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Barroco. Contexto Histórico


Enviado por   •  27 de Octubre de 2022  •  Ensayo  •  1.703 Palabras (7 Páginas)  •  115 Visitas

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SIGLO XVII: EL BARROCO

Contexto histórico

El cambio de cosmovisión (1) que se produce entre el siglo XVI y XVII, o más bien la pérdida de la cosmovisión renacentista, de su ideal de armonía y perfección, y la profunda crisis de las ideas que ello implicó, son el producto de los sucesos del siglo XVI.  Entrando al siglo XVII, la visión idealista del Renacimiento dio paso a otro movimiento artístico, el Barroco. Uno de dichos sucesos fue el cisma del Cristianismo y la Reforma de Lutero (2). Las críticas al clero y a la organización de la Iglesia Católica que se venían observando desde el siglo XIV culminan en el siglo XVI con la Reforma luterana y la Reforma católica (Concilio de Trento: 1545-1563) (3). Esto, a su vez, produjo guerras religiosas y persecución ideológica en todos los países europeos, en España en manos de la Inquisición (4) (lo que significaba la tortura y la hoguera). Pero también produjo otra consecuencia: se tambalea un firme universo construido sobre la razón y la fe, que parecen reemplazadas por el caos y la herejía (5). Hay más de una manera de creer en Dios; el enemigo ya no es el “infiel”, el representante de otra civilización, sino el mismo hombre europeo, que cree en el mismo Dios. Y esto es lo que produce mayor inseguridad: vacila el más firme pilar de la civilización europea, desde la desaparición del Imperio Romano.

Sin embargo, la creencia religiosa no será la única que sufra desequilibrios: también la concepción del mundo y del universo cambiará como consecuencia del pensamiento científico del siglo XVI. La revolución copernicana (6) había abierto la primera brecha en la idea bíblica y aristotélica del universo, pero no fue aceptada hasta que Kepler (7) y Galileo (8) confirmaron sus descubrimientos. Se produjo entonces un gran avance en el campo científico (Newton (9), Bacon (10), Harvey (11), Descartes (12)), pero también fue un factor de incertidumbre por cuanto el hombre del Renacimiento empieza a saber ahora que ya no es el centro del Universo, sino que es el habitante de un planeta más que gira en el espacio. Al mismo tiempo, los viajes, descubrimientos y conquistas permitieron que Europa se viera a sí misma como un pequeño continente. La realidad ya no parece tan sencilla y matemáticamente representable como los griegos (tan admirados), y la Iglesia (tan respetada), lo habían propuesto.

A estos factores de crisis se añade otro, en España: la decadencia social y económica del país, la decadencia del Imperio como institución, y la pérdida de parte de los territorios imperiales, hasta culminar con la desaparición de la dinastía gobernante.

El poderoso Imperio Español se había formado bajo los reinados de Carlos I Y Felipe II (Austrias mayores). El siglo XVII transcurre bajo el reinado de los llamados “Austrias menores”: Felipe III, Felipe IV y Carlos II, que instauran un proceso de desatención de los asuntos públicos, corrupción administrativa, decadencia económica, disolución social y pérdida del poder político de España en Europa que desembocó con la instauración, en 1700, de una dinastía extranjera (francesa), los Borbones, cuando los Habsburgo o Austrias ya no tenían descendencia.

La conquista de Méjico y Perú, principalmente, y la explotación de sus minas inundaron Europa de metales preciosos que pasaban a través de España; pero se produjeron las primeras crisis financieras del mundo, tanto que el Estado Español hizo bancarrota, tres veces en la segunda mitad del siglo XVI y hubo grandes depresiones económicas en el siglo XVII. Se expulsó a los moriscos (árabes conversos, que constituían la mano de obra agrícola), no se desarrolló ninguna actividad industrial, hubo malas cosechas, hambre, epidemias, especulación y descenso de la población. España interviene en la Guerra de los Treinta Años y es derrotada, lo mismo ocurre después de una guerra con Francia; poco a poco va perdiendo territorios, sobre todo por el empuje imperialista de ese país, regido por Luis XIV.

Cosmovisión Barroca

La confianza del Renacimiento en el Hombre y en la Razón, ya no puede mantenerse, como tampoco el ideal de la perfección y la felicidad. Se vuelve entonces muy aguda la conciencia del dolor, de la angustia. La cosmovisión antropocéntrica del Renacimiento aparece reemplazada por un vacío, un mundo donde todo parece tambaleante e inestable y donde el sentimiento generalizado es de angustia existencial (sentimiento de vaciedad ante la existencia) que se manifiesta en ciertos temas literarios muy específicos como “la vida es sueño”, “la confusión entre la ficción y la realidad”, “la fugacidad de la vida y de las cosas”, “la muerte como elemento fundamental de la vida”, “el mundo al revés”, el pesimismo, y una mezcla de sensación de pequeñez frente al universo con el orgullo por conocerlo.

Como en todas las épocas de crisis hay un enorme y magnífico desarrollo de la actividad artística y creadora porque el hombre necesita expresar los conflictos del mundo. El Barroco mostró una ruptura con los cánones del clasicismo italiano y buscó una combinación de aspectos tradicionales y novedosos. Así, los poetas renovaron técnicas y estilos, y cultivaron el terceto, el cuarteto, el soneto y la redondilla.

En España, Miguel de Cervantes (1547-1616), autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (barroco clásico), anticipó en su novela los rasgos del Barroco, la que representó la respuesta del escritor a la situación de España. En la lírica descollaron Francisco de Quevedo (1580-1645) y Luis de Góngora (1561-1627), entre otros. El teatro de Juan de Encina (1469-1529) dio paso a autores como Lope de Vega (1562-1635) y Tirso de Molina (1579-1648).

En Inglaterra, durante el reinado de Isabel I (1558 -1603), floreció el llamado “teatro isabelino”, asociado tradicionalmente a la figura de William Shakespeare (1564-1616). Esta corriente se caracterizó por su gran despliegue escénico y la combinación de elementos que hasta entonces pertenecían a géneros diferenciados: así, lo serio se mezcló con lo grotesco, y lo cómico con lo trágico.

El Barroco en las Artes Plásticas y la Literatura

Las artes plásticas y la Literatura muestran características semejantes entre sí, como expresión del conflicto existencial del barroco: retorcimiento en los cuerpos, en las columnas y en la frase; cargazón de adornos arquitectónicos y de figuras del discurso; juegos ilusionistas de espejos, paredes y techos, juegos de palabras; claroscuro, cuerpos apenas distinguibles en las sombras de los cuadros y oscuridad y dificultad de intelección en la Literatura…

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