Ética Para Amador: El Informe Completo
Enviado por EmmaMori • 6 de Mayo de 2013 • 1.746 Palabras (7 Páginas) • 603 Visitas
El Arte de saber vivir nunca ha sido más minuciosamente explicado, ilustrado y descrito en un lenguaje tan accesible: en el libro “Ética para Amador”, de Fernando Savater se ven reflejados todos aquellas interrogantes que como seres humanos libres nos persiguen eternamente hacia la toma de decisiones.
En la primera parte el autor refiere la gran diferencia entre la forma de vivir de los animales y los seres humanos. A través de varios ejemplos ilustra el hecho de que los seres humanos poseemos algoq u los animales carecen: la voluntad y que es ésta justamente la que hace de nuestros actos calificables como buenos o malos, logros o errores, aceptables o no, etc. Al contrario de los animales y las plantas, que actúan por naturaleza de una determinada manera (que puede resultar suicida y heróica a la vez), los seres humanos no estamos programados para tal comportamiento pues antes de ejecutarlo tenemos que decidir hacerlo, y es por eso justamente que recurrimos a la Ética como juez y autoridad del bien y el mal. Esta sencilla pero interesante introducción hace surgir una pregunta netamente social con respecto al ser humano y su insistente necesidad de hacer de su vida una rutina. Es la rutina lo que nos da un sentido de bondad y bienestar diariamente? Significa que mecanizamos lo que hacemos a diario en nombre de la seguridad emocional y de la salud mental?
Como si hubiera adivinado, el autor responde un poco más a estas preguntas en el segundo capítulo, titulado Órdenes, costumbres y caprichos. De seguro, hacer las cosas por costumbre es lo más fácil puesto que nos libera de toda responsabilidad sobre nuestros actos u omisiones. Pero gracias a que tenemos un raciocinio, no basta solamente con diferenciar estas tres partes del actuar humano: en muchas situaciones, como en la de atormentado capitán del barco, se debe evaluar cuál es la acción más correcta a ejecutar. Arriesgar la vida propia y la de otros dependientes de uno, desprenderse de la mercancía o simplemente arrojar a los más débiles de la tripulación por la borda. La vida está llena de estos dilemas enredadizos, pero últimamente a todo lo que se reduce es la importancia del discernimiento entre lo bueno y lo malo al reaccionar. Adicionalmente, me gustaría enfatizar en la idea de la paralización como la peor opción a tomar, pero como un riesgo que todos los seres conscientes corremos ante el exceso de reflexión. En otras palabras, pensar demasiado nunca será la respuesta correcta en tiempos de urgencia.
Por supuesto, por más que las órdenes, las costumbres y los caprichos estén bien definidos, siempre la la pregunta que uno se debe plantear antes de ejecutar cualquiera de estas es: ¿Por qué lo estoy haciendo? Y es este el momento en el que en verdad, nos damos cuenta de que lo hacemos porque lo queremos así, y simplemente así. Una orden descabellada de golpear a un empleado que no entiende una instrucción puede ser muy claramente expresada, pero eso no significa que uno la cumpla porque es una orden. Eso no la hace buena. Pero, irónicamente al obediente y dócil se lo llama a menudo “bueno” ya que nunca se impone ante nadie y no causa problemas. Por descabellada que suene la idea, la Ética depende de la conciencia y educación de cada individuo y su naturaleza de buscar la virtud sobre el vicio, permitiéndole, finalmente, “hacer lo que quiere”.
De aquí se derivan entonces el libre albedrío y la libertad. A través de ejemplos muy gráficos como el de los hermanos gemelos y el del millonario Kane, el autor expresa su punto con relación a hacer lo que uno quiere o hacer lo que se le venga en gana al momento. Lo que ambas historias tienen en común es la omisión de la libertad al satisfacer sus placeres más inmediatos y banales. Ambos renuncian a lo esencial de la vida como el contacto humano y un futuro mejor por obtener cosas que placen sus instintos momentáneamente. En el fondo, el punto del autor es justificar la existencia de la Ética y enfatizar en su importancia en las sociedades: la comunicación y el contacto con los demás es indispensable para el debido desarollo de un ser humano, pero muchos sacrifican este elemento vital por miedo a la muerte. Finalmente, el autor concluye en que se debe enfocar mejor los esfuerzos en vivir un abuena vida que vivir temiendo la muerte. El miedo como origen básico de las perversiones es un tema que siempre me ha intrigado: ¿Los tiranos son entonces niños aterrorizados del mundo en el fondo?
Más allá incluso de haber causado tanto daño a las personas de sus alrededores, estos dos personajes jamás tomaron en cuenta lo que estos actos provocarían en sí mismos y en sus conciencias. Cuando un individuo ignora sus deseos y necesidades más prioritarias, como las de socialización y pertenencia, hiere a mucha gente a su alrededor, pero aún peor: se va autoeliminando a largo plazo. No se puede sacrificar la vida social por todos los caprichos que uno tenga, es por eso que para evitar estos tipos de aislamiento, es importante hacer parte de la rutina el ser buenas personas.No pretender engañar a nadie, porque gracias a nuestra conciencia, lo único que en verdad hacemos es engañarnos
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