Las Venas Abiertas De América Latína

LA FIEBRE DEL ORO

El signo de la cruz en las empuñaduras de las espadas.

1442, año que cambiaría el mundo y lo moldearía a la visión que tenemos de él en la actualidad. Colon llegó a América, confundido por la intención de llegar a la india. En España los musulmanes eran tan solo un mal recuerdo, ochocientos años y una bancarrota era el panorama de la casa real española después de haber recuperado su reino. La guerra santa y la militarización del reino de castilla son sucesos que explican el descubrimiento de América y de cómo les pertenecía a los españoles por decreto divino según el Papa Alejandro VI.

La América habitada por “indios” sufrió de la esclavitud, bendita y permitida por la iglesia como castigo a todo aquel que no se convirtiera a la religión católica. Y aquel que se convertía era al fin de cuentas un esclavo católico, puesto la libertad que pregonaba la iglesia era de carácter espiritual. Libre de espíritu, pero obligado al trabajo mortal. Durante el siglo XVI los productos agrícolas eran más valorados que la misma condición humana de los indios. La plata y el oro sirvieron para sacar a Europa de su letargo y ponerlos a las puertas del capitalismo. España y Portugal contribuyeron en gran medida a la construcción del mundo en el que hoy vivimos a través de la fe cristiana y la explotación de los recursos naturales.

El oro, la maldición de nuestros pueblos y el alimento de la avaricia de los visitantes, desde su llegada, deslumbrados por las riquezas y la abundancia del metal que ostentaban los nativos, buscaron y desgarraron de la tierra el precioso metal. Aprovechados de la mitología americana que los creían dioses. La plata, tan abundante en muchas zonas del continente también fue maldición de sus pueblos. La explotación de los metales de América Latina en gran medida explica el subdesarrollo de la región impactada por el mazo de los colonizadores, pero también fue la maldición de aquellos que la extrajeron y comercializaron.

España trafico metales a lo largo de su reinado en América, tanto que la opulencia de los españoles y de su corona alcanzó niveles de despilfarro. La plata llegaba a España pero se guardaba en las bóvedas de todos los acreedores del pueblo y reino español. La lucha por el mercado español entre los europeos permitió que el oro y la plata extraída desarrollaran sus estados y países. España fue tan solo el puente entre América y Europa.

La exagerada explotación alentó la creación de grandes urbes mineras a lo largo de la colonia, urbes que así como nacieron de la noche a la mañana desaparecían, para quedar en el olvido del mundo, aun cuando el sistema estaba en funcionamiento gracias a todo lo que se extrajo de sus tierras. El esplendor de lugares como Potosí o Zacatecas durante los siglos XVI y XVII contrasta de gran manera con la pobreza y hambre que recorren sus calles hoy en día. La mayoría de las regiones con gran desarrollo en la colonia son las más subdesarrolladas del mundo. La discriminación de la sociedad indígena se hizo presente, su explotación y su incorporación a las tareas más duras del sistema mercantilista causaron estragos en la historia y dejaron su huella marcada para siempre en la vida de todos los pueblos latinoamericanos. La necesidad de la mano de obra para la extracción de los metales en todas las zonas del continente, México, Bolivia, Perú, Brasil entre otros, provocó las grandes migraciones a los centros de trabajo. En los cuales florecían ciudades hermosas y a sus alrededores cinturones de pobreza. La consecuencia que destino eternamente al hambre de estos pueblos fue, el abandono del campo por la avaricia de los conquistadores al extraer el metal. Metal que contribuyó a la creación y desarrollo del imperio Ingles, mismo metal extraído de América que combatió a Napoleón en Europa.

El oro y la Plata fueron el acabose de los americanos (nativos) aniquilados en las minas, así como de España y Portugal que nunca supieron administrar la opulencia y el beneficio de ingleses que con los metales de América edificaron y ejercieron un dominio que duraría hasta el siglo XX.

El rey de la azúcar y otros monarcas agrícolas.

Colón trajo a América la caña de azúcar. A partir de ese momento el campo del continente quedó condenado a la improductividad, el desgaste, y la explotación de monocultivo. Las plantaciones coloniales eran un reflejo fiel de la realidad de las minas de oro y plata. El feudalismo, el mercantilismo y la esclavitud compartían el escenario agrícola de manera conjunta y bien integrada. La producción agrícola que respondía a los intereses de los extranjeros, mismo que financiaban, genero las grandes extensiones de tierra para el cultivo de semillas de alto valor en los mercados europeos. Lo que ocasionó la aparición del latifundio cuyas consecuencias se viven aún. La exagerada migración hacia los campos de cultivo provoco que siglos más tarde, le sistema agrario de los países latinoamericanos tenga exceso de mano de obra barata.

La azúcar desató una encarnecida lucha de los diversos mercados donde se cultivó de manera masiva. Brasil y las Antillas cambiaron de manera rápida sus paisajes y sus poblaciones crecían y decrecían al ritmo de la producción agrícola de azúcar. Y Con ellos la soberanía de las regiones y hasta de las colonias. El importante producto agrícola ya sea azúcar o café, era fuente de ingreso a los latifundistas de la época colonial. Lo que genero el crecimiento del monocultivo, a expensas del deterioro de los

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