Antony Burdel

“CONFECIONES DE UN CHEF-ANTHONY BOURDAIN”

Este libro comienza con el relato de la vida de un chef, como primera parte nos cuenta más o menos de lo que tratara el libro ya que en el arriesga así como su prestigio y su carrera, nos dice que no todo es como no lo pintan ya que la vida de un chef es algo muy distinto a como lo cuenta la gente, ya que él nos dice que él empezó desde limpiador de pisos y fue ascendiendo de puesto hasta llegar al título de chef.

El primer capítulo “Primer Plato” nos cuenta la historia Anthony bourdain cuando aún era un chaval, nos relata la historia de cómo nace su gusto por la gastronomía, y dice que una de sus epifanías fue su primer plato que ni siquiera era un plato fuerte, si no que fue una sopa fría, ya que él no podía creer que sin importar como la preparaban la sopa siempre se mantenía fría, también nos dice que ese plato fue es que le dio el toque para que le llama la atención la gastronomía, en un viaje con su familia hacia Europa, donde se iban a encontrar con su padre, tiempo transcurrido y el aprendido muchas cosas de los francés, así como fumar a su edad sin permiso de sus padres, también en su viaje por Europa conoció a un señor pescador de ostra que fue su segunda gran epifanía, al retar a su familia que a comer una ostra viva y ya que nadie quería él dijo que quería sostener su orgullo y acepto el reto, desde ese día supo que su camino era viajar y encontrar todos los placeres que lo saciaran así como si fuera en comida, bebidas o sexo, y así como fue creciendo el, también fue creciendo su gran apetito por probar nuevas cosas de la vida.

En 1973 el ya graduado un año antes de lo previsto, y enamorado, logrando su cometido. A su corta edad de 18 años era un chaval muy desobediente que creía que ir al colegio era una pérdida de su valioso tiempo donde podía seguir experimentando las cosas de la vida, así que al mundo lo trataba como su cenicero personal ya que está muy frustrado y molesto siempre con todos, que prefería mejor embriagarse, fumar marihuana, divertirse a como fuera, sacar de quicio o embaucar a cualquier tonto que se dejara para su propia diversión.

Hasta que un día una compañera cansada de que él se acabara los recursos de la casa, así que decido meterlo en la noria de lavaplatos, ya que ella era camarera, donde su iniciación era donde si un gilipollas no daba señales de vida en dos días, tenía que entrar el, donde no le gustaba mucho lo que hacía, fregar los pisos, pirar los restos de comida, arrancarle las barbas de los mejillones.

Pero en esos humildes días inicio su curioso acenso a la alta cocina, en aquel trabajo de lavaplatos en el Dreadnaught que lo empujo en el camino que recorre, donde en verano había una gran masa de turistas donde les daban de comer langostino, y si en algún momento donde pudo saber con claridad lo que quería, fue a final del verano.

Así como dice el título del subcapítulo “la comida es sexo” un día llego una pareja de recién casados a el restaurante, donde había una cocina en pleno ajetreo entro la novia de cabellera rubia, con su vestido blanco, muy hermosa, cuando fue hablar con el chef “Bobby” después de susurrarle un buen rato desapareció la novia, Bobby pinto una sonrisa de oreja a oreja, y de pronto grito ¡tony! Hazte cargo de mi puerto por un rato, él no podía creer que aunque fuera por unos minutos el patria estar en un follón de la parrilla, y dar órdenes a los demás, pero en ese momento nos llamó más la atención del por qué Bobby había salido corriendo a la parte de atrás, y por una ventanilla

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