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CONFLICTO COLOMBO PERUANO


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  2.434 Palabras (10 Páginas)  •  514 Visitas

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CONFLICTO COLOMBO PERUANO

ENSAYO

Los conflictos a nivel nacional e internacional entre países, se suceden con frecuencia, por diversas razones Colombia no es ajena a estos sucesos y así sucedió en 1932, cuando hombres armados de Perú, al mando de Oscar Ordoñez (hijo del coronel y exjefe militar de Loreto) y Juan de la Rosa (comandante de la guarnición peruana de Chimbote), irrumpieron en la población de Leticia y detuvieron a la autoridad existente; al ver tal acción peruana, algunos civiles colombianos que mostraron su disgusto por la toma, fueron sacados del pueblo. Así, los vecinos izaron la bandera peruana y arriaron la bandera colombiana.  

Alrededor de todo lo anterior, siempre queda la incógnita del que fue lo que sucedió para que iniciara todo un conflicto, no esperado. La tesis que se explica ahora, se remonta a la época de la colonia, en la época del Virreinato de la Nueva Granada y el Virreinato del Perú, los cuales entraron en desacuerdo territorial limítrofe, como fue el caso Maynas, y Jaén, áreas que el Perú se los quería otorgar.  

De estas circunstancias nace el hecho de que, los antecedentes se emanan debido al abandono de la zona, Colombia a pesar de tener títulos territoriales, se olvidó de la región selvática del sur, hasta el Caquetá, considerándola por el vecino país de ellos. El descuido de cada gobierno, condescendió para que fuera explotada por no haber tenido en cuenta los límites y que allí, era un sitio que debía haberse puesto guardia, por ser zona fronteriza. Toda la región del Putumayo y Caquetá, fue escenario de explotación cauchera por la casa Arana, que se encontraba en territorio Peruano.  

El no tener claridad respecto del límite fronterizo entre los dos países, movió a Perú a las aspiraciones territoriales, llegando hasta el río Caquetá, razón para generarse eventualidades fronterizas.  Si bien es cierto, la cédula de 1802[1] no fue de segregación territorial, por tanto Perú solo hasta 1853, aludió que el documento determinara límites entre los virreinatos.

Para los fines de este argumento, la noticia u opinión sabida, era la de que un grupo antagonista inconformes con el tratado Lozano-Salomon, firmado entre los dos países, habían quedado inconformes y ahora por iniciativa propia querían dar un golpe de Estado, pero que de ahí no pasaba y no había consecuencias; sin embargo más tarde el mismo presidente peruano, el general Sánchez Cerro les brinda todo tipo de apoyo, aduciendo que “el convenio de 1922, por haber sido negociado y ratificado durante la dictadura de Leguía, carecía de validez y podía ser desconocido por el nuevo régimen, en aras de la reivindicación de supuestos derechos del ocupante al norte del Amazonas[2].

Como lo explica Michelsen y Donadio (1990), con Perú se llevaban cerca de doce años, que se mantenía la paz; desde 1911, cuando las tropas se enfrentaron en el punto la Pedrera, situado sobre la orilla izquierda del río Caquetá, afluente del Amazonas. No es extraño pues, que con el olvido gubernamental que tenían en la frontera sur, tanto territorial como a nivel de tropas, perdieron la batalla los colombianos, quienes estaban al mando del general Isaías Gamboa y, los peruanos al mando del coronel Oscar Benavides; ésta pérdida colombiana y victoria peruana, dio pie a que los vencedores tuviesen la creencia, que habían instituido un título para desalojar a todo colombiano del Amazonas y además extender sus fronteras, en donde por virtud de títulos españoles, siempre habían sido colombianos.

Perú, siempre había sobresalido de Colombia por su capacidad y fortalecimiento en soldados y armamento y de vez en cuando, oscilaban sobre territorio colombiano. Cabe acotar aquí, que así mismo como sucedió en Troya, por una mujer, también un incidente masculino, trajo consigo consecuencias, según lo comenta Michelsen y Donadio (1990).

Muchos años después llegó a mi conocimiento el verdadero origen del desafortunado episodio que tantos dolores de cabeza le produjo al gobierno de Olaya, pero que, en último término, le sirvió a Colombia para interesarse en nuestra frontera sur y construir de emergencia los caminos que hoy nos permiten llegar por tierra hasta algunos de los grandes ríos afluentes del Amazonas.     

Una mestiza de nombre Pilar, conocida como “La Pila”, era la amante del alférez peruano Juan de la Rosa, encargado de la guarnición de Caballo de Cocha, en las vecindades de Leticia, y, como en el caso de la guerra de Troya, también requería sus favores otro pretendiente, que era nada menos que el intendente colombiano del Amazonas don Alfredo Villamil Fajardo, uno de aquellos cachacos bogotanos de la época del Centenario. Dicharachero y galante, a pesar de sus atributos Villamil fue, en la competencia con el rudo soldado, quien perdió la partida, porque “La Pila” prefirió la compañía de De la Rosa y se estableció en forma definitiva en Caballo de Cocha. ¿Cómo iba a resignarse a tan afrentosa derrota nuestro compatriota? Sin parar mientes en que hacía apenas cuatro años que se nos había entregado el Trapecio Amazónico, y que era grande el descontento entre los peruanos, optó por raptarse a la bella, acompañado de tres o cuatro agentes de policía que la obligaron a volver a Leticia.

No cabe duda que, el anterior episodio y otros como los llamaban de carácter doméstico, por ser supuestamente toma de particulares, mientras que para los del Perú, eso era una perturbación provocada por los comunistas; no es extraño pues, que de todas maneras los incidentes, son incidentes y esto incita a que se volvió un problema, de nacionalidad, la cual se encontraba bien herida, por ver que el país vecino no guardaba composición por el Tratado anteriormente expuesto. Como se ha mencionado, no era la primera vez que Perú incursionaba en Colombia, “en 1908, 120 soldados peruanos en dos embarcaciones se tomaron la estación de la Unión, Caquetá, defendida por 17 soldados colombianos y un oficial”.  (Banco de la República-Revista Semana, 2012).

También cabe mencionar nuevamente que, el Estado no se preocupaba por el sur, es decir no había presencia como tal, y por eso el país vecino, aprovechaba cualquier oportunidad para sacar provecho de los recursos colombianos, como fue el caso del caucho, el cual vendían a muy buen precioso mundialmente, especialmente a Estados Unidos e Inglaterra. Por lo tanto, solo

En 1911, ante la presión civil y militar, inspirados por el General Rafael Uribe Uribe, el gobierno envío 70 hombres sin apoyo logístico, finalmente abandonados en la Pedrera, Putumayo, donde fueron atacados por 480 peruanos en barcos artillados. Aun así resistieron tres jornadas, casi todos enfermos, comandados por el general Gamboa, quien también enfermo. Evacuaron sin víveres, sin municiones y cadavéricos”. (Banco de la República-Revista Semana, 2012).

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