Antecedentes Del Diseño Editorial
Enviado por caracolfeliz • 17 de Febrero de 2014 • 4.232 Palabras (17 Páginas) • 649 Visitas
ANTECEDENTES DEL DISEÑO EDITORIAL
2.1. Los escritos de la antigüedad (3500 a.C. hasta 476 d.C.)
Las antiguas civilizaciones buscaron desde sus inicios la conservación del conocimiento, para esto se valieron de múltiples formas de expresión que iban desde placas de piedra, tablillas de barro, madera y metales grabados, también pintaron en papiro y pergaminos, pero estos medios eran una fuente de información destinada a muy pocos, ya que se hacían uno por uno. Con el tiempo fueron encontrando formas de reproducción de esos escritos que han marcado el desarrollo del diseño editorial.
Diferentes hechos han marcado la evolución de los medios editoriales, tales son el desarrollo de la escritura y la evolución de los estilos tipográficos, el desarrollo de los medios de impresión, el descubrimiento del papel y las tintas, la aparición de diversos medios editoriales como el libro, el periódico, la revista esencialmente.
Los primeros diseñadores de libros fueron los escribas egipcios, escribían en columnas e ilustraban los rollos con dibujos. Los escritos egipcios no se cosían a modo de libro, sino que se enrollaban (las hojas de papiro se encolaban por un extremo y después se formaba un rollo).
Los egipcios utilizaron para escribir materiales orgánicos, usaban las hojas anchas y planas de las palmeras, más tarde lo hacían en los tallos del papiro (900 a.C.) que empezaron a aplastar, tejer y secar con el fin de obtener una superficie de escritura adecuada para la tinta.
El papiro fue el principal material de escritura durante la antigüedad, aunque también se han encontrado muestras de escritura egipcia, griega y romana en cuero y pieles secas de animales, este material lo identificamos como pergamino.
Los orígenes del códice cosido se remontan a las antiguas prácticas griegas y romanas que consistían en atar por un extremo tablillas de madera cubiertas de cera.
Más adelante se utilizó el pergamino (200 a.C.) cuyas propiedades supusieron un estímulo para el desarrollo del códice. Las láminas de pergamino podían ser más grandes que las de papiro, (que es un material endeble) y era posible doblarlas sin provocar daños.
El códice rompió con la tradición del rollo, las hojas se unían por un extremo y se doblaban. A continuación se apilaban y se cosían por un lado. Al doblar las hojas grandes por la mitad se creaban dos folios (la palabra que hoy se utiliza para numerar las páginas y que deriva del término latín para designar “hoja”), si se volvía a doblar la hoja por la mitad se obtenían cuatro páginas conocidas como “cuarto”, con otro doblez más se lograba un “octavo”. Estos términos se siguen empleando actualmente para describir los tamaños de papel derivados de un pliego doblado.
El copiado de libros a mano era lento y costoso, por lo que sólo los templos y algunas personas ricas o poderosas podían poseerlos, (y hasta eran celosamente custodiados por el valor que tenían) y la mayor parte de los conocimientos se transmitían oralmente, por medio de la repetición y la memorización. Aunque los papiros eran baratos, fáciles de confeccionar y constituían una excelente superficie para la escritura, resultaban poco duraderos, muy frágiles, hasta el punto de que, en climas húmedos, se desintegraban en menos de cien años. Por esta razón, gran parte de la literatura y del resto de material escrito de la antigüedad se ha perdido de un modo irreversible. El pergamino y algunos materiales derivados de las pieles secas de animales no presentan tantos problemas.
Los escribas romanos y griegos siguieron el principio del rollo egipcio para el códice y escribieron en columnas. El vocablo "página” encuentra su origen en los libros cosidos y no en los rollos. Es esta época se da la transición del rollo a la forma del libro.
En tiempos de los romanos se utilizaba un alfabeto de 22 letras para la escritura y cada letra, palabra y frase de un libro manuscrito se creaba de forma individual.
China: 2,000 a.C. La Dinastía Jung quiso perpetuarse por este medio en la memoria de la humanidad. Se introdujo la impresión de libros mediante Xilografía (bloque de madera para imprimir páginas enteras.
La tinta china se fabricada con negro de humo de las lámparas. La tinta negra facilitaba la impresión con el uso de clisés de madera y su duración era indefinida. Se han encontrado clisés de este tipo en Asia central y la impresión es perfectamente legible.
Al parecer los primeros libros propiamente dichos se deben a los monasterios que por el siglo III, recluían a monjes sabios y laboriosos, a estos profesionales de la pluma se les llamaba copistas y rescataron los libros clásicos de la antigüedad.
2.2. La edad media. Nacimiento del libro (476 – 1492)
En Europa a comienzos de la edad media, eran los monjes quienes escribían los libros, ya fuera para otros religiosos o para los gobernantes del momento. La mayor parte de ellos contenían fragmentos de la Biblia, aunque muchos eran copias de textos de la antigüedad Estos monjes medievales se interesaron también en la elaboración de nuevos compuestos químicos para perfeccionar la fabricación de tintas, e inventaron así la llamada tinta ferrotónica.
Los monjes solían escribir o copiar los libros en amplias salas de los monasterios denominadas escritorios. Al principio utilizaron gran variedad de estilos locales que tenían en común el hecho de escribir los textos en letras mayúsculas, costumbre heredada de los tiempos de los rollos. Más tarde, como consecuencia del resurgimiento del saber impulsado por Carlomagno en el siglo VIII, los escribas comenzaron a utilizar también las minúsculas, cursivas, y a escribir sus textos con una letra fina y redondeada que se basaba en modelos clásicos, y que inspiraría, varios siglos después, a muchos tipógrafos del renacimiento.
A estos escribas se les llamaba copistas, y eran encargados de la realización de manuscritos únicos, establecieron normas referentes a márgenes, columnas y espaciados que continúan vigentes en Occidente
Muchos libros medievales contenían dibujos realizados en tintas doradas y de otros colores, que servían para indicar los comienzos de sección, para ilustrar los textos o para decorar los bordes del manuscrito. Estos adornos iban desde los intrincados ornamentos del Libro de Kells, una copia de los Evangelios
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