China
Enviado por ivanvan • 18 de Noviembre de 2012 • Trabajo • 2.563 Palabras (11 Páginas) • 356 Visitas
A los 23 años de edad Ernesto decide emprender una travesía con su amigo Alberto Granado por Latinoamérica, en motocicleta.
"Fue una mañana de octubre. Yo había ido a Córdoba aprovechando las vacaciones del 17. Bajo la parra de la casa de Alberto Granado, tomábamos mate dulce y comentábamos todas las últimas incidencias de la "perra vida" mientras nos dedicábamos a la tarea de acondicionar La Poderosa II. Él se lamentaba de haber tenido que abandonar su puesto en la leprosería de San Francisco de Chañar y del trabajo tan mal remunerado