Utilitarismo y la dignidad humana
Enviado por fongmar • 21 de Diciembre de 2012 • Trabajo • 2.971 Palabras (12 Páginas) • 1.285 Visitas

Ensayo
Utilitarismo y la dignidad humana
Martha Fong Coss
Maestría de Historia del Pensamiento • Ética y Derechos Humanos• Mtra. Gabriela Martinez Saenz


Introducción, Conceptos y Teorías.

El siguiente ensayo pretende analizar a la doctrina utilitaria como base de la acción altruista la cual necesariamente tiene como principio rector es la defensa de los derechos humanos.
La doctrina utilitarista es concebida como una corriente ética que busca medir las acciones morales por medio de sus fines y consecuencias; lo que también se conoce como consecuencialismo1; de acuerdo a Iñigo Alvarez citando a Plamenatz podemos considerar que son cuatro los mayores representantes del Utilitarismo, empezando por David Hume, Jeremy Bentham, James Mill y John Sturt Mill (hijo de James Mill). Para situarnos en época y lugar esta doctrina se desarrolla en Inglaterra entre el siglo XVIII y la mitad del siglo XIX (Iñigo, 2007).
Conceptos de la Doctrina Utilitarista.
Principio de la Utilidad.
Entre las posibles acciones que podemos llevar a cabo hay que elegir aquella que genere una mayor felicidad para un mayor número de personas.
Bentham escribió: "El principio de utilidad significa aquel principio que aprueba o desaprueba cada una de las acciones según la tendencia que aparenta tener para aumentar o reducir la felicidad de la parte cuyo interés está en cuestión; o, lo que es lo mismo en otras palabras, para promover u oponerse a esa felicidad"
J.S Mill nos dice “La doctrina utilitaria afirma que la felicidad es deseable, y lo único deseable como fin en sí, siendo todo lo demás únicamente deseable como medio para este fin”
“La felicidad de cada persona es un bien para esa persona, y la felicidad general, por lo tanto, un bien para el conjunto de todas las personas”. (MILL, J. S. El Utilitarismo).
La Felicidad como fin, modo de vida y modo de actuar.
Si partimos de los que nos dice Yepes cuando busca darnos el concepto de felicidad dentro de los fundamentos de antopología “la felicidad es a las personas los que la perfección es a los entes” (Leibniz) podemos concluir que es algo te todos aspiramos a tener que se convierte en plenitud y perfección. La felicidad será en bien máximo y el fin último, entonces de acuerdo a Yepes la felicidad es un bien condicionado que dirige todas nuestra aciones y colma todos nuestros deseos lo que de acuerdo a los postulados de Stuart Mill la felicidad es algo que todos buscamos y aspiramos, por lo que es valido comparar a la felicidad y placer como bien y a la infelicidad, el dolor como un mal.
No debemos dejar de lado que la dentro de la Teoria Utilitarista el segundo principio fundamental de Mill establece que la utilidad no se refiere sólo a la máxima felicidad del agente, sino a la más grande suma total y general de felicidad (maximización de la felicidad general).
Paralelismo y puntos de desencuentro entre Bentham y Stuart Mill.
La clasificación de los Placeres
Sin pretender dejar de lado y restar importancia a Hume y Mill padre, veo importante hacer una reflexión sobre cuales son los puntos de encuentro y desencuentro sobre las posturas de Bentham y Stuart Mill.
La teoría de Mill esta claramente cimentada la teoría de Bentham, pero también podemos encontrar algunas notables diferencias. Estas diferencias se basan en la superación de Mill a Bentham en cuanto a dos cuestiones la caracterización del placer que se consigue cuando cultivamos la solidaridad con nuestros semejantes como un placer superior; y la otra la afirmación de que existen placeres de diversa calidad.
En cuento al placer, Mill cree firmemente que es mayor el placer y la felicidad que produce la contemplación de una sociedad de seres felices que el que produce la satisfacción de nuestras propias necesidades:
“Cuando las personas que son tolerablemente afortunadas en relación con los bienes externos no encuentran en la vida goce suficiente que la haga valiosa para ellos, la causa radica generalmente en la falta de preocupación por los demás (...) Aquellos que han cultivado un sentimiento de solidaridad respecto a los intereses colectivos de la humanidad, mantienen en la víspera de su muerte un interés tan vivo por la vida como en el esplendor de su juventud o su salud”. (El Utilitarismo, cap. II)
Por lo que Mill promueve que nuestra felicidad depende de la felicidad colectiva esto lo podemos si es permitido traducirlo como un utilitarismo universalista y no egoísta, esto lo vemos claro cuando nos propone la suma de muchas felicidades o el mayor número de felicidad al mayor número de personas. Con el objetivo a lograr “no lo constituye la mayor felicidad del propio agente, sino la mayor cantidad total de felicidad”. (El Utilitarismo, cap. II).
Según él, ningún individuo puede sentirse plenamente dichoso cuando los individuos que viven a su alrededor son desdichados. El ser humano es sociable por naturaleza; no puede evitar preocuparse por sus semejantes. En la medida en que estos son infelices, cae en la infelicidad él también.
Por eso Mill nos anima a mirar en todo momento por el bien de los demás. En este sentido, llegará incluso a decir esto:
“Merecen toda suerte de alabanzas los que son capaces de sacrificar el goce personal, cuando mediante tal renuncia contribuyen meritoriamente al incremento de la suma de la felicidad del mundo”. (El Utilitarismo, cap. II)
La mayor diferencia existente entre la teoría de Bentham y la de Mill, es la diferencia cualitativas que se puede establecer en algunos de los placeres de acuerdo a este último.
Para Bentham; “Los placeres de los sentidos parecen ser los siguientes: 1. Los placeres del gusto o del paladar, incluidos todos aquellos placeres que se experimentan al satisfacer los apetitos del hambre y la sed. 2. Los placeres de la embriaguez. 3. Los placeres del órgano del olfato. 4. Los placeres del tacto. 5. Los placeres simples del oído, independientemente de la asociación. 6. Los placeres simples de los ojos, independientemente de la asociación. 7. Los placeres del sentido sexual. 8. Los placeres de la salud o el interno y agradable sentimiento o flujo de los humores (como se les llama) que acompañan a un estado de salud plena y
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