Antecedentes Republica De Weimar

La revolución se dio al final de la Primera Guerra Mundial, por el cambio de una Monarquía constitucional a una República parlamentaria y democrática, ya que durante los cuatro años de la gran guerra y después de la derrota, la población sufrió las consecuencias.

Ésta inicio cuando Reinhard Scheerun ordena realizar la última batalla, donde la flota alemana de alta mar había elevado ancla en la espera del ataque, un motín de marineros de la flota de guerra Kiel se niega a obedecer órdenes, para evitar ser sacrificados, por esto se suspende el ataque y volver a Kiel con los amotinados aprendidos para ser procesados en una corte marcial. Los marineros querían evitarlo, porque también los amotinados habían actuado con su interés, a lo que solicitaron su liberación, pero fue rechazada por el Alto Mando de la Marina. Al siguiente día, en la casa sindical los marineros discutían por las futuras acciones, junto de los trabajadores de los astilleros, a lo que se cerró la casa sindical. Posterior a esto se realizaron protestas las cuales fueron reprimidas, causando la muerte de nueve personas, a lo que un marinero respondió al fuego y mató a un oficial, convirtiendo la manifestación en una revuelta.

El 4 de noviembre los marineros eligieron un consejo de soldados, desarmaron a los oficiales, ocuparon barcos, liberaron a los presos amotinados y tomaron control de la base naval, se les unieron trabajadores civiles. Fundaron un consejo de trabajadores y soldados, asaltaron cuarteles y se apoderaron de la ciudad, exigiendo la mejora de alimento, la liberación de detenidos, el sufragio universal y la abdicación del emperador; se unen a estos soldados del ejército para traer con ellos revueltas. El diputado del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) Gustav Noske en representación del partido, para controlar la revuelta y evitar una revolución. El consejo de trabajadores y soldados creí estar de parte del nuevo gobierno y contar con su apoyo, así que nombran a Noske gobernador y esto termina con la revolución.

Mientras tanto la revuelta trasciende al resto de Alemania. Los cuarteles se levantaron contra la oficialidad, las huelgas de solidaridad se extienden por las ciudades y de las ciudades al interior. El proceso de huelga, motín, asalto a las cárceles y proclamación de consejos de obreros y soldados se repitió en todas las ciudades del país.

El 6 de noviembre, a Maximilian von Baden le urgía que Guillermo II abdicara sabiendo no podría conservar su trono, y así salvar la Monarquía, sin éxito. En Múnich, el 7 de noviembre huyó el rey Luis III de Baviera, y al día siguiente se constituyó un consejo de soldados, obreros y campesinos dirigido por Kurt Eisner, socialista independiente, que proclamó la República de Baviera.

El 9 de noviembre la revolución llegó a Berlín, la masa pedía paz, libertad y pan, se dirigían al Parlamento. Felipe Scheidemann apareció en uno de los balcones del Reichstag, anunciando que el régimen monárquico se había desplomado; los Hohenzollern abdicaron, Federico Ebert formaría un gobierno, al que pertenecerían todos los grupos socialistas, pidió no alterar el orden público. Había sido proclamada la República. Comenzaba la revolución.

Hubo muertos y heridos en distintos puntos de Berlín. Los socialista de todas partea mandaban correos y telégrafos. En el mismo balcón desde el que había hablado Guillermo II, apareció Carlos Liebknecht, su leguaje era duro, distinto al de Scheidemann; mencionando que el gobierno debía estar no basado en el Parlamento, sino en los consejos de los obreros y soldados, Alemania aliada con la Rusia bolchevique, llevaría el socialismo al mundo, alguien del público lo nombre primer presidente de la República socialista, contesto que aún no iban tan lejos.

La revolución puso en libertad a todos los presos políticos, salió de la cárcel de Breslau, donde estuvo recluido meses interminables, Rosa Luxemburgo.

El grupo Espartaco al principio actuaba a manera de la izquierda de los independientes. Esta política tenía perspectivas limitadas, porque los independientes, se hallaban próximos a los socialistas mayoritarios: todo el poder para los consejos de los obreros y soldados, les espantaba.

La socialdemocracia rectifica la línea teórica que había fijado en todos sus congresos nacionales antes de la guerra, los intereses de la clase trabajadora. 2

Para quitar intensidad al sentimiento revolucionario y satisfacer las exigencias de los manifestantes de unidad de los partidos obreros, Ebert invitó al USPD en este momento a entrar al gobierno y expresó su disposición a aceptar a Liebknecht inclusive como ministro. Éste exigió el control de los consejos de trabajadores y sobre los soldados, y condicionó su participación en el gobierno a esta medida. Debido al debate sobre este tema y a que el presidente del partido Hugo Haase se encontraba en Kiel, el representante del USPD no pudo decidir ese día acerca de la oferta de Ebert. Ni el previo anuncio de Max von Baden sobre la renuncia al trono imperial, ni la transmisión de la Cancillería a Ebert, ni la proclamación de la República de Scheidemann estaban constitucionalmente reconocidos.

Un grupo de cien cabecillas revolucionarios de las grandes industrias de Berlín ocuparon el Reichstag y formaron un parlamento revolucionario. Eran mayormente las mismas personas que ya en enero habían participado como líderes de la huelga, desconfiaban de la dirección del SPD y habían planificado independientemente de los marineros un asalto para el 11 de noviembre, pero habían sido sorprendidos por los acontecimientos revolucionarios ocurridos en Kiel. Para despojar a Ebert de la iniciativa, decidieron convocar entonces elecciones para el día siguiente: toda empresa de Berlín y todo regimiento deberían elegir ese domingo consejos de obreros y de soldados que luego elegirían entre ambos gobiernos revolucionarios existentes de los partidos obreros. Este Consejo de los Representantes del Pueblo debería efectuar las resoluciones del parlamento revolucionario y reemplazar a Ebert en el cargo de canciller del Imperio.

Temían un caos revolucionario y posteriormente se esforzaron en reconciliar a los partidos burgueses y la élite afín al Káiser frente a las nuevas relaciones del poder. Adicionalmente acordaron una alianza con el Comando Militar Supremo alemán y permitieron la sofocación violenta del llamado Levantamiento Espartaquista (Spartakusaufstand).

Los partidos políticos.

En consecuencia de que las masas tomaran el poder fue que Alemania entregara el poder político al socialismo.

En noviembre de 1918 la gran mayoría del país estaba sinceramente dispuesta a apoyar a un gobierno democrático. Como a los socialdemócratas se les consideraba demócratas, y eran el

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