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Cambios sociales en la Baja Edad Media y el Renacimiento


Enviado por   •  28 de Agosto de 2019  •  Trabajo  •  5.307 Palabras (22 Páginas)  •  279 Visitas

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HISTORIA DEL ARTE II

TRABAJO PRÁCTICO 1: Cambios sociales en la Baja Edad Media y el Renacimiento.

Prof. Adjunta: Lic. Zulema Fernández.

Auxiliar de Cátedra: Carmen Di Prinzio.

A partir de la lectura de la biografía resolver el siguiente cuestionario.

  1. Identificar causas del resurgimiento urbano ocurrido entre los S. XI y XIII y articúlalo con la revolución comercial y el incipiente capitalismo mercantil que se da por aquel entonces.
  2. ¿Qué características presentan los gremios los gremios y cual es su papel dentro del proceso de producción? ¿Qué diferencia se pueden establecer con los talleres renacentistas?
  3. Explicar el contexto filosófico que da marco a la cultura Renacimiento
  4. Explicar el proceso de laicización de la cultura y que consecuencias supuso respecto a la función de la obra de arte.
  5. ¿Qué características adquiere entonces la producción artística?
  6. Explicar la diferencia entre expresionismo románico y naturalismo gótico.
  7. ¿Qué aspectos formales y simbólicos caracterizan las imágenes de Cristo y la Virgen en el arte gótico? Ejemplificar.
  8. ¿Qué lugar ocupa la catedral en la Baja Edad Media? Describir la producción artística alrededor de estas construcciones.
  9. Identificar, a partir de un caso, los elementos que constituyen el lenguaje del gótico. Presentar imágenes.

Bibliografía:

COSTA,M. contexto histórico de los cambios sociales y culturales de la Baja Edad Media y el Renacimiento, 2001.

T. El Arte Gótico.

1.Identificar causas del resurgimiento urbano ocurrido entre los S. XI y XIII y articúlalo con la revolución comercial y el incipiente capitalismo mercantil que se da por aquel entonces.

Entre los siglos XI-XIII, tras el cese de las invasiones barbaras, se produjo un movimiento de roturación de tierras para incorporarlas a la explotación agrícola. Se talaron y quemaron bosques, se desecaron pantanos y se cultivaron tierras antes desaprovechadas, gracias a los nuevos adelantos técnicos (empleo del arado de vertedera, utilización del caballo de labor, rotación trienal de los cultivos, difusión del molino hidráulico, etc.). El consecuente aumento de la producción de alimentos permitió obtener excedentes comercializables en el mercado local. El crecimiento demográfico proporcionó mano de obra y permitió que muchos campesinos se trasladaran a los núcleos urbanos y se dedicaran a actividades diferentes de las agrarias. Algunos campesinos llegaban a las ciudades para huir de las exigencias señoriales y otros lo hacían atraídos por la creciente actividad artesanal y comercial. Los burgos eran considerados un ambiente pacífico donde los viajeros encontraban libertad y seguridad, aunque a menudo estuvieran convulsionados por luchas políticas internas. La paz urbana se aseguraba mediante murallas que protegían a los habitantes y a sus actividades. A partir del siglo XII y XIII, las ciudades medievales obtuvieron de los reyes ciertos privilegios y fueros que debilitaron los esquemas feudales: libertades personales para los habitantes, exenciones tributarias, derechos de administración de justicia, formación de gobiernos comunales. Las comunas surgieron como asociaciones juramentadas para conseguir determinados fines, sobre todo la liberación de la tutela de los señores (eclesiásticos o laicos).

Con el desarrollo urbano de mediados del siglo XII y el siglo XIII, surgieron las universidades. Algunas nacieron de centros preexistentes, como en París, Bolonia y Oxford; otras fueron creadas por los reyes, como Salamanca y Nápoles. En este mismo período, el estado centralizado, representado por la monarquía, avanzó sobre la autoridad local feudal representada por los nobles. Las ciudades nacidas del progreso agrícola y nutridas de los avances sociales y culturales, cobraron impulso con el despertar comercial.

La reapertura de las vías de comunicación con Oriente tras las cruzadas (siglos XI al XIII) y la reactivación comercial debida a la aparición de nuevos mercados, produjeron el resurgimiento de las ciudades como activos centros administrativos, políticos, mercantiles y manufactureros. Las regiones más fuertemente urbanizadas del Occidente medieval fueron aquellas en las que convergieron grandes rutas comerciales.

Las cruzadas ocasionaron un amplio movimiento de bienes y personas en el Mediterráneo. La seguridad de los caminos y los mares contribuyó a intensificar los intercambios comerciales de Europa occidental con Bizancio y el Islam. La recuperación del comercio de larga distancia (siglos XI al XIII) tuvo un mayor impacto en el Mediterráneo y en el Norte de Italia. Los puertos italianos de Venecia y Génova, que se habían beneficiado con el embarque de los cruzados, incrementaron sus flotas mercantes y sus negocios. Las peregrinaciones a lugares santos (Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela) y el culto a las reliquias sagradas contribuyeron al renacimiento urbano. Se desarrolló una red de rutas de peregrinación y, a la vera de los caminos, surgieron localidades donde los viajeros podían abastecerse.

Dos centros regionales tendieron a concentrar la actividad mercantil: Italia y Alemania, articulados a partir del mar Mediterráneo y del mar del Norte respectivamente. En el Sur, los mercaderes italianos de Venecia, Génova, Pisa, Florencia y Milán comerciaban productos de poco peso y mucho valor (especias, seda, algodón). En el Norte, Lubeck, Colonia y Hamburgo comerciaban con productos de menor valor y más peso (pieles, pescado, maderas, cereales). Los comerciantes alemanes crearon una sociedad comercial llamada Liga Hanseática. Hacia el siglo XII, como contrapartida, las ciudades del norte de Italia también se unieron y formaron la Liga Lombarda. La zona de contacto e intercambio comercial entre ambos centros fue el sudeste de Inglaterra, Normandía, el norte de Alemania, los mercados de Flandes y las ferias interregionales de Champagne, en el noreste de Francia. A fines del siglo XIII y durante el siglo XIV se constituyeron mercados permanentes donde no sólo se intercambiaban productos sino también se regulaba toda una serie de operaciones comerciales y de crédito (de los que hablaremos más adelante).

2.¿Qué características presentan los gremios los gremios y cual es su papel dentro del proceso de producción? ¿Qué diferencia se pueden establecer con los talleres renacentistas?

        Los artesanos se agruparon, en función de sus respectivas actividades u oficios , en gremios o corporaciones que organizaban y reglamentaban el trabajo de la profesión. Según las regiones, se los conoció con diversos nombres, “guildas” en los países Bajos, “artes” en Italia, “hansas” en Alemania. Algunos gremios llegaron a ser muy poderosos y, frecuentemente, se enfrentaron con violencia por el control del gobierno de la ciudad. En su lucha por la preeminencia, cada gremio construía, como sede, un gran edificio urbano con el que pretendía opacar las construcciones de los otros gremios. Los gremios o corporaciones ejercían una función de vigilancia y supervisión, tanto sobre la persona del artesano como sobre su obra. Controlaban las formas de producción, las normas laborales, los horarios, los salarios, los precios, la calidad de los productos, además de frenar la competencia. Los gremios también podían juzgar y decidir en los conflictos planteados entre artífices, o entre los artistas y sus clientes.

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