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VERTIENTES ÉTICAS

“La ética, como pertenece a la filosofía, es una disciplina de intensa reflexión. En la que se pone en entredicho lo que uno quiere ser, con lo que debe ser”. (Magaña Matchain, 2009).

La ética, como todo estudio, se sustenta en corrientes filosóficas que se han desarrollado a través del tiempo y de acuerdo a las ideologías y/o tendencias del momento en que se desarrollan, tales como el utilitarista, teleológica y deontológica que se describen a continuación.

La ética utilitarista, propuesta por Jeremy Bentham y principalmente representada por John Stuart Mill, a finales del siglo XVIII; ésta es consecuencialista, lo cual quiere decir que, desde el punto de vista de la ética utilitarista, el valor moral de una acción se mide en función de sus consecuencias. Desde esta perspectiva, las acciones carecen de un valor moral intrínseco, siendo este extrínseco o relacional. Según la ética utilitarista, nuestras acciones han de estar orientadas a la consecución de la máxima felicidad para el mayor número de personas. (Galisteo Gámez, 2012). Mill establece que lo medular de ésta teoría ética es que lo justo ya no se define en sí mismo, o conforme a una referencia objetiva, sino que lo justo es lo que tiende a producir felicidad para la mayoría. Cobra relevancia la definición que se tenga de felicidad, y Mill no vacila en seguir a su maestro Bentham, al entender por felicidad "placer y ausencia de dolor". (Mansuy Huerta)

Desarrollada por Aristóteles, la vertiente teleológica o ética de la felicidad, proviene de la palabra telos que significa finalidad. El fin para Aristóteles es el bien: “aquello hacia lo que todas las cosas tienden”. Los fines o bienes que buscamos en la vida se subordinan unos a otros, y éstos convergen en un fin último: la felicidad. Si la felicidad es lo que todos los seres humanos quieren, generalmente no está donde la mayoría suele buscarla. La idea de la ética se articula en torno de la virtud, del cumplimiento de un ideal de excelencia en la persona (areté). Esta excelencia está determinada en función al fin que tiene la vida humana. El ser humano, es un sujeto con vida racional, que tiene un logos (sentido) en la vida: la felicidad. (Camps, 2007)

Finalmenete, la ética Deontológica, desarrollada por Emmanuel Kant, parte de la premisa de que existen obligaciones o deberes morales que deben cumplirse independientemente de la consideración de sus consecuencias. En este sentido el derecho tiene prioridad sobre el bien o el fin de la acción. “El deber moral básico es tratar a las personas como fines y no como medios para propósitos ajenos a sí mismos”. (Del Olmo, 2012).

Desde la perspectiva de Kant, toda ética que se base en la búsqueda de la felicidad es heterónoma. La búsqueda de un fin, la felicidad, contamina la pureza de la intención y de la voluntad en la medida que se interesa

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