Arte Colonial de Quito
Enviado por Juan Villa • 4 de Abril de 2018 • Resumen • 2.374 Palabras (10 Páginas) • 171 Visitas
ARTE COLONIAL DE QUITO
IGLESIA DE SANTO DOMINGO
Comenzamos con una de las iglesias, mejor dicho, del museo de la iglesia de Santo Domingo; pagamos la entrada, al ingresar al museo, lo que en primer lugar se puede observar, es un patio con una pileta central, muy adornada con palmeras a los lados; al ingresar claramente observamos unos grandes retratos de los dominicos representativos.
Se apreciaban pinturas y esculturas de los siglos XVII y XVIII representativas de episodios y personajes sobresalientes en la historia dominicos en Europa
Nos decían que era usual en la época de la colonia en que toda casa conventual posea una colección de este tipo, puesto que el arte constituía un importante medio de preservación histórica de las ordenes religiosas y sus santos pensadores.
Los cuadros se eran expuestos en ese lugar eran en su mayoría de autores anónimos quienes reproducían tema difundidos por los dominicos de Europa.
En el museo mostraban un libro “coral” de gran tamaño laminado por el padre Bedón y dos de sus pinturas, además de un retrato realizado por Alonso del Castillo del padre Bedón difunto. Otros dos lugares nos atrajeron la atención: la capilla de la Virgen de Pompeya y el refectorio, este último, decorado en el siglo XVIII con un artesonado mudéjar policromado y dorado y con pinturas de mártires dominicos. En este refectorio se exhiben tablas talladas, encarnadas y estofadas de santos dominicos.
IGLESIA DE SAN FRANCISCO
Avanzando el recorrido nos dirigimos al museo de la iglesia de santo domingo, pagamos el valor de la entrada, al ingresar nos llamó la atención una lápida puesta en la pared, que decía que era de Francisco Cantuña, muy conocido por que se dice que el construyo el atrio de san francisco de la noche a la mañana haciendo un trato con el diablo, una leyenda obviamente, ahí nos explicaron que reposaban los restos de él. Avanzando con el recorrido fuimos observando las pinturas y esculturas que exhibían, muchas de esas obras no tenían un autor, ya que muchos de esos artistas eran indígenas y no dejaban que pusieran sus firmas o alguna marca que diera a conocer que él fue quien hizo esa obra.
La abundancia de muebles, obras de arte de variado estilo, tamaño e importancia, en un espacio tan grande y cuajado de objetos como es el conjunto arquitectónico de San Francisco, obligó con el correr de los años a que los padres franciscanos convirtieran en museo uno de claustros menores del monasterio.
El Museo de San Francisco alberga en sus salas numerosas y ricas obras maestras del arte quiteño, lo mismo que ejemplos interesantes de muebles y objetos coloniales. Su patio también es muy admirado, sobre todo por las dos cruces de piedra labrada en alto relieve que hay en él. La una tiene a Cristo crucificado y la otra a la Virgen María con el Niño en brazos.
En la mayoría del recorrido se destacaba la severidad renacentista y el manierismo exteriores contrastan con la decoración interna de la iglesia, en la que se mezclan el mudéjar y el barroco bañados por pan de oro para dar un esplendor inusual.
IGLESIA DE SAN FRANCISCO
Avanzando el recorrido nos dirigimos al museo de la iglesia de santo domingo, pagamos el valor de la entrada, al ingresar nos llamó la atención una lápida puesta en la pared, que decía que era de Francisco Cantuña, muy conocido por que se dice que el construyo el atrio de san francisco de la noche a la mañana haciendo un trato con el diablo, una leyenda obviamente, ahí nos explicaron que reposaban los restos de él. Avanzando con el recorrido fuimos observando las pinturas y esculturas que exhibían, muchas de esas obras no tenían un autor, ya que muchos de esos artistas eran indígenas y no dejaban que pusieran sus firmas o alguna marca que diera a conocer que él fue quien hizo esa obra.
La abundancia de muebles, obras de arte de variado estilo, tamaño e importancia, en un espacio tan grande y cuajado de objetos como es el conjunto arquitectónico de San Francisco, obligó con el correr de los años a que los padres franciscanos convirtieran en museo uno de claustros menores del monasterio.
El Museo de San Francisco alberga en sus salas numerosas y ricas obras maestras del arte quiteño, lo mismo que ejemplos interesantes de muebles y objetos coloniales. Su patio también es muy admirado, sobre todo por las dos cruces de piedra labrada en alto relieve que hay en él. La una tiene a Cristo crucificado y la otra a la Virgen María con el Niño en brazos.
En la mayoría del recorrido se destacaba la severidad renacentista y el manierismo exteriores contrastan con la decoración interna de la iglesia, en la que se mezclan el mudéjar y el barroco bañados por pan de oro para dar un esplendor inusual.
IGLESIA DE SAN FRANCISCO
Avanzando el recorrido nos dirigimos al museo de la iglesia de santo domingo, pagamos el valor de la entrada, al ingresar nos llamó la atención una lápida puesta en la pared, que decía que era de Francisco Cantuña, muy conocido por que se dice que el construyo el atrio de san francisco de la noche a la mañana haciendo un trato con el diablo, una leyenda obviamente, ahí nos explicaron que reposaban los restos de él. Avanzando con el recorrido fuimos observando las pinturas y esculturas que exhibían, muchas de esas obras no tenían un autor, ya que muchos de esos artistas eran indígenas y no dejaban que pusieran sus firmas o alguna marca que diera a conocer que él fue quien hizo esa obra.
La abundancia de muebles, obras de arte de variado estilo, tamaño e importancia, en un espacio tan grande y cuajado de objetos como es el conjunto arquitectónico de San Francisco, obligó con el correr de los años a que los padres franciscanos convirtieran en museo uno de claustros menores del monasterio.
El Museo de San Francisco alberga en sus salas numerosas y ricas obras maestras del arte quiteño, lo mismo que ejemplos interesantes de muebles y objetos coloniales. Su patio también es muy admirado, sobre todo por las dos cruces de piedra labrada en alto relieve que hay en él. La una tiene a Cristo crucificado y la otra a la Virgen María con el Niño en brazos.
En la mayoría del recorrido se destacaba la severidad renacentista y el manierismo exteriores contrastan con la decoración interna de la iglesia, en la que se mezclan el mudéjar y el barroco bañados por pan de oro para dar un esplendor inusual.
IGLESIA DE SAN FRANCISCO
Avanzando el recorrido nos dirigimos al museo de la iglesia de santo domingo, pagamos el valor de la entrada, al ingresar nos llamó la atención una lápida puesta en la pared, que decía que era de Francisco Cantuña, muy conocido por que se dice que el construyo el atrio de san francisco de la noche a la mañana haciendo un trato con el diablo, una
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