Arquitecturizando al pueblo
Enviado por BrendaCastaneda • 9 de Mayo de 2023 • Ensayo • 1.842 Palabras (8 Páginas) • 45 Visitas
ARQUITECTURIZANDO AL PUEBLO
LA ARQUITECTURA NO EXISTE SIN PERSONAS
INTEGRANTES: Castañeda Escalón, Brenda - Castillo Verónico, Jackeline - Chambe Correa, Francis - Garcia Hervias, Lucia - Ibañez Cruz, Angela - Medina Gutiérrez, Grecia.
En la actualidad, el Perú, es un país que se encuentra inmerso en una enorme crisis política, económica, ambiental y social, generando con ella, la fragmentación de la población peruana, una fragmentación que parece ser interminable. Esta situación se ve reflejada en el poco avance arquitectónico de nuestro país.
Para contextualizar mejor la problemática, cabe mencionar que, solamente referente a las viviendas, se construyen alrededor de 100.000 viviendas anualmente, de estas, cerca del 70% son informales y solo el 30% cubre la formalidad. Y como si eso fuera poco, dentro de ese pequeño porcentaje, menos del 5% se trata de arquitectura de verdad, de la genuina, aquella que ha sido diseñada en base a lo esencial, es decir, ya no solo consiste en cubrir con las necesidades básicas, sino que además tiene la intención de mejorar sus condiciones de vida y fortalece ese vínculo que siempre debe existir entre la gente y el espacio público.
Es aquí donde surge la pregunta, en un país de desencuentros brutales, dónde cada sector social tiene su propio interés, un país dónde la gente ve a la arquitectura alejada de la realidad, una realidad en la que menos de un 20% de arquitectos graduados en los últimos 10 años, pueden ejercer su profesión como tal, con condiciones dignas y con una perspectiva de crecimiento. En un país dónde no se hace arquitectura. ¿En verdad es posible que la arquitectura sea capaz de dar solución a estos problemas que se encuentran tan arraigados en nuestro país y en la mente de cada habitante?
Es probable que sea imposible, el ADN del Perú involucra la informalidad más allá de su propia sangre y huesos, por lo que no se trataría de insistir en convertir lo informal en formal, sino de adaptarse a la situación, aceptarla y partir desde ahí. De ese modo, al dejar de intentar usar los métodos formales convencionales, después de dejar de intentar imponer la propia idea como si fuera la única solución existente, desde ese momento, puede surgir el inicio de una propuesta poco convencional pero generadora de cambio. La iniciativa de arquitecturizar la informalidad.
Por su puesto, el cambio no tiene un comienzo rotundo e inmediato, la realidad es diferente, hay que considerar que desde hace muchos años, se ha realizado la búsqueda de una salida que trate esta problemática, promoviendo el origen de diversas ramas y variables de la arquitectura. Fue así como, en esa lluvia irrefrenable de ideas, trazos y pensamientos, surgieron diversos conceptos, y entre ellos, se encontró uno de los más emblemáticos y poco considerados, la arquitectura participante, que fácilmente podría ser llamada como la arquitectura del pueblo.
Una nueva arquitectura en la cual el arquitecto y la población de una sociedad, trabajan juntos, en el proceso de creación de un espacio inclusivo, abierto y empático, que fomente la vida en comunidad de manera colaborativa. Eso significa, que la gente está presente antes, durante y después del proyecto. Se trataría de un proyecto sin jerarquías, donde el arquitecto ya no es la eminencia que impone sus ideales artísticos ni propios pensamientos y conceptualizaciones, sino que se vuelve un traductor e intérprete de las necesidades del pueblo para lograr la integración e identidad a través del espacio habitable.
De hecho, William-García, en la página 5 de su libro “Las formas de lo esencial”, afirma que la arquitectura participante surge de la necesidad de proponer maneras de habitar basadas en la democratización del proceso de diseño.
Para reforzar la veracidad y el gran potencial que contiene esta nueva propuesta de arquitectura participante, se podría mencionar algunos proyectos que demuestran la fuerza e identidad que genera esta nueva modalidad.
Sin ir muy lejos, se puede hablar de un proyecto en Latinoamérica, el Parque Intersticial Tiuna El Fuerte, el cual vendría a ser un proyecto que tiene como fin promover y apreciar las expresiones culturales típicas del lugar. El proyecto fue construido en un parqueadero abandonado en Caracas, Venezuela. Y cuenta con el apoyo de cientos de artistas urbanos, quienes se encargaron de empezar a tejer redes artísticas, comunitarias y académicas. Esto permitió la germinación y el posterior florecimiento de un importante y muy valioso movimiento de producción cultural. Este proyecto se considera un rotundo éxito, pues, en la actualidad, se realizan diversas actividades, como conciertos, muestras artísticas, talleres, obras de teatro, eventos y, en general, eventos comunitarios donde asiste gente sin importar su edad, nivel socioeconómico y nivel educativo. Se puede ver todo ello coincidiendo en el mismo espacio. Por lo que, podríamos decir, que la arquitectura participante no solo logra enfocar a las personas en actividades culturales, tampoco se limita solo a enriquecer la vida en comunidad, sino que también beneficia individualmente a cada habitante y brinda un lugar donde las personas pueden ser plenamente ellos mismos, donde puedan potenciar sus habilidades, pulir sus talentos y fomentar el arte.
Aquí podemos resaltar una expresión de Haiek, quien dijo que, la arquitectura no solo tiene la capacidad de construir espacio físicos, sino que también puede crear un espacio para la construcción de oportunidades, para descubrir talentos y lograr amplificar la efervescencia cultural de un lugar.
Llegado a este punto, se puede considerar que existe la oportunidad de resolver o aminorar el impacto negativo de la división social y la informalidad, pero el problema no se limita a solo esos ámbitos, se podría decir que solo es un grano de arena de la crisis que se vive, de ese modo, se hace necesario poner un pie en el terreno ambiental, como bien se sabe, es imposible abarcar todo ello, es un tema polémico y demasiado amplio, por lo que, en este caso, se centrará en una fracción de ella, una muy conocida, incontrolable e inevitable; el cambio climático, que trae consigo consecuencias graves y alarmantes. En la actualidad se vive una gran crisis climática que ha cambiado drásticamente la forma de habitar un espacio, y que obliga a replantear la forma de hacer arquitectura.
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