VIOLENCIA

El objetivo de esta ponencia es concientizar a las personas sobre la ola de violencia que nos azota, que desde luego, no es solamente de tiempos actuales. Pero ¿qué es la violencia? La violencia ha sido definida como “una acción ejercida por una o varias personas en donde se somete de manera intencional al maltrato contra la integridad física como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de personas”

Y desde luego, deben de existir clases de violencia.

VIOLENCIA FAMILIAR O VIOLENCIA DOMÉSTICA: Primero se podría decir que hay una raíz cultural histórica. Durante mucho tiempo nuestra sociedad ha sido muy machista, el hombre ha creído que tiene el derecho primario a controlar, a disciplinar con severidad, incluso a abusar de la vida de la mujer y de los hijos. Eso ha sucedido bajo la apariencia del rol económico del hombre, proveedor de la alimentación. Y desde luego, el maltrato no sólo se da en la mujer sino también el hombre, lo cierto es que en la mujer es más alto el porcentaje. La violencia doméstica no es típico de familias con un nivel socioeconómico bajo, éste tipo de violencia se presenta en todos los niveles sociales y económicos de nuestra sociedad. El modelo presente de nuestra sociedad está reforzando el uso de la fuerza para resolver los problemas. Por eso el abusador usa la fuerza física, para mantener el poder y el control sobre la víctima, porque ha aprendido que la violencia es efectiva para obtener lo que quisiese. Otra causa de este problema son los medios de comunicación. En la televisión la violencia es glorificada, los estereotipos que nos presentan son de violencia sexual. En la violencia doméstica es muy común que los niños sean testigos de escenas violentas siendo ellos directos o indirectos protagonistas de las mismas, esto produce algo que llamaremos como “la escalera de la violencia” y para explicarlo mostraremos un corto vídeo. (https://www.youtube.com/watch?v=MnQ8UUtDukY) como explica en el vídeo una clase de violencia conlleva a otras y es un ciclo que será repetido una y otra vez.

Por otra parte tenemos la violencia PSICOLÓGICA O MENTAL: Hay golpes que dejan hematomas, cicatrices, pero hay otros que no se ven. Ésta clase de violencia incluye maltrato verbal en forma repetida, acoso, reclusión y privación de los recursos físicos, financieros y personales.

Está comprobado que 130 mujeres colombianas a diario sufren violencia doméstica y cada 44 minutos una mujer fue violada por grupos al margen de la ley. Incluso se llegó a conocer, podría poner el ejemplo de los paramilitares del Catatumbo que tenían esclavas sexuales, y es realmente sorprendente que ésta violencia sexual en marco del conflicto armado no ha sido sólo por parte de guerrilleros, paramilitares sino también por soldados. “Los soldados violaron a unas mujeres que estaban capturadas, “doble c” dio la orden que la lleváramos la finca 35 y allá fueron asesinadas y violadas por 100 soldados, eran 3 mujeres de la zona.” Confesión de Heber Veloza, alias “HH”.

Una investigación realizada por el Departamento de Derechos Humanos de la Universidad Sergio Arboleda concluyó que las niñas entre 11 y 15 años que pertenecen a comunidades indígenas son las principales víctimas de violencia sexual cometidos por las Farc. Asimismo, que en los datos recolectados, se evidenció que hasta 2011 cerca de 1.800 guerrilleras fueron obligadas a abortar.

“Su libertad, su integridad, su sexualidad y su vida han sido consideradas propiedades, premios y botines de la guerra. Las mujeres, lejos de ser respetadas como seres humanos integrales y libres, han sido tenidas como esclavas, objetos de satisfacción, complacencia e incluso venganza de los hombres. Pero no solo la guerra ha sido fatal con ellas, también lo ha sido la justicia, que decidió abandonarlas como si no tuvieran importancia. Las investigaciones y sentencias por violencia sexual en el conflicto son prácticamente nulas y lo poco que se conoce en la materia no ha servido para ganar la atención que requeriría, en la mente de cualquier sociedad civilizada, la lucha contra estas monstruosas prácticas”, se lee en la introducción

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