Unos 50 000 coreanos, y quizás muchos más, se esconden en China
Enviado por kosmos • 8 de Marzo de 2012 • 887 Palabras (4 Páginas) • 1.507 Visitas
[…]Unos 50 000 coreanos, y quizás muchos más, se esconden en China; la mayoría en las ciudades y en los pueblos a lo largo de la lejana frontera común de 1 450 kilómetros. Otra cantidad innumerable de coreanos llegan por unos meses y luego regresan furtivamente a Corea del Norte con alimentos y dinero. Sin embargo, muchos siguen viviendo como migrantes, imposibilitados o poco dispuestos a volver a su cruel tierra natal. Sólo tienen dos difíciles opciones: seguir escondiéndose, a menudo como prisioneros de patrones explotadores; o aventurarse en la red secreta asiática llamada el tren subterráneo, un peligroso viaje a pie, en vehículos y en tren por territorio chino y el sureste de Asia. En una carrera de obstáculos en la que deben enfrentarse a puestos de control, delatores y un terreno traicionero, numerosos desertores han sido atrapados. Aunque, ayudados por un pequeño grupo de buenos samaritanos y contrabandistas que les cobran mínimo 3 000 dólares, unas 15 000 personas han alcanzado un refugio, la mayoría en Corea del Sur. Una vez allí, traumatizados y mal preparados, enfrentan el desafío más formidable de todos: empezar de nuevo.
El éxodo de Corea del Norte empezó a finales de los noventa, después de que una hambruna mató por lo menos a un millón de personas, obligando a muchos sobrevivientes a subsistir a base de raíces, hierbas y cortezas de árbol. Al principio, los chinos, sobre todo la enorme población chino-coreana de la región, ayudaba abiertamente a quienes cruzaban desesperados la frontera. Pero tras las protestas del gobierno de Corea del Norte, China endureció sus políticas. La policía practicaba redadas, con frecuencia en vecindarios y pueblos, para indagar sobre los fugitivos norcoreanos, que viven con el temor de ser atrapados y deportados. En Corea del Norte, cruzar la frontera sin permiso se castiga con una condena de tres a cinco años de trabajos forzados, y conspirar con misioneros y otros para llegar a Corea del Sur se considera traición, y a los transgresores se les priva de alimentos, se les tortura y, en algunos casos, se les ejecuta públicamente. Las organizaciones de derechos humanos y diversos líderes extranjeros, sobre todo en Estados Unidos y la Unión Europea, instan a China para que honre los convenios internacionales que ha suscrito para tratar a los norcoreanos como refugiados, un estatus al que tienen derecho por las penas que enfrentan si son deportados. Pero China sostiene que los desertores son “migrantes económicos” ilegales.
La mayoría se escabulle por el angosto río Tumen, que abarca más o menos una tercera parte de la frontera de Corea del Norte con China; cruza durante el verano, cuando el río tiene poca agua y puede vadearlo, o en invierno, cuando puede caminar sobre el hielo. El lado chino del río luce extraordinariamente benigno; no está plagado de soldados ni erizado de alambradas electrificadas. En la ribera opuesta, en Corea
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