Capitalismo En Mexico
bebitavico29 de Abril de 2013
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EL CAPITALISMO EN MEXICO. MARCO HISTORICO
EL MODELO DE “CRECIMIENTO HACIA AFUERA”
El “capitalismo dependiente”
Este tipo de modelo económico correspondiente a la fase introductora del capitalismo en los países no industrializados, en el marco de las relaciones desiguales de intercambio entre centro y periferia, características de la etapa imperialista desarrollada particularmente en el último tercio del siglo XIX.
La teoría de la dependencia es producto del trabajo de investigadores latinoamericanos quienes, durante la década de 1960, examinaron las implicaciones políticas y sociales que tuvieron lugar en las estructuras socioeconómicas surgidas como consecuencia de la larga interacción de los países de América Latina con las metrópolis europeas, sobre todo después de culminado el periodo colonial, y en particular a partir de la etapa de “crecimiento hacia afuera”, cuando se origina el capitalismo dependiente.
El propio termino dependencia enfatiza la manera en que la economía, la tecnología, la política e incluso la cultura, están condicionadas en los países pobres por una economía global dominada por los países ricos.
El desarrollo y el subdesarrollo pueden considerarse como estructuras parciales, pero interdependientes, que conforman un sistema único. La característica principal que diferencia ambas estructuras es que la desarrollada, en virtud de su capacidad endógena de crecimiento, es la dominante; y la subdesarrollada, dado el carácter inducido de su dinámica, es dependiente. Lo cual se aplica tanto entre países como dentro de un país.
La realidad de los países con economías capitalistas no es tajante, sino que se puede hablar de diversos niveles de desarrollo, según los rasgos específicos de cada nación enmarcada por el término de subdesarrollo. De esta manera, puede hablarse de países menos desarrollados, en desarrollo, en vías de desarrollo, o simplemente atrasados, con base en el acervo de datos estadísticos recopilados a escala mundial, por la ONU, sobre población, estructura económica, distribución de la renta, estratificación social, dependencia y vulnerabilidad económica.
Estos datos periten distinguir otro grupo de países, considerados como de reciente industrialización, que han podido salir del subdesarrollo, entre ellos se encuentran los llamados tigres asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur) y también se incluyen, al menos en parte, a países latinoamericanos como México y Brasil.
En el plano económico ningún país es autónomo; el desarrollar una nación no significa poner en riesgo la soberanía nacional, aunque se pierda cierta autonomía porque en la toma de decisiones deben considerarse los intereses extranjeros como actores esenciales en las relaciones económicas internacionales.
La etapa de “crecimiento hacia afuera” en México (1880 – 1938)
La incorporación de México al sistema capitalista solo fue posible en la penúltima década del siglo XIX, cuando la forzada paz porfiriana pudo imponerse en una nación agotada por la continua lucha civil y las intervenciones extranjeras; dada la carencia de recursos financieros y tecnológicos que padecían los países latinoamericanos en esa época, hubo de basarse en la inversión de capital y tecnología que los empresarios extranjeros hicieron en México.
En el contexto de aquella forma de dependencia, todas las ramas de la producción estuvieron sujetas a las necesidades del mercado externo, por lo que el crecimiento experimentado en la economía mexicana a partir del porfirismo y hasta la década de 1930, se considera como un “crecimiento hacia afuera” en virtud de que los sectores del más alto desarrollo abastecían de materia prima a la industria extranjera y, en menor medida, de bienes de consumo al comercio exterior, mientras quedaban relegadas las áreas productivas dedicadas al consumo interno.
Respecto al papel del estado mexicano durante esa prolongada etapa, es preciso recordar que la misma se compone de varias subetapas divididas, con base en un orden político, de la siguiente manera:
Porfirismo (1880 – 1922).- Las empresas involucradas en la inversión extranjera directa exigieron estímulos y garantías del estado mexicano para invertir en las actividades que les parecían más rentables. Los principales focos de atracción de los inversionistas ingleses o estadounidenses fueron los ferrocarriles, la minería y ciertos productos agrícolas.
Periodo de la revolución mexicana (1910 – 1917).- Afloraron las demandas sociales y económicas de los grupos que, se unieron al movimiento.
Periodo de la reconstrucción (1917 – 1934).- Los últimos años de esta etapa, coinciden con los momentos mas difíciles que experimentara la economía mundial; este fenómeno afectó de manera primordial las áreas productivas de la inversión extranjera directa dedicadas al sector externo, y en mucho menor medida a las de capital mexicano orientadas al consumo interno.
