El Arte De La Ficción
Enviado por Rakzodiak • 28 de Mayo de 2013 • 1.249 Palabras (5 Páginas) • 337 Visitas
El arte de la ficción es el título y declaración de intenciones de lo que debería ser en adelante la escritura de ficción, El arte de la ficción, es la contestación que en 1884 Henry James hizo a la conferencia del escritor Walter Besant. En ella, Besant defendía la necesidad de que toda obra de ficción se moviese por un “propósito moral consciente”, algo propio de la sociedad de finales del XIX. La decadencia de esa época y el avance social que desembocará en el empuje de las vanguardias, va a permitir que los autores reivindiquen su derecho a la autonomía y a defender la libertad de creación por encima de barreras.
En su defensa de la libertad de creación, James, sólo establece como límites que la obra sea interesante y que la actitud del autor sea sincera. Tan simple y tan evidente que causa vértigo. Como sociedad sólo nos es permitido juzgar su resultado. Cualquier premisa anterior es intolerable.
Las impresiones sobre la vida real son “el mismo aire que respira” el autor, pero también el lector. Cada lector es diferente, lo que hace que un mismo libro tenga múltiples lecturas incluso para el mismo lector.
Así, la novela y posteriormente el guion, consiguieron el primer tratado moderno sobre su naturaleza libre de ataduras morales. Las escasas páginas del texto son una defensa sobre la libertad del autor para la elección de los temas y la concreción de la forma con que mejor resolver cada historia. Algo que ahora nos resulta obvio pero que, en su momento, fue un cambio total en el concepto.
En el arte de la ficción, Besant atribuye a las reglas del novelista: la “precisión y exactitud” de las leyes de la armonía, la perspectiva y la proporción.
Dirá que los personajes, y la situación que más real nos parece, serán los que más conmuevan e interesen.
Según Henry la única clasificación de la novela que puede haber es entre la que tiene vida y la que no la tiene.
Sobre el concepto de “novela inglesa moderna” dice que es tan difícil suponer que una persona pretenda escribir una novela inglesa moderna como suponer que escriba una novela inglesa antigua. Uno escribe la novela, pinta el cuadro, en su propia lengua y en su propio tiempo, y llamarla inglesa moderna no hará más fácil esta tarea, dice Henry.
Le recuerda a Besant que ha diferentes tipos de gusto, a algunas personas no les gusta leer sobre carpinteros a otras no le interesa leer sobre cortesano y viceversa.
Henry dirá que el ámbito del arte es toda la vida, todo el sentimiento, toda la observación, toda la visión. Esta es una respuesta suficiente para quienes sostienen que el arte no debe tocar las cosas tristes de la vida.
Pero para Henry la parte más interesante de la conferencia del señor Basant es, su alusión al “consciente propósito moral” de la novela.
En el futuro de la novela el novelista mantiene un cómodo acuerdo con los hijos clamorosos de la historia, que tiene que hacerlos tan vivos y tan libres como hace el novelista a sus títeres y tiene que aceptarlos tal y como son.
Debemos ser tolerantes con el crítico si el cuadro es a veces confuso, siempre y cuando su propósito haya sido realmente penetrar en él.
La clase de gusto que suele llamarse bueno no tiene nada que ver con el asunto, nos encontramos ante millones de personas para quienes el gusto no es sino un instinto oscuro y confuso.
James afirma que ha personas que han amado la novela, pero que ahora se sienten ahogados por su palabrería, y para la que, incluso en alguna de sus mejores manifestaciones, se ha convertido en un terror que se esfuerzan por evitar con toda hipocresía.
El novelista solo puede agarrarse a eso: a reconocer que lo que el hombre debe ofrecer es
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