Un Mundo Sin Humanidades
Enviado por alvianney • 15 de Febrero de 2014 • 1.868 Palabras (8 Páginas) • 537 Visitas
Un mundo sin humanidades.
Los seres humanos sufrimos una gran sed de conocimiento. Nos gusta saberlo todo, incluso lo que no es de nuestra incumbencia. Por qué el cielo es azul, cómo respiran las plantas, cómo se propaga el sonido y qué traía puesto fulanita en la bienvenida de Raúl; son conocimientos que nos pueden parecer indispensables en algún momento de nuestra vida, pero nada es más fundamental que el conocimiento de nosotros mismos.
De ahí que hayamos creado las humanidades como una serie de disciplinas que estudian al ser humano, aunque esta sea una definición muy vaga. Pero hasta el reconocido antropólogo e historiador Miguel León Portilla afirma que no es fácil definir las humanidades, sin embargo, lo intenta diciendo que “están integradas por las ramas del conocimiento que más íntimamente se relacionan con los seres humanos”. Así, entre las humanidades podemos englobar: la historia, la literatura, la filosofía, la arqueología, el arte y la comunicación. (Aunque muchos autores se refieren a esta última como una “ciencia social”). La pregunta que se debe abordar en este ensayo es: ¿cuál es el papel de la filosofía, la historia, la literatura y la comunicación en las humanidades? Y si las humanidades son los conocimientos más relacionados con nosotros: ¿cuál es el rol de ellas en los seres humanos?.
Se suele considerar a las humanidades como disciplinas inútiles, inservibles para el desarrollo de la sociedad. También se dice que “No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde”, tal vez esa es la mejor manera de abordar la importancia y el papel de las disciplinas humanistas.
Pensar en un mundo sin humanidades desde el principio de su existencia implicaría pensar en nuestra propia inexistencia y con esta la de la sociedad, ya que quizá podríamos ser nosotros materialmente, pero la esencia de nuestro pensamiento, de nuestra conciencia, trae consigo tantas referencias e implicaciones de las humanidades, que es casi imposible concebirlo. Sería como intentar saber que “siente” una planta, sabemos que no tienen un sistema nervioso por lo cual no pueden percibir el dolor de la misma forma, no pueden percibir el mundo de la misma forma, pero se han hecho experimentos en los que las plantas presentan reacciones a ciertos estímulos, es decir “sienten” en su propia manera. Entonces, en un mundo sin humanidades no veríamos el mundo de la misma forma, pero no podemos asegurar cómo lo haríamos a ciencia cierta, solo se puede asegurar que no seríamos como somos ahora, y como hasta hoy somos las criaturas más complejas que conocemos, ser nosotros es lo más interesante que podríamos ser.
Plantear un futuro sin humanidades es algo que ya han realizado varios autores; Un mundo feliz de Aldous Huxley nos traslada a un lugar distópico en donde la familia, la diversidad cultural, el arte, la literatura, la religión y la filosofía (ramas de las humanidades), han sido eliminados de la sociedad. Algo parecido hace Ray Bradbury en Fahrenheit 451, novela en la que los libros están prohibidos por orden del gobierno y las personas que piensan son tachadas de locas y antisociales, pues rompen con los esquemas que debe cumplir el individuo para la sociedad que está funcionando en ese momento.
En ambas utopías se debe ser feliz a la fuerza, una vana y “cómoda” felicidad en la que lo que sabes es lo único que debes saber, pues solo así se logrará una sociedad totalmente funcionalista.
Las novelas de Huxley y Bradbury fueron publicadas durante la primera mitad del siglo XX, tiempos en que también se planteaba la “Teoría crítica” y otras influencias de la Escuela de Frankfurt, y en ellas podemos notar el desarrollo de las ideas que plantearon los estudiosos de esa ideología.
La teoría crítica nació en gran parte como una reacción al racionalismo absolutista que se planteó durante la Ilustración, criticando el que se haya ido al extremo de tratar de explicar con la sola razón, todo lo que durante mucho tiempo había sido explicado metafísicamente por la religión, mitos y otras creencias.
La razón debía explicarse por medio de la razón, lo cual podía llevar a muchos errores y faltas de congruencia con la realidad (realidad aún inexplicable en muchas situaciones). Los investigadores de la escuela de Frankfurt eran en su mayoría sociólogos, psicólogos y economistas, esto los llevó a la conclusión del deber de utilizar su contexto (historia), para hacer posible el uso de sus conocimientos.
Al tener que trasladarse de Alemania a Estados Unidos de América, (debido al ascenso al poder de Hitler) y notar el avance de los medios de comunicación masiva, comenzaron a escribir sobre la industria cultural afirmando que esta lleva a una estandarización de la población, a la pérdida de creatividad en los ciudadanos, a una sociedad pasiva y controlada, a convertirse en una masa donde lo que importa es la sociedad (o los intereses de los más poderosos), el individuo pasa a segundo plano y si no tiene pensamientos que puedan adaptarse su época y a su contexto en general, es un individuo inútil o rechazado (como lo vemos en las novelas de Huxley y Bradbury). Esto es solo un ejemplo de las distintas interrelaciones que existen entre las disciplinas humanistas y de la manera en que están tan adheridas a nuestra vida en general.
Se debe producir solo lo que venda, lo que sea rentable, lo que
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