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La chaya riojana


Enviado por   •  23 de Febrero de 2016  •  Apuntes  •  706 Palabras (3 Páginas)  •  358 Visitas

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LA CHAYA RIOJANA

Durante la fiesta de la Chaya, es decir durante el carnaval riojano, los juegos carnavalescos acontecen paso a paso, manteniendo novel esta alegre festividad, cuyos inicios se remontan en las prácticas de un culto agrario de agradecimiento a la MadreTierra.

Por Cecilia Mercado Díaz


Con varios días de anticipación, las familias o grupos de vecinos de arraigado hábito, recorren las afuera en busca de algarrobales blancos. Con sus frutos, las algarrobas, prepararán la aloja, esa bebida tan refrescante que han de ofrecer a los bailadores y músicos cuando llegue el carnaval.
La Chaya sobreviene en el mes de febrero; nos la podemos imaginar como integrada por distintos juegos, siendo los más tradicionales los baldazos de agua, el topamiento o coronación y la quema del Pujllay.
Los baldazos de agua, son parte de la diversión que se lleva a cabo en los primeros días. Estos suelen ocurrir en horas de la siesta y la tarde y se dan de manera espontánea entre los vecinos. Se establecen dos grupos y gana el equipo con menos integrantes mojados o el que esquivó mejor los baldes y bombitas con agua. También, forma parte de esta diversión el embadurnarse las caras con harina, barro y pintura. A la noche, predomina la entonación de vidalas y coplas acompañadas por la caja chayera, un poco de vino, una ramita de albahaca detrás de la oreja y se lanza mucha harina.
Con el correr de los días llega el juego del topamiento o coronación. Este ya reviste de ciertos preparativos. Tiene por protagonistas a dos amigos o amigas que se tienen mucho afecto y desean convertirse en compadres, “los cumpas”, y si son mujeres, en comadres, “las cumas”. En el lugar donde se llevará a cabo el topamiento, se hace un arco de ramas de unos 2 metros de alto por unos 4 de ancho, adornado con cañas silvestres, hojas de palmeras, flores, cintas y serpentina. A la hora señalada, partiendo desde sus respectivas casas, las comadres o los compadres, acompañados por su respectivo séquito y al compás de varios tambores, se dirigen al lugar de la cita. Cuando los separan aproximadamente unos 50 metros de distancia, comienzan a cantar el tradicional Carnaval del Cura, y bailando a saltos proceden a toparse (encontrarse) debajo del arco. Allí se intercambian unas coronas que les acercan sus acompañantes y se las colocan en sus cabezas. Luego toman un vaso de aloja y se tiran harina. Mientras tanto la concurrencia canta, tira petardos y bombas de estruendos. Luego, todos se dirigen a una vivienda donde se realiza el baile y se cantan vidalitas chayeras y se bebe hasta la embriaguez.
La Chaya finaliza con el juego de la quema del Pujllay, marcándose una diferencia con otras poblaciones del Noroeste argentino, donde al Pujllay se lo entierra. Antes de describir este juego, vamos a recordar que Pujllay era la divinidad de la alegría, de la fiesta y de la risa, concebida por los pueblos originarios del Noroeste argentino. En aquellos tiempos prehispánicos, Pujllay, presidía todos los juegos; hoy sólo nos queda como el héroe del carnaval.
La ceremonia consiste en una especie de procesión con el muñeco al frente que ha sido confeccionado con paja y trapos, y vestido andrajosamente, pero con infaltable sombrero de paja. Detrás del muñeco, que puede ir en andas, o sobre un burro o sobre el capot de un automóvil, le siguen los músicos y cantores, que van entonando vidalitas y de tanto en tanto toman un vaso de aloja. Entre música, risas, bullicios, petardos y algazara, se le tira un poco de harina y almidón al muñeco, coronándolo también con vainas de algarroba, ramas de albahaca, sarmientos con racimos de uvas y flores. La procesión termina en un sitio descampado donde se ha preparado un fogón con ramas, dejando espacio en su centro para la silla donde se sentará al muñeco. Previos cantos, gritos, llantos fingidos y duelo forzado, se le prende fuego. Sobre las cenizas se tira agua y harina, queriendo significar que para el año siguiente lloverá más, el campo será más fecundo y habrá buenas cosechas. Así las farras terminan y se da por concluida la chaya o carnaval riojano.


Fuentes
Martín Horacio Gómez, “Chaya Riojana”.
Adán Quiroga, “El Folklore Calchaquí”, editorial Sarquís, p. 14 a 21.

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