Arte Pop

Una mujer pasa el aspirador por las escaleras. Un poco desplazado del centro, un hombre desnudo y musculado sostiene un gran dulce en la que puede leerse POP. Casualmente le cubre los genitales. Justo en el centro, un magnetófono. Sentada en el sofá, una mujer desnuda de estética pin-up tiene la cabeza cubierta con una pantalla de lámpara: está representada como la mujer-objeto. En la pared de detrás, un retrato clásico justo al lado de una página de cómic de grandes dimensiones, decoran el comedor. Y a través de la ventana, luces que anuncian un espectáculo de teatro. Sumado a todo esto, un jamón en lata a modo de escultura decora la mesita al lado de la televisión. Una pareja estereotipada, recortada de las revistas de moda del momento, en un dúplex de Londres con las últimas novedades en electrodomésticos y entretenimiento: televisión, cómic y reproducción de música. Todos los elementos que aparecen, la abundancia y el glamour, son una denuncia del paraíso consumista en un tono irónico, una de las características principales del pop-art. En propias palabras de su creador: “The restriction of his area of relevance has been confirmed by the artist with smug enthusiasm so that decoration, one of art’s few remaining functions, has assumed a ridiculously inflated importance.”

Richard Hamilton realiza este cartel, bajo la pregunta: ¿Qué es lo que hace nuestros hogares hoy tan diferentes, tan atractivos? Publicista y profesor de joyería, tipografía y diseño industrial en el Institute of Contemporary Art, Hamilton presenta esta obra por primera vez en una exposición que llevaba el significativo nombre de «Esto es el mañana» desarrollada en la Whitechapel Art Gallery de Londres, para el año 1956, la cual tenía la voluntad de acercar el arte contemporáneo a todos los públicos. En el lienzo se pueden ver el esquema de los principales objetos que inspirarían a los artistas pop del futuro, convirtiéndose en un manifiesto del mismo. (Es también más que significativo que aparezca en el centro de la imagen, como podemos ver, la palabra «pop»). Ofreciendo todo un repertorio de novedades, todo lo que va a constituir el tema del arte durante unos años: el confort, los electrodomésticos, el magnetofón, la comida enlatada, los medios de comunicación, la televisión, el cine, los comics, los automóviles, los chicos musculosos y las chicas estupendas. A partir de diez fotografías de anuncios de revistas, Hamilton toma de aquí y de allá, y con todo ello construye un collage pintado, en el que todos esos elementos encuentran unidad en un espacio perspectivo. “The influence of all those magazines was very strong, especially the imagery.”

Este pequeño collage sobre papel (26 x 25 cm.) no se concibió como objeto artístico sino como arte final para un cartel es un verdadero inventario de imágenes de lo que pasaría a ser el lenguaje pop en sí imágenes que

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