CASOS DE ECOTURISMO EN MEXICO
Enviado por erikluna04 • 17 de Octubre de 2013 • 1.909 Palabras (8 Páginas) • 633 Visitas
Universidad Estatal de Sonora
Unidad Académica San Luis Río Colorado
Carrera de Licenciado en Administración de Empresas Turísticas
Materia: Ecoturismo
Periodo escolar: 2013-2
Instructor: Dr. Salvador Adame Gómez
Estrategia de aprendizaje: Análisis de casos de estudio
Los casos que fueron escogidos y se presentan en este documento cumplen dos criterios fundamentales: 1) que la información disponible acerca de estos proyectos fuera derivada de una investigación formal, con objetivos, metodología y métodos preestablecidos; y 2) que existiera dentro de los proyectos un componente social. Teniendo como base estos criterios, se escogieron tres casos: “El Cielo”, en el Estado de Tamaulipas; “La Isla de los Changos”, en el Estado de Veracruz; y “Ventanilla”, en el Estado de Oaxaca.
a) “El Cielo”
La Reserva de la Biosfera conocida como “El Cielo” se encuentra localizada en la región suroeste del Estado de Tamaulipas, contando con una superficie de 144,530 hectáreas. Esta reserva fue establecida en 1985 por el gobierno Estatal y la entonces Secretaría Federal de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), con el objetivo de proteger el medio ambiente. Un año después (1986) la UNESCO declaró que esta reserva tenía relevancia internacional debido a la gran biodiversidad contenida en ese espacio. Este reconocimiento motivó la generación de un Plan de Manejo elaborado por las Secretarías de Estado encargadas de la protección al ambiente y manejo de recursos naturales. Medellín y González (1999) señalan que las comunidades ubicadas en la periferia nunca fueron consultadas ni informadas acerca de dicho plan, sus contenidos o las especificaciones de manejo para proyectos de manejo sustentable y aprovechamiento económico del área. Este plan incluía medidas específicas para la conservación de ciertos recursos, como la prohibición de extracción maderera que, hasta entonces, permanecía como el medio principal de subsistencia de esas comunidades (Walker, 1997).
De acuerdo con Guerrero (2005), la introducción de este plan tuvo consecuencias negativas para las comunidades locales, como el desplazamiento territorial de asentamientos humanos, rechazo a la introducción del plan, y emigración. A manera de respuesta, en 1993, una ONG llamada “Terra Nostra” entró en escena con el diseño de un “Plan Participativo de Desarrollo” para la Reserva de “El Cielo”, donde se promovía la participación de las poblaciones locales a fin de encontrar la mejor manera de aprovechar los recursos naturales existentes (Medellín, 2005).
Terra Nostra promovió y obtuvo financiamiento extranjero de las organizaciones World Wild Fund y el Fondo para el Desarrollo John y Catherine MacArthur. Con la ayuda de este financiamiento se diseñó el programa “Organízate” que tenía como objetivo primordial promover la participación de las comunidades locales en la toma de decisiones y el desarrollo de proyectos productivos y de conservación. Uno de los resultados de este plan fue la creación de diferentes cooperativas que se harían cargo de las iniciativas formuladas.
Dentro de las actividades que se pueden realizar en esta reserva están: el “avistamiento de aves”, y los “senderos interpretativos”, que en total suman 12. El objetivo es mostrar a los visitantes la biodiversidad de la zona. La mayoría de estos senderos se encuentran en el área de amortiguamiento de la Reserva, aunque algunos pocos están localizados en el área núcleo. “Observación” ofrece estaciones específicamente diseñadas para la apreciación de cierta flora y fauna 9, así como paisajes.
Los servicios complementarios que ofrece “El Cielo” comprenden hospedaje, en tres pequeños hoteles, área de acampado y alimentación, con dos restaurantes. Adicionalmente, existe la venta de artesanías y productos orgánicos como frutas, mermeladas y plantas de ornato producidos por los habitantes de las comunidades aledañas a través de las cooperativas. En términos de transporte, se ofrece la renta de vehículos todo terreno, mulas, burros y caballos. Walker (1995) señalaba que esta iniciativa se ha convertido en una fuente de ingresos considerable, ya que el ingreso semanal promedio de una casa en la comunidad de Alta Cima, en los alrededores de la Reserva, era de 14 dólares sin contar con los ingresos del ecoturismo.
Medellín (2005) señala que los resultados del programa “Organízate” han tenido un saldo positivo y consistente en términos económicos y sociales. Él señala que el hecho de que más del 75% de las comunidades participaran dentro de estas iniciativas fue fundamental. Walker (1997) enfatizaba en su estudio como decisivo la disposición y actitud positiva de las comunidades hacia el ecoturismo, traduciéndose después en beneficios económicos.
Guerrero (2005) también señala que el ecoturismo representa una fuente importante de ingreso en las familias involucradas (20 al 50%), sin embargo la recolección de palmilla se mantiene como la actividad económica principal. Se puede inferir entonces que la iniciativa de “Tierra Nostra” ayudó de manera significativa a la diversificación económica, encontrando una opción en el manejo de los recursos.
A pesar de todo lo anterior, se deben señalar las limitantes que precedieron el origen de esta iniciativa. La introducción de planes de manejo sin la consulta de las comunidades locales afectadas pone en evidencia la falta de visión y planeación por parte de aquellos que toman las decisiones en los diferentes ámbitos de gobierno. Aunado a lo anterior, el involucramiento lento y tardío muestra un desinterés por las iniciativas y estrategias locales. Aunque en los últimos años se creó una estación de monitoreo para la conservación ambiental a cargo del gobierno Estatal, esta acción fue considerada más como una respuesta a presiones internacionales que a una iniciativa con genuinos objetivos de conservación (Medellín, 2005).
Una de las discusiones internas actuales del proyecto está centrada en las cuestiones de equidad de género, pues los recursos económicos generados por las diferentes cooperativas se manejan por los varones de la comunidad y son ellos quienes deciden su distribución (Walker, 1997). Esta situación puede ser considerada como una fuente potencial de conflicto pues se pueden generar sentimientos de descontento e irritación
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