13 Errores Fatales Fatales En Que Incurre Un Gerente
Enviado por anisvaneza • 5 de Agosto de 2013 • 2.461 Palabras (10 Páginas) • 2.953 Visitas
Error número 1: REHUSAR RESPONSABILIZARSE.
Este error nos propone que el gerente no debe descuidar la responsabilidad que le atañe cada una de las funciones operativas con que cuenta una empresa, y obviamente su cargo. El negar la procedencia de una falta puede acarrear malas consecuencias, sobre todo si no se le da el debido seguimiento de lugar.
De igual manera el gerente debe detener toda aquella irresponsabilidad y tomar la responsabilidad con buena actitud, a modo de lema. Debe omitir el uso de excusas, que a lo largo del tiempo han sido fundamento de muchos fracasos que denotan irresponsabilidad donde no debe existir ese tipo de ejecuciones.
Para evitar este error: Nunca el gerente debe perder, dentro de los objetivos naturales y principales, el consistente desarrollo de la responsabilidad en cada una de las vertientes en las que se ve envuelto.
Error número 2: FALLAR EN PROMOVER EL DESARROLLO DE LA GENTE.
Una de las grandes faltas de los gerentes ha sido entender que son totalmente indispensables sobre sus subordinados en su área a cargo. A menudo muchos gerentes potenciales hacen caso omiso al recurso humano y a la capacidad que tienen sus empleados para resolver situaciones que creen sólo ellos son capaces de resolver, incurriendo con esto en una muy desatinada práctica.
Como dice el autor, el ejercicio administrativo tiene como propósito importantísimo de proveer en caso de no estar disponible el mismo de todo cuanto se pueda para que la continuidad tenga presencia activa.
Los gerentes deben preparar su ambiente para que puedan continuar de forma óptima todas sus actividades cotidianas, sin necesidad de verse afectadas cuando no estén presentes.
Por tanto, el gerente debe confiar en sus empleados y darles la mayor capacitación posible, la confianza debida y el poder que requieren sobre sí mismos para aumentar y fomentar la capacidad individual.
Para evitar este error: Un buen gerente debe ayudar a sus empleados a desarrollarse y crecer en el aspecto profesional, además de tratarlos como individuos en vez de simples partes de un grupo en común.
Error número 3: TRATAR DE CONTROLAR LOS RESULTADOS EN LUGAR DE INFLUIR EN EL PENSAMIENTO.
Al autor nos propone que la gerencia entiende a menudo que es importante intervenir en lo que sería el resultado de una cadena de acciones, y trabaja sobre un marco de exigencia que está fuera de lo que es la capacidad real de la persona.
El error gerencial está en intentar dirigir los esfuerzos a incrementar los buenos resultados si tomar en cuenta la manera en que se llevan a cabo estas tareas. Definitivamente no se puede enfocar todo el punto de atención sólo en el final o consecuencia, sin pasar desapercibido todo el camino o proceso con que cuenta el mismo.
En vista de una buena realización ejecutora, Brown nos describe la mejor forma de encaminar la productividad por medio a la reacción en cadena de varios aspectos a tomar en cuenta en su debida secuencia, siendo éstos el Pensamiento (la acción o idea principal para alcanzar), las Sensaciones (las motivaciones y demás puntos que se necesita), la Actividad (el trabajo en cuestión), los Hábitos (la manera positiva en que se realiza la actividad, y los Resultados (los efectos de la buena acción llevada a cabo), que definitivamente dejan como fruto el Éxito esperado (los logros alcanzados y sus respectivas derivaciones).
Para evitar este error: El gerente siempre debe influir y fomentar sobre la base del pensamiento para que a su vez se alcance de manera efectiva los buenos resultados esperados y planificados, bajo un ambiente de motivación personal propicia para todos.
Error número 4: JUNTARSE CON EL GRUPO INAPROPIADO.
Error número 5: DIRIGIR A TODAS LAS PERSONAS DE LA MISMA MANERA.
Este error relaciona muchas ideas que previamente aceptadas por los gerentes y sus jefes, como el de ponerse “el traje de jefe” cada vez que llega a la empresa y presentar una idea fuerte y robusta ante los colaboradores, para infundir cierta idea sobre su cargo.
Muchas personas toman esto como “el pan de cada día” sin saber que les hace un grandísimo daño entendiendo que es una práctica adecuada. Esto está desfasado de la realidad en que se debe relacionar un gerente en cuanto al clima humano en lo laboral, ya que no refleja una buena imagen ante los demás.
De ese mismo modo, se atribuye a sí mismo una imagen o auto-retrato y pues, esto estampa una actitud errónea de dirigir con mano dura. Frecuentemente implica que el trato en la dirección de los empleados se maneja indebidamente, como por ejemplo, cuando se trata a todos de igual manera. Cada persona es un individuo distinto y se le debe respetar como tal: cuando hay que promover o reconocer a alguien se le reconoce abiertamente, fomentando el trabajo y la superación. Pero del mismo modo, cuando se le recrimina por no cumplir con los objetivos o por no accionar en forma esperada, no debe hacerse en público o en la manera que pueda afectar el compañerismo en la empresa.
Enfocarse en lo importante de esto que citamos es lo que prima.
Para evitar este error: Se debe aprender a desarrollar la cultura de exaltación y motivación para generar resultados positivos en cada uno de los individuos que se relacionan en la empresa.
Error número 6: OLVIDAR LA IMPORTANCIA DE LAS UTILIDADES.
Significa un descuido omitir o equivocarse cuando se refiere a la importancia que conllevan las utilidades. Según el ejemplo que muestra el autor, ésta debe tener una relevante cuantía, claramente sin obviar los ya de por sí laureados recursos humanos que tiene una empresa, por citar algún ejemplo.
Éstas forman parte del gran propósito que tiene una compañía: ésta contribuye al empuje del desarrollo en las actividades de la empresa, y es de por sí el punto que más trasciende en el fín en común de todos los individuos.
Mientras se le otorgue su debida importancia, ésta verá en su medida la excelencia de las operaciones que representan los empleados en cada una de sus obligaciones.
Para evitar este error: No caer en la negligencia y abandono de lo que debe tenerse siempre presente para no descuidar la el valor que tienen las utilidades de una empresa.
Error número 7: CONCENTRARSE EN LOS PROBLEMAS, MÁS BIEN QUE EN LOS OBJETIVOS.
Para un buen gerente, la palabra problema no debe estar dentro de su ambiente. Sólo se alcanzarán óptimos resultados si se trasciende y se trabaja en el marco de la calidad, nunca concentrándose en los inconvenientes que se presenten sino en lo que persiguen los individuos independientemente de que se presenten éstos.
Es bueno sustituir la palabra “problema” por “oportunidades”. Esta es la conclusión que nos deja este punto.
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