Gobierno de Lázaro Cárdenas (1934 – 1938).- Los años de este gobierno coinciden con el momento de auge de la teoría económica keynesiana en las sociedades capitalistas y, por consiguiente, con el sistema de economía mixta.
El modelo de “crecimiento hacia adentro”
Los gobiernos de algunos países latinoamericanos, decidieron impulsar el desarrollo de la economía nacional, dentro de una política denominada Industrialización sustitutiva de importaciones, o simplemente Sustitución de Importaciones (SI). Se trataba de sustituir los artículos manufacturados de procedencia extranjera que, por artículos de la misma naturaleza fabricados por la industria nacional. La puesta en práctica de la sustitución de importaciones, implicó un conjunto de acciones gubernamentales de fomento a la industria privada incluyendo de manera primordial el proteccionismo económico, permitiendo a los países latinoamericanos que la adoptaron, ser considerados internacionalmente como “en vías de desarrollo”.
La etapa de “crecimiento hacia adentro” en México (1938 – 1988)
Esta etapa presenta en México tres momentos:
La fase inicial (1938 – 1954)
Durante este lapso, el estado mexicano impulsó a la industria mediante el proteccionismo económico, con estímulos fiscales que incluyeron la elevación de tasas arancelarias, la reducción e incluso exención de impuestos para la iniciativa privada; además de subvenciones, créditos y obras de infraestructura.
En los años de la posguerra continuó el crecimiento de la economía mexicana, no obstante los problemas de la balanza de pagos, generados por el aumento de la inflación, que llevó a una perdida de competitividad ante los mercados internacionales y obligó en consecuencia, a devaluar la moneda en tres ocasiones. En la década de los cincuenta empezó a darse un aumento de la inversión extranjera directa, la cual, aunque no representara un porcentaje significativo frente a la inversión nacional, también fue beneficiada con medidas proteccionistas.
Fase de desarrollo estabilizador (1955 – 1970)
Se pretendió mantener en equilibrio tanto la política como la economía y el orden social, a fin de que se mantuviera el modelo de crecimiento. En el orden económico interno, se buscaba mantener controlada la inflación y en mantener un equilibrio entre precios y salarios, lo que permitió que los sectores financieros y empresariales tuvieran confianza de invertir en México. Las políticas macroeconómicas dieron como resultado un flujo estable de entradas de capital, y propiciaron que el ahorro externo se gastara internamente.
Fase de agotamiento y crisis (1970 – 1988)
La economía mexicana cayó en manifiesto declive; al decaer la teoría keynesiana para dar paso a la perspectiva monetarista de tendencia neoliberal. En lo interno, las políticas macroeconómicas de los gobiernos mexicanos en ese lapso, se apoyaron en el aumento de la intervención estatal y en la expansión del gasto publico. El periodo cierra en 1988 al terminar el gobierno de Miguel de la Madrid, aunque ya desde 1985, con el ingreso de México al GATT, se había iniciado el abandono de la estrategia sustitutiva de importaciones para orientarse progresivamente, con el comienzo de la desincorporación de empresas paraestatales, en busca de la recuperación económica, hacia el modelo neoliberal.
Con el aumento del déficit fiscal y un creciente desequilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos, ambos financiados con endeudamiento externo, provocaron la reacción negativa de este y minaron la confianza de los inversionistas; el sector privado recurrió entonces a la fuga de capitales para protegerse contra una probable devaluación del peso y también como una arma política en contra del gobierno.
En esta ocasión la fuga de capitales no pudo resolverse, como en años anteriores, con las reservas del Banco de México o con nuevos préstamos, por lo que se abandonó el tipo de cambio fijo del peso mexicano frente al dólar, decretándose su flotación en el mercado de divisas, lo que en realidad constitutiva la devaluación, e hizo necesaria la intervención del Fondo Monetario Internacional, tanto para brindar apoyo financiero al país, como para supervisar se llevaran a cabo adecuadas medidas antiinflacionarias.
Del auge petrolero al a “crisis de la deuda”, José López Portillo su mandato, adoptó medidas de austeridad para estabilizar la economía con el apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional, pero cuando se confirmaron los descubrimientos de cuantiosas reservas petroleras, se dio un cambio drástico en la
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