Chadwick El Mundo Micénico
Enviado por caturriagog • 10 de Marzo de 2014 • 2.205 Palabras (9 Páginas) • 597 Visitas
Reseña descriptiva del texto “El Mundo Micénico” de John Chadwick.
Jhon Chadwick nace en Surrey Inglaterra en 1921. Para el año 1940 se ofrece como voluntario en la Marina Real, interrumpiendo sus estudios en el Corpus Christri College de Cambridge. Debido a sus conocimientos en latín fue enviado a desarrollar labores de inteligencia a Egipto, interceptando códigos navales italianos. Luego, en el 1944 fue trasladado al frente del pacifico tomando un curso de japonés intensivo para poder hacer frente a los códigos nipones. Terminada la guerra reanuda sus estudios, allí inicia la aplicación de métodos criptográficos para la escritura minoica lineal B. Esto, en compañía de Michael Ventris.
Al término de sus estudios, Chadwick trabajó en el Diccionario Oxford Latin. Su primera obra “Las Obras Médicas de Hipócrates” fue publicada en 1950. Otras publicaciones fueron “Documents in Mycenaean Greek” junto con Michael Ventris en 1956, “The Decipherment of Linear B” en 1958, “The Mycenaean World” en 1976, todos editados por la Cambridge University Press. Su edición en español fue traducida por José S. Melena y publicada por Alianza Editorial Madrid, en 1977.
En “El mundo Micénico” (como fue traducido), el autor nos adentra a la Grecia de los siglos XVII al XII a.C. donde se daría realmente forma a la cultura griega, en su lengua, sus costumbres, organización, etc.
Se divide en 11 capítulos, en los que su información se respalda en diversos documentos y fuentes, donde Chadwick incluye sus propias investigaciones como también la de sus colegas Michael Ventris, L. Baumbach, L. R. Palmer, entre otros. Conjuntamente trabaja con las tablillas halladas en diversos lugares como Cnosos, Pilos, Micenas, Tebas, Tirinto, etc.
Ahora bien, en su primer capítulo “La helenización de Grecia”, el autor describe cómo se desarrolla el habla y la escritura griega, exponiendo dos tesis. La primera planteada por Paul Kretschiner que habla de una serie de oleadas de guerreros que vinieron por medio de los Balcanes, los que según él, fueron lo que trajeron la lengua griega, su escritura, además de costumbres. Estas invasiones fueron perpetuadas por Jonios (siglo XX a.C.), Aqueos (siglo XVI a.C.) y Dorios (siglo XII a.C.). Dicha explicación no encuentra refutación alguna en cuanto a pruebas arqueológicas, sin embargo, ciencias como la glotocronología contrarían esta tesis, pues debido a los estudios, el griego no se ve emparentado con alguna de estas lenguas invasoras.
La otra tesis planteada por el mismo Chadwick nos propone que el griego no se desarrolló antes del siglo XX y que este se formó por la mezcla de habitantes nativos del territorio e invasores de otras hablas. Estos tomaron palabras de los pueblos originarios como plantas, animales y objetos desconocidos. Incluso Chadwick plantea que la mala pronunciación de la lengua invasora por parte de estas gentes, provocó cambios en su fonética. Del mismo modo este planteamiento no tiene contradicciones arqueológicas.
A partir de esta teoría, Chadwick explica que los protogriegos (como así los denomina) al invadir Grecia central y luego el norte del Peloponeso, llevaron con ellos el caballo, un propio estilo de cerámica y una belicosidad inherente. A su lado, El Egeo, era dominado por Creta, islas como Ceos, Citera, Melos, Rodas y Tera le pertenecían, pues tablillas encontradas en estos sitios demuestran la influencia de Creta sobre el Egeo. La influencia de Creta sobre la Grecia continental también fue inmensa. Los cretenses al contrario de los griegos, no era un pueblo violento, vivían en palacios sin ninguna protección, de lengua y costumbres diferentes. Preferían el desarrollo en artes como la arquitectura y la pintura. Además la isla ofrecía un punto geográfico envidiable entre Egipto, Persia y Grecia el cual le daba acceso a un desarrollo comercial único.
Chadwick dice que fueron sobre todo en el siglo XVI a.C. expresiones arquitectónicas, artísticas y culturales las que se arraigaron el los griegos continentales, pero quizá algo más importante fue la introducción de formas de contabilización y de escritura que adaptaron a su propio lenguaje. “En esta época hay también un evidente auge de riqueza, y la economía micénica “despegó”, como dicen los economistas modernos” .
El periodo minoico liderado por Creta, tuvo una serie de accidentes geológicos que llevaron primero a terremotos, obligando a reedificar las ciudades cretenses para luego sufrir la furia del volcán Tera que debido a la ceniza, al maremoto y un posterior tsunami provocado por la explosión generó el abandono de la isla y la ulterior invasión griega a Creta. Es precisamente entre el 1500 y el 1450 a.C. cuando sucede esta catástrofe. “En la primera mitad del siglo XIV, el enorme palacio de Cnosos fue incendiado y ya no fue más la sede de un poder imperante” dando fin al periodo minoico.
A partir de allí el sur de Grecia floreció a partir de Micenas dando paso a la Grecia micénica. Templos y palacios en Tebas, Esparta, Atenas, Micenas, Pilo y Corinto ya hacían ver el auge griego que alcanzo su cúspide en el siglo XIII a.C. En este periodo Grecia se convirtió en un “hervidero y, uno tras otro, los magnificos palacios fueron presa de las llamas y aunque la vida continuó, lo hizo en adelante en un nivel de civilización muy inferior. Las artes mayores, como la construcción de sillería, y la escritura se agostaron, y la vida retornó al fundamento agrícola […] todo lo que podemos decir con seguridad es que los reinos micénicos, con su amplia y floreciente población, llegaron a su fin y el siglo siguiente contempla una Grecia habitada desperdigadamente aquí y allá y unos supervivientes que buscan lugares menos expuestos a las incursiones piráticas procedentes del mar” .
En su segundo capítulo, “Los Testimonios Documentales” el autor compara lo hasta ahora dicho con los hallazgos hechos sobre todo en ciudades como Cnosos y Pilos, pues fueron estas las que brindaron la mayoría de documentos escritos de la época micénica, ya que Micenas, Tebas, Tirinto y demás no tienen una cantidad significativa de hallazgos. Con todo esto la información de la Grecia micénica es insuficiente. Lo más significativo fue el desciframiento de la escritura lineal B por Michael Ventris. La que permitió abrir otro panorama en la historia griega. Al estudiar las tablas, en el libro el autor determina que debido a los trazos y los tipos de grafías hubo varios escribas que depositaban las tablillas en estantes y que quizá cada año se reemplazaban las viejas por nuevas tablillas con datos más recientes. Pero a pesar del avance en el desciframiento de las tablillas, aún existen signos, abreviaturas y mensajes por comprender.
En el capítulo III, “La Geografía
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