CORRIENTESPEDAGÓGICAS: LA LEGITIMACIÓN FILOSÓFICA DEL RÉGIMEN
Enviado por josephali • 10 de Diciembre de 2012 • Informe • 3.856 Palabras (16 Páginas) • 464 Visitas
el desarrollo capitalista, partiendo de la sustitución de importaciones. Durante los años cincuenta, la economía parecía tener asegurado su crecimiento. Todo se expandía, hasta los precios. Era sorprendente que México creceiera con inflación, pero el costo social fue muy alto. Fue necesario entonces equilibrar el desarrollo. El gobierno se vio obligado a devaluar la moneda (1954) y a poner en práctica una nueva estrategia de desarollo: el desarrollo estabilizador. En este tipo de modelo, que termina en 1970, lo más importante fue una expansión económica constante, tasas bajas de inflación y redistribución selectiva. Su meta era la industrialización del país para lograr una tasa de crecimiento con estabilidad de precios y de cambio. Esta política económica se debió fundamentalmente al crédito externo quien permitió al Estado no caer en nuevas devaluaciones. Sus consecuencias derivaron en una exagerada dependencia del endeudamiento exterior, se postergó el desarrollo agrícola y produjo una desigual distribución del ingreso.
CORRIENTESPEDAGÓGICAS: LA LEGITIMACIÓN FILOSÓFICA DEL RÉGIMEN
Desde los tiempo de Plutarco Elías Calles, la educación estuvo orientada a crear una nueva sociedad mexicana identificada con las instituciones que emanaron de la Revolución de 1910, además de hacer incapié en el amor a los ideales y principios revolucionarios. El objetivo que se perseguía con esto era la cración de un México fuerte y unido. Por otro lado, y a pesar de los esfuerzos de José Vasconcelos por una educación humanista e integral, la educación empezó a verse como un instrumento por medio del cual se consolidara y legitimara el nuevo sistema político, y que además fuera la base que sostuviera los programas económicos. Es a partir de Calles cuando educar para producir se convierte en la bandera e himno de la educación pública en México. Por razones de estabilidad política, esta pedagogía de la producción no se desarrolló plenamente sino hasta los años cuarenta y cincuenta, después que la Segunda Guerra Mundial generó un nuevo orden político-económico en el mundo entero. Manuel Ávila Camacho (1940-46), Miguel Alemán Valdés (1946-52), fueron los presidentes mexicanos que impulsarían de lleno esta política educativa a través de la Escuela de la Unidad Nacional, de la cual cimentaría la democracia e industrialización de México.
Esta política educativa tiene su justificación) filosófica. Durante los cuarenta y los cincuenta mundialmenten se hablaba de cuatro distintos modelos de escuelas o de pedagogía, cada una de las cuales perseguían un fin específico y respondían a una estructura económica y social determinadas. Tales escuelas eran: la pragmatista, representada por John Dewey, la reformadora apoyada por Alfred North Whitehead, la científica-realista de Edouard Claparede y Jean Piaget, la reconstruccionista social de Carlos Marx, Vladimir Lenin, Makarenki, y desarrollada por Paul Natorp y George Kerschensteiner. Lo que identifica a tal variedad pedagógica fue el progresivo control del Estado. En México, la educación pública recibió los impactos de las teorías pedagógicas norteamericanas y de las alemanas, especialmente las representadas por Dewey, Natorp y Kerschensteiner.
John Dewey
La “escuela Dewey” no es sino una escuela-laboratorio en donde la filosofía y la psicología funcionan como laboratorios pedagógicos. En reacción a la escuela tradicional, John Dewey propone una escuela en donde el aprendizaje se vaya dando según los requerimientos del mismo educando, de forma libre y práctica.
Para Dewey, el objetivo de la escuela tradicional era preparar a los futuros adultos del mundo. Preocupada por el futuro, esta escuela se olvidaba del hoy del niño, restaba importancia a la actualización de las capacidades latentes del individuo: el interés era preparalos para enfrentar lo venidero. En contrapartida a la escuela tradicional, la escuela Dewey tomó como punto de partida las actividades comunes con las que estaba inmediatamente comprometido el niño.El fin de la educación consistía en ayudar al educando a resolver los problemas suscitados por el contacto con sus ambientes físico y social. Debido a que dichos contactos se desarrollan, principalmente, en la casa y en la comunidad, Dewey puso énfasis en que la escuela funcionara como una prolongación simplificada y ordenada de dichas situaciones sociales.
Para poder cumplir estas premisas, la “escuela Dewey” partía de las capacidades y de las tendencias presentes del niño, pero a diferencia de la escuela tradicional, Dewey concebía el programa como un instrumento que ayudaría al educando a realizar todos los proyectos que éste se formulara. Además, el programa se fundaba en las necesidades del niño, como el alimento, el vestido, la casa. Es decir, la preeminencia del programa no se fundamentaba en la lectura y escritura, o en las matemáticas y demás areas de la ciencia, considerando a estos conocimientos y habilidades como meros instrumentos. La meta de la escuela de Dewey era no cometer el error de desvincular el saber del hacer, proponiendo una escuela en donde la vida cotidiana del niño marcara el ritmo del aprendizaje así como los conocimientos que se requerían.
La escencia misma de este tipo de instrucción motivada consistía en conservar constantemente en el espíritu la relación entre los fines y los medios. Si el niño podía ser partícipe conciente de los fines y las metas en la matriz de su vida diaria, entonces el interés por el aprendizaje se hacía obvio ante la vista de los fines. A concencuencia de esto, en la escuela activa se le daba gran importancia a las actividades manuales como la que se lleva a cabo en los oficios. El ambiente en el que se desenvolvía el niño dentro de la “escuela Dewey” era el de una comunidad oficiosa, en donde cada niño tenía su parte irremplazable, su propio trabajo, desarrollándose el sentimiento de una cooperación mutua y el sentimiento de trabajar de un modo positivo por la comunidad. Así se lograba que no fuera el maestro de quien emanaba la disciplina y el orden (característica de la escuela tradicional), sino que el mismo niño las impusiera a partir del respeto a su trabajo y al derecho de los demás consagrados a otras partes de la actividad comunitaria. Dewey sentía que la atmósfera moral de la escuela dependiía de una participación en los mismos motivos morales que se encontraban en la vida exterior.
Paul Natorp
Representate de la escuela filosófica neokantiana en Marburgo, sostenía que la educación tiene como funciónayudar al educando a asimilar el mundo objetivo de los valores que constituyen la cultura de su tiempo. Las tesis de la filosofía de la cultura natorpianas pintaron la política educativa durante el gobierno
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