Periodo Liberal En Chile 1861-1891
Enviado por marisolhisccc • 20 de Octubre de 2013 • 1.826 Palabras (8 Páginas) • 674 Visitas
Periodo Liberal 1861-1891
EL LIBERALISMO
Muy lentamente, se empezó a desmontar el marco constitucional y legal que limitaba el avance de los liberales. Una nueva ley electoral en 1869, la prohibición de la reelección del Presidente de la República, las reformas constitucionales de los años 1873-74, y la ley de la comuna autónoma en 1890, fueron distintos pasos que se orientaban en un mismo sentido: liberalizar las instituciones, sus costumbres políticas, y localizar en los sectores oligárquicos el control del sistema político, desplazándolo de la esfera del Ejecutivo.
Pero fue en el estilo de hacer política, más que en las normas legales, donde se encontraron los elementos más representativos para explicar el ascenso de los liberales en el Gobierno.
La política era ahora el escenario para un debate público sobre al menos dos cuestiones importantes: el tema principal era restar —por la vía legal o de la práctica— la mayor cantidad de atribuciones al Presidente. La otra discusión se centraba en avanzar hacia una sociedad más laica o bien, sólo mantener la tutela clerical en los asuntos de la educación, la moral y las relaciones con el Estado.
Además, había una permanente disputa entre el Legislativo y el Ejecutivo, que se manifestaba en las acusaciones ministeriales que iniciaban los diputados de la oposición y que derivaban en una rotativa ministerial.
Desprovisto el Ejecutivo —a causa de las reformas— de las herramientas que le otorgaba la Constitución, sólo quedó como principal medio para someter a la oposición una desembozada intervención electoral.
La formación del llamado Club de la Reforma en 1868, fue el inicio del lento proceso ideológico que propiciaría el desplazamiento desde las formas autoritarias de gobierno hacia el establecimiento de un parlamentarismo, que se impuso finalmente en 1891.
EL AUGE DE LAS IDEAS LAICAS
En el otro debate —aunque influenciado también por las tendencias liberales— estaba el intento por hacer más laica a la sociedad. Los objetivos de los reformadores eran emancipar la educación y las costumbres de la tutela religiosa, así como también establecer un sistema en donde el Estado fomentara el libre pensamiento.
La dictación de una ley interpretativa que permitiría el ejercicio de otros cultos religiosos, la ampliación y fomento de un sistema educacional laico representado por el Instituto Nacional y la Universidad de Chile, las leyes sobre el registro civil y la de matrimonio civil, y el traspaso de la administración de los cementerios al poder civil, más la fundación de una universidad pontificia, constituyeron las formas en que la separación de la Iglesia y el Estado se fue abriendo.
Durante esta etapa, los partidos políticos comenzaron a adquirir forma de instituciones con organizaciones internas, con programas electorales que nacían de convenciones partidarias, y con una política de alianzas que buscaba concertaciones para alcanzar la presidencia de la República o mantenerse como mayoría en el Congreso.
Un caso representativo de lo anterior fue la formación de la fusión liberal-conservadora, que fue una combinación entre sectores que se separaron en asuntos religiosos, pero se unieron en el intento por debilitar al Ejecutivo. Tal vez la más compleja actuación política de este grupo fue el veleidoso comportamiento de los liberales. Con una tendencia natural al fraccionamiento, estos se movían desde cargos en el gobierno a la más férrea oposición.
En forma paralela a esta actividad partidista, durante esta etapa se avanzó en la consolidación de un sistema legal y reglamentario, que terminó por reemplazar totalmente las normas y costumbres jurídicas de la época hispana. Una amplia codificación de las actividades comerciales, judiciales, mineras y agrícolas consolidó el ordenamiento de las relaciones entre los civiles y el Estado, y entre las propias instituciones.
LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Este período se caracterizó por las difíciles relaciones internacionales con los países vecinos y con España. A ello se sumaron los intentos de otros países europeos por intervenir directa o indirectamente en los territorios americanos.
En la misma perspectiva de control territorial se ubicó la incorporación de la Isla de Pascua en 1888, territorio insular que se encontraba en la mira de Francia en su expansión imperial en el Océano Pacífico.
El crecimiento económico y el reconocimiento de espacios geográficos no ocupados fueron los detonantes de conflictos bélicos con las repúblicas vecinas de Perú y Bolivia. Estos condujeron a los ejércitos chilenos hasta Lima y la rendición incondicional con entrega de territorios a Chile.
Con Argentina —aunque no se llegó a una guerra— una difícil negociación diplomática culminó con el Tratado de Límites de 1881 y la entrega por parte de nuestro país de los territorios patagónicos, la cesión de la mitad de la Tierra del Fuego y el control definitivo a Chile del Estrecho de Magallanes. Este era el principal nexo de comunicación entre el Atlántico y el Pacífico.
EL DESARROLLO DE LAS FRONTERAS
Este proceso significó el reajuste de las fronteras exteriores e interiores del país, con una expansión territorial y reordenamiento espacial, que derivó en que al término de esta etapa aparecerán configuradas en sus líneas generales las actuales fronteras de Chile.
Iniciando el período, se consolidó la colonización con inmigrantes europeos en las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue.
Con la modalidad de la ocupación militar se avanzó sobre los territorios de La Araucanía y se desestructuró el dominio mapuche con la apropiación de las tierras de este pueblo por parte del Estado y la instalación de las comunidades en reducciones. Dichas tierras se redistribuían mediante remates y concesiones a particulares, en un proceso donde no estuvieron ausentes las irregularidades de toda índole.
En el Norte, la frontera se expandió. Se ocuparon las antiguas provincias peruanas de Tarapacá y las bolivianas de Antofagasta y la Puna,
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