La Impunidad

A IMPUNIDAD: EL PAN DE CADA DIA

La crisis de los derechos humanos en Colombia, todavía no ha alcanzado las manifestaciones de las dictaduras militares que azotaron a Latinoamérica en las anteriores décadas, pero se ha alimentado de las mismas prácticas de los crímenes de LESAHUMANIDAD: torturas, desapariciones forzadas y genocidio, en un marco similar de terrorismo de estado. Lo peculiar y paradoxal es que a la vez que se habla de un formal régimen civil que se presume ser una democracia de las más estables y antiguas del continente.

La declaración universal de los derechos humanos es un claro escrito que vela por el respeto a la dignidad humana y la justicia para todas las personas. Esta misma promueve que todos tenemos derechos, deberes y obligaciones que se deben cumplir y respetar sin discriminación alguna, es decir ser aceptados como somos, pensamos y actuamos ante una sociedad y además se tienen deberes que cumplir frente a los demás y al estado, aunque muchos de estos deberes y derechos sean violados por el estado y por nosotros mismos. Claros ejemplos de la violación de los derechos humanos es la trata de personas en donde la víctima se ve afectada completamente, ya que está siendo torturado, abusado y obligado a ser privado de su libertad; esto mismo es el secuestro donde a una persona se le vulnera el derecho a la libertad y no solo a esto si no a la vida y al desarrollo de sus creencias, no solo el secuestrado sino también a todo su núcleo familiar, la mala atención en salud por parte del estado colombiano es uno de las más frecuentes vulneraciones en esta sociedad, la falta de inversión social, a nivel educativo, en oportunidades tanto académicas como laborales dirigidas hacia las poblaciones populares de este país, es así como en realidad se vulneran los derechos humanos, si todas estas situaciones mejoraran estamos seguros que progresivamente se irán disminuyendo las violaciones a los DD.HH.

Actualmente, en Colombia la gran mayoría de los crímenes cometidos, y especialmente las violaciones a los derechos humanos, no se investigan, no se esclarecen, no se castigan y, como consecuencia, tampoco se repara a las víctimas esto porque ya sabemos que las violaciones a los DD.HH son responsabilidad del estado colombiano. No debemos ser cómplices, con nuestro silencio, de la perpetuación de esta intolerable situación. Es preciso seguir buscando las vías de solución, que inevitablemente pasan por la puesta en práctica de las recomendaciones de los organismos internacionales de protección de los derechos humanos.

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