Absolutismo

El primer tipo histórico de Estado Moderno fue el Absolutista, que nace de la necesidad de enfrentar a los señores feudales para someterlos al poder de la corona, de controlar a la iglesia y a las masas populares; esto conduce a la concentración de la fuerza en un poder centralizado del Estado, personalizado en el monarca, adquiriendo así el carácter de absoluto.

La evolución hacia el absolutismo no se dio igual en todos los países, Francia la conoció con mayor intensidad que otros, ahí se desarrolla una de sus características fundamentales que es la de apoyarse en los poderes establecidos; el monarca no se enfrentaba con la iglesia o la nobleza, mediante un proceso los iba integrando al Estado Nacional; si bien existía una pugna por el poder a medida que el rey aumentaba el suyo iba integrando a cargos estatales a miembros de la nobleza o de la jerarquía eclesiástica.

En el Estado Absolutista, la Corte se configura como el grupo se servidores directos de monarca, que incluso alojaban en los castillos en que vivía el soberano; su crecimiento considerable y la pompa y esplendor con que se revisten son síntomas característicos del poder estatal del S. XVII. La Corte actuaba como el órgano de transición entre la forma de administración personalizada y la burocracia administrativa impersonal al servicio del Estado, como entidad abstracta.

En principio no era fácil establecer quien servía al Rey y quien realizaba funciones administrativas, en la Corte se confundía funcionarios encargados de las finanzas públicas y los pajes y músicos que lo divertían.

La Corte resultaba un organismo caro; el lujo y el boato cumplían una función simbólica de la fuerza del Estado, se trataba de mostrar por medio de manifestaciones materiales el poder del monarca hacia el interior y el exterior para impresionar a otros estados. El modo de vida de la Corte y la educación para comportarse en ella constituían una forma de homogeneizar a la nueva clase dirigente.

Una figura interesante aparece en ésta época: la del Primer Ministro, su papel como jefe de la administración civil, sólo sujeto a la autoridad del Rey lo inviste de un enorme poder; ejemplos: el Cardenal Richeliu en Francia, el duque Buckingham en Inglaterra o el Conde de Olivares en España.

El estado absolutista nunca fue un árbitro entre la aristocracia y la burguesía ni mucho menos un instrumento de la naciente burguesía contra la aristocracia fue el nuevo caparazón político de una nobleza amenazada.

En lo concerniente a las funciones del Estado en estos años es cuando surgen sus aspectos principales: guardián del orden, garante de la paz pública, concentra las facultades de resolución de conflictos y monopoliza el ejercicio de la violencia legítima.

La función policial del Estado se entiende como función de orden general de gobierno, debemos notar que policía tiene la misma raíz que política.

Era

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