Carlos Fontalvo
Enviado por karlitos10 • 18 de Septiembre de 2012 • 560 Palabras (3 Páginas) • 497 Visitas
Uno de los temas bajo discusión en la Sexta Cumbre de las Américas, en Cartagena, será el de la "seguridad ciudadana". Nada más oportuno. Difícil establecer prioridades frente a tantos problemas que aquejan a la región, pero la seguridad es ciertamente uno que exige atención de urgencia.
Y lo es por sus graves dimensiones. Estas se pueden apreciar con claridad tan solo con darle una mirada a las tasas de homicidio. En un ensayo reciente, Gino Costa -exministro del Interior del Perú- examina de manera comparativa las estadísticas regionales, de donde se desprende un cuadro preocupante. ('Citizen Security in Latin America', Inter-American Dialogue, febrero 2012).
Importa repasar las cifras y observaciones del estudio de Costa. El primer dato notable es que las tasas de homicidio del hemisferio son más del doble que las del promedio mundial. Somos, en efecto, el continente más violento del globo, después de África.
Solo en el 2010 hubo más de 140.000 homicidios en las Américas.
El problema regional parece agravarse con el paso del tiempo. Entre el 2000 y el 2008 la tasa de homicidios en Latinoamérica aumentó de 20 a 26 por 100.000 habitantes. No todos los países marchan en la misma dirección. En Colombia y en Bolivia se observan mejoras significativas. Pero hay muy pocas razones para la complacencia regional. Las tasas de homicidio se han disparado en México, Brasil, Venezuela y Perú, y se mantienen altísimas en Guatemala, Honduras y El Salvador. Se duplicaron en Costa Rica y Panamá en esos mismos años.
La gravedad del problema varía, por supuesto, entre los distintos países. A pesar de sus mejorías, los niveles colombianos siguen entre los más altos. Venezuela cuenta hoy con una de las mayores tasas de homicidios de la región. Como lo muestra Costa, solo tres países tienen tasas menores de 10: Uruguay, Argentina y Chile. Entre los tres, sin embargo, Chile es el único que se aproxima a tasas realmente bajas, tres veces menos que las de Argentina y Uruguay.
Es siempre más fácil describir la violencia homicida que identificar sus causas. Costa es cauteloso, pero se apoya en otros estudios recientes, del Banco Mundial y de programas de las Naciones Unidas, para indagar sobre los orígenes del problema, asociados en unos u otros al narcotráfico, a la inequidad, al acceso de armas de fuego o al crimen organizado, entre otras posibles causas. ("En las Américas, los homicidios relacionados con el crimen organizado son cinco veces más altos que en Asia y diez más que en Europa.")
Me he concentrado aquí en el homicidio por ser el índice más visible y confiable del problema. El ensayo de Costa, sin embargo, es más comprehensivo e incluye otros temas: victimización, percepciones ciudadanas sobre la inseguridad, confianza en la policía, sistema penitenciario.
El
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