Angelica Kauffmann

Kauffmann: The portrait and the light

     Angélica Kauffmann, Born in Switzerland in 1741, deceased in Rome in 1807, was an artist who stood out in the art of the painting, presenting his harmonious portraits. It began to do to very early age under the guardianship of his father. His reputation spread between the high class, reason which began to portray members of the nobility, and apart, it founds the royal academy of art. Kauffmann was representing to the subjects portrayed with attributes of historical prominent figures or of the mythology. It is necessary to highlight that Kauffman's pictorial works are structured under compositions, that in general, they are in the habit of being statics. She was using in his portraits the idealization and the naturalness, making it notice in his works, where it was showing to the persons that it was representing as an identical reflection to the reality.

     The artist worked of great form the skin, accrediting a visual texture that alludes to the sensation of the soft thing, of the proportionate well thing, being of this form since it manages to approach furthermore the idea of beauty. Angelic it achieves across the palette that it uses of colors land, some complement them with others, and to focus them across the game of lights which it uses inside the artistic composition. It grants a protagonism risen up to the women to them, making them notice by means of an intense light.

     The pictorial thing is what might characterize the tracing and contour of Kauffmann's works. This owes to the light used by the artist, due to the fact that the bottom is in the habit of fading away partly with the contour of the principal figure, it is she itself or the big personalities to which it was in the habit of portraying.

Kauffmann: El retrato y la luz

Vargas, Michelle; Loaiza, Daniel                                                                               2do Semestre                                                                                                                
Universidad  Centroccidental Lisandro Alvarado                                     Barquisimeto, Venezuela    

     Composiciones geométricas, figuras estáticas e inexpresivas, enfocadas con una luz clara y fría, son características que se ponen de manifiesto en el interior de las representaciones pictóricas del movimiento neoclásico, que propone retomar el estilo clásico, inspirándose de este modo en los temas empleados en las antiguas Roma y Grecia.  Dentro de esta corriente destacan por su ingenio al momento de emplear la pintura sobre el lienzo, artistas que quizá no son demasiado célebres en esta época, no obstante, en el período en que ellos existieron lograron alcanzar un elevado prestigio.  Un claro modelo de ello es la artista  Angélica Kauffmann.

     Antes de adentrarse en la presente investigación, cabe destacar que en ella se realizará una observación de la luz como elemento plástico fundamental en las pinturas de la artista Angélica Kauffmann, más particularmente en sus retratos y el modo en que estos se encuentran dispuestos en la composición pictórica, con la finalidad de generar un análisis descriptivo y con ello las características de las obras a mencionar, con el objetivo de hacer comprender cómo incidía la luz en las pinturas del estilo neoclásico, se hace uso entonces del método fenomenológico. Aunado a ello, además se empleara el método biográfico, pues para entender en mayor medida el trabajo artístico de Kauffmann, es necesario conocer en qué contexto histórico se desenvolvía Angélica, siendo de este modo que en el interior de esta investigación se hace presente dicho tema.

     Angélica Kauffmann, Músico, políglota, y sobre todo, pintora excepcional.  Nacida en Suiza en 1741,  fallecida en Roma en 1807,  fue sin duda un personaje que sobresalió por sobre los demás en el arte de la pintura, presentando sus armoniosos retratos, escenas históricas y motivos mitológicos.  Comenzó a pintar a muy temprana edad bajo la tutela de su padre, Joseph Johann Kauffmann, siendo así que antes de cumplir la edad de quince años ya realizaba retratos por cuenta propia, de este modo su fama se extendió entre la clase alta, razón por la cual comenzó a retratar miembros de la nobleza.  En uno de sus viajes a Florencia (1762) entró en contacto con la corriente del neoclásico, postura que adoptaría más tarde en sus trabajos artísticos.  Residió en Londres de 1766 a 1781, donde, como consecuencia de la inmejorable reputación que sostenía, fundó la Real Academia de Arte, junto a Joshua Reynolds y otros artistas, allí exhibió sus obras por mucho tiempo.

     Dichas obras se hallan inmersas en una particularidad propia del neoclasicismo: Kauffmann, solía representar a los sujetos retratados con atributos de personajes históricos o seres mitológicos (dioses de la mitología clásica) concentrando su pincelada muy delicadamente en la mirada de la persona, enfocándola con una fuerte luz cenital, característica muy notoria en los retratos clásicos, como explica Bernal, F. (2007): “En el retrato clásico nos centramos en el rostro de la persona.  Especialmente en su mirada.”  (P.  1)  Siendo de este modo que Angélica logra captar la esencia del personaje retratado.

      Por otra parte, cabe puntualizar que, para comprender en mayor medida la presente investigación, es menester conocer qué es una composición dentro del ámbito de las artes plásticas y visuales en general.  De S’ Agaró, J.  (1980) Explica que:

“Componer es organizar con sentido de unidad y orden los diferentes factores de un conjunto para conseguir de éste el mayor efecto de atracción, belleza y emoción.”  (P.  6)

    Dicho de otro modo, una composición es la ordenación y distribución de los elementos de manera que exista una armonía entre los mismos, con el objetivo de atraer la atención del espectador generando una especie de goce visual en el mismo.

     En este sentido, resulta conveniente resaltar que los trabajos pictóricos de Kauffman se encuentran estructurados bajo composiciones que, por lo general, suelen ser estáticas, como se evidencia en sus retratos y autorretratos, si se considera que los personajes dentro de éstos no generan la sensación de dinamismo, sino que, de modo opuesto, mantienen posturas bastante naturales y descansadas.

     Se entiende por retrato la plasmación, bien sea representación, reinterpretación o interpretación, de la apariencia del rostro humano.  Dicho esto, se deduce claramente que el autorretrato es un reflejo que crea el artista propiamente dicho, de su misma persona

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