yo dejo de ser cómplice? Todos sabemos y tenemos muy claro lo que pasa, pero en ningún lado se esta haciendo mucho para parar a esta red, que esta acabando con la tranquilidad de caminar una tarde, sin tener que pensar en volver o “no volver”.

En mi opinión, nadie tendría que alejarse o desinteresarse por el tema; solemos decir “a mi nunca me va a pasar”, “en este lugar se vive tranquilo”, “no pasa nada”; pero nadie nos asegura que estemos exentos de sufrir un abuso, ya sea a nuestra persona o a alguien muy cercano, y ese es el punto, hasta que no nos pasa, o no lo vivimos muy de cerca, no abrimos los ojos acerca de las personas que nos rodean.

Uno de los programas que esta pegando fuerte, “Vidas Robadas”, esta mostrando una realidad de la que nadie se anima a hablar u opinar, ¿Por qué? Existe una ideología o forma de pensar colectiva entre la gente, a decir, “yo no me meto, para que nadie me diga nada”; de esta forma pasamos a ser cómplices directa o indirectamente de esta problemática social.

Recientemente veía un programa de televisión que trataba esta temática, y sinceramente me sorprendí al ver que puede haber formas tan distintas de ver un caso: en Tucumán una madre vendía a su hijo recién nacido por dinero; otras madres los regalas a las mismas redes, porque al tener muchos hijos, no eran capaces de sustentar uno mas; otras muchas madres eran enseñadas que regalar un hijo, era tomado como un “valor”. Mientras tanto una madre en La Plata, Buenos Aires, desde hace dos años reclama a su hijo, el cual al nacer, le dijeron que estaba muerto, en realidad los mismos médicos se lo habían vendido a otra señora, a la que su niño si le había nacido sin vida. Y esta madre que esperaba con tanto amor a su hijo, le toco sufrir el engaño, y hoy, hace dos años que pide una explicación.

Yo no puedo creer que una persona que se recibe para velar por la vida, como los “médicos”, estén jugando con la vida de un niño recién nacido y con toda su familia, pero tampoco es justo incluir a todos los médicos en la misma bolsa, porque están los que actúan de manera correcta; pero volviendo al tema, vale preguntarnos, ¿Cuántas personas desaparecen en nuestro país por año? Es imposible de calcular, ya que solo la mitad de los casos son denunciados a la justicia, ¿A que se debe?, muchas familias solo aceptan que sus hijas son capturadas para la prostitución. ¿Tenemos una mínima idea de las estadísticas de la trata de personas?.

El 04 de Junio del 2008 salió un artículo en el Diario Clarín, en el que se hacían claras las cifras o estadísticas aproximadas de trata de chicas y mujeres: Solo desde Enero del 2007 hasta ahora se han registrado 550 o 600 casos de chicas de 13 a 24 años –el 15% menores-; y se estima que 50 chicas son de Santa Fe y Rosario, sin incluir las mujeres emigrantes de Republica Dominicana y Paraguay (ya que no hay familias que las reclamen). A esta cifra se le suma 476 chicas que se esfumaron entre 2002 y 2006, es decir, al menos un total de 1026 chicas desaparecidas, muchas de estas chicas fueron llevada engañadas a otra provincias por una promesa de trabajo o se marcharon con un novio reciente. Después se las trago la tierra. Si alguna pudo llamar a su casa, dijo estar bien y corto sin dar las coordenadas. La información recogida por sus familias y por quienes ayudan a buscarlas, indica que son victimas de redes de explotación sexual”.

Hoy en día podemos ver muchos casos de chicas explotadas sexualmente, ya sea que algunas buscan este camino voluntariamente, otras son llevadas a la fuerza, en casos las mismas familias son las responsables, ya que a veces las venden para poder alimentar a sus demás hijos, por falta de recursos. ¿Por qué se presenta tanta crueldad de parte de los padres hacia los hijos/as? Chicas que ni necesitan salir de sus casas para sufrir esos inexplicables abusos.

Recientemente me toco vivir una experiencia que me dejo muy impresionada; conocí a una nena de 10 años, en un determinado sector de la ciudad, la cual desde que la vi, me pareció que actuaba de manera rara, extraña, luego una persona me dio a conocer, que esta niña era abusada era por el abuelo, con el que vivía, mas tarde dijo una frase que me dejo pensando: “No te das una idea la cantidad de casos así, que podes encontrar acá”.

Ese comentario me llevo a preguntarme, como es que si saben, no hacen nada, y que a la vez nosotros mismos al saber y no hacer nada para ayudar a estas chicas abusadas, somos cómplices de estos abusos.

Pero seguramente siempre decimos, ¿Qué puedo hacer yo para ayudar?, o cuando nos preguntan si estábamos enterados respondemos, “yo no sabia nada”, “ni me entere”, o ¿Qué sucedió? Cuando la única realidad es la que no asumimos, para no comprometernos. Y más tarde, cuando todo ya paso, reaccionamos o nos ponemos a pensar, cuanto sufrimiento le hubiéramos ahorrado a esa persona si contábamos lo que sabíamos.

Pero no, nos quedamos allá atrás, a lo último, para no ser vistos, para no ser cuestionados, para no tener que decir, “yo sabía y no dije nada”.

Las redes de prostitución se ríen a nuestras espaldas, de las inútiles búsquedas de las chicas secuestradas, de las largas marchas organizadas por madres que sufren día a día, que darían la vida por recuperar a sus hijos/as.

A mi me gustaría saber que sentiría uno de los responsables de las desapariciones, si le secuestran a su hija o hijo, algo difícil de creer, pero si por solo un momento se pondrían en lugar de las madres, a las que ellos mismos se encargan de hacerlas sufrir.

¿Cual es la solución? ¿Hay una ley suficientemente fuerte como para ir en contra de esta problemática?

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