Proceso Constituyente En Bolivia
Enviado por leangoro • 27 de Mayo de 2013 • 2.464 Palabras (10 Páginas) • 645 Visitas
Introducción
La bandera boliviana tiene tres colores y un escudo; la wiphala tiene ocho que se reparten en cuadros pequeños. Los aymaras dicen que representa la unidad en la diversidad. No por nada en Bolivia hay 36 nacionalidades que conviven. “Tres colores es fome, comenta un anciano quechua– si hay tantos”. Los colores representan a los cuatro suyu y es la representación de las actividades diarias del hombre andino en el tiempo y en el espacio. Sobre esta tradición se erige el actual proceso de refundación de un país de población mayoritariamente indígena que jamás había sido gobernado por un moreno, desde su independencia en 1825, sino hasta la llegada al poder del dirigente cocalero Evo Morales el 2006, proceso que instaura la necesidad de refundar el país a través de una Asamblea Constituyente.
PROCESO CONSTITUYENTE EN BOLIVIA
Cuestión de estilo. La bandera boliviana tiene tres colores y un escudo; la wiphala tiene ocho que se reparten en cuadros pequeños. Los aymaras dicen que representa la unidad en la diversidad. No por nada en Bolivia hay 36 nacionalidades que conviven. “Tres colores es fome, comenta un anciano quechua– si hay tantos”. Los colores estallan en gorros, aguayos y cintillos; representan a los cuatro suyu y es la representación de las actividades diarias del hombre andino en el tiempo y en el espacio. Hay quienes sostienen que el emblema se usa desde hace más de dos mil años.
Sobre esta tradición se erige el actual proceso de refundación de un país de población mayoritariamente indígena que jamás había sido gobernado por un moreno, desde su independencia en 1825, sino hasta la llegada al poder del dirigente cocalero Evo Morales el 2006, proceso que instaura la necesidad de refundar el país a través de una Asamblea Constituyente. Claro que la idea no era nueva. Entre 1952 y 1985 el pensamiento operante entre los dirigentes bolivianos fue la recuperación de las riquezas económicas. Se nacionalizaron las minas, hubo reforma agraria, voto universal y reforma educativa, desde una óptica de nacionalismo revolucionario.
La iniciativa surge luego de la aguda crisis provocada desde que en 1985 se implementaran políticas neoliberales parecidas a las operantes en Chile. Diversos sectores sociales a principios de la actual década acusaron a la dirigencia boliviana que ocupaba el Estado, de no asumir la responsabilidad política de ser garante del bien común y promotor del ejercicio y protección de los derechos humanos y la justicia social, la exclusión de las naciones originarias y su ausencia en el desarrollo social, económico y cultural del país. “El resultado de estas políticas fue la precarización de las condiciones de vida y trabajo de muchos, incrementó la desigualdad social, la exclusión y la debilidad institucional del Estado, institucionalizó las relaciones clientelares de los partidos políticos tradicionales generando mecanismos de corrupción en la repartición de los cargos públicos de todos los poderes”, acusa a El Ciudadano Saúl Apaza, dirigente de regantes y cocaleros.
EN LAS CALLES Y EN LA CONSTITUYENTE
La Asamblea Constituyente deberá consensuar y redactar el texto de la nueva Constitución, sobre la base de acuerdos mínimos de convivencia pacífica y un Estado incluyente. La demanda partió con movilizaciones de comunidades campesinas e indígenas en 1990 y 2003. A juicio de Lino Poma Comanac, del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Collasuyo, la oportunidad dada con Morales en el poder catalizó el proceso ya socializado en las bases sociales. “Nos eleva que un hermano nuestro esté en el gobierno. Antes éramos discriminados en el acceso de poder, no se daba cabida a gente indígena y no accedíamos a ocupar cargos públicos; ahora los indígenas estamos participando en el proceso constituyente, hemos aprendido a exigir derechos y saber usar las movilizaciones”, explica Poma.
Ya el 2006 aprobaron la Ley de Reconducción de la Tierra, que apunta a dotar de propiedades colectivas de tierra a pueblos y comunidades campesinos, además de eliminar el tráfico de ella. Esto, según Poma, “tiene que ver con la cosmovisión indígena de propiedad colectiva de la tierra y no a título individual. Los títulos comunitarios no permiten que las tierras se negocien y así nadie lucra con ellas y la usa la propia comunidad”.
En la década del ’90 surgen los Instrumentos Políticos por la Soberanía de los Pueblos, IPSP, instancias de convergencia de las diversas organizaciones que propugnaban un cambio. La Agenda de Octubre, firmada luego de la caída de Lozada el 2003, planteó como primera acción llamar a la constituyente. Las consignas fueron: una democracia más directa, la nacionalización de los recursos naturales y más presencia indígena en la estructura del Estado.
“Si en un año logramos cambiar 3 presidentes, en un hecho insólito para el movimiento social –comenta el dirigente paceño Jorge Vilca- había gran conciencia del pueblo de su capacidad de lograr cambios. Aún tenemos claro que el proceso nos pertenece y no a los partidos políticos. Por eso estamos vigilando que el gobierno de Morales no se desvíe un milímetro a la derecha”.
Cecilia Uraesca, dirigente vecinal de La Paz agrega que “Bolivia no es una sola nación. En ella habitan diversas naciones, pueblos y culturas con derecho a una convivencia solidaria y pacífica. Por ello proponemos fundar un Estado plurinacional unitario en el que haya pluralismo jurídico, político, cultural y lingüístico; descentralizado y con autonomías territoriales”
TROPIEZOS EN EL CAMINO
Eduarda Villa, de La Paz, cuenta que “la diferencia con los gobiernos anteriores no es tanto la raza, sino que se hagan bien las cosas, que haya una buena gobernación, que no se explote a nadie y no se vendan los recursos naturales. Los gobiernos anteriores vendieron el gas, Entel, la empresa de ferrocarriles. Si sentíamos que a nosotros mismos nos vendieron. Evo ha parado eso”.
Delia Terceros, de la Federación de Regantes Bartolina Sise, comenta que “el proceso constituyente ha sido largo, pero está rindiendo sus frutos. Como la actual Constitución ha sido copiada de un país europeo, como ocurre en muchos otros países, queremos una constitución propia, en que participemos todos en su formación. No queremos una que sirva para vender el país y manejar a los bolivianos. Por eso partimos por defender la diversidad. Todos queremos ser partícipes: chicos, grandes y viejos”.
La Asamblea Constituyente vio a luz el 2005 con 255 representantes de las distintas regiones del país. Pese a que recientemente ha tenido importantes tropiezos, como con la pugna abierta por algunos
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