Cartagena de Indias

Entre la necesidad y el temor: negros y mulatos en Cartagena de Indias a comienzos del siglo XVII – Antonino Vidal Ortega

Cartagena de Indias se fue consolidando como una de las regiones clave en la actividad comercial variada, administrativa y militar. Este hecho llamó la atención a la población viendo en ello una posibilidad de enriquecimiento.

El Puerto de Cartagena era el principal punto comercial de esclavos dominado por los proveedores portugueses. Gran parte de lo esclavos que se quedaron en la Ciudad estaban destinados al servicio doméstico, actividades rurales. El ratio de negros en proporción a los blancos originó un mestizaje en la sociedad cartagenera. El conocimiento de todos estos hechos ha sido posible gracias a varios archivos historiográficos de Cartagena, así como una bibliografía complementaria a recientes investigaciones destacadas de María Cristina Navarrete, que se centra en las represalias contra determinadas costumbres y comportamientos de los negros a manos del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. (Medina, 1899)^[1] También destacamos los de Alfonso Múnera Cavadía, que interpreta el rol de los negros y mulatos en el último siglo colonial de Cartagena con respecto a la conformación de la sociedad urbana, más compleja, diversa y dinámica que lo que se había mostrado hasta entonces.

El testimonio de Carlos Orta confirma el comercio de los negros así como su destino en casas señoriales, símbolo de poder social. Las actividades de los esclavos cada vez eran más especializados y por lo tanto aumento la cantidad de estos. Un hecho que permitió la comunicación entre ellos y por lo tanto el terror de la minoría blanca, sobre un posible levantamiento de los negros, según cuenta la carta  del capitán Duarte de León Márquez. (Vidal Ortega, 2000; 94)^[2]

Según Jerónimo de Zuazo existían dos forma de comprar esclavos. A forma de mercancía como otros productos para ser enviados a otras áreas, y en segundo lugar la posibilidad de ser comprado por vecinos u otras instituciones cartageneras. De esta forma pasaban a formar parte de la población de la ciudad. La asimilación de los esclavos por parte de la civilización española hizo perder la herencia africana.

En el mundo urbano era posible el ascenso dentro de la estructura esclavista como por ejemplo: artesanos, miembros del ejército, responsables de otros esclavos, incluso podían llegar a obtener la libertad. El caso especial de vía libre estaba reservado para aquellos que se unieran al cristianismo y a los valores occidentales, olvidando sus costumbres y creencias. Aun así quedaron en la clase más baja de la sociedad. Esto no era de igual manera en el mundo cerrado del trabajo, donde el contacto a diario con miembros de cultura blanca acelero la aculturación de los esclavos. Las habilidades de algunos de ellos fueron apreciadas por sus amos como cuenta y alaga el médico Juan Méndez Nieto de su negra “la cantora”. Había esclavos que llegaron a alcanzar  un valor laboral muy elevado.

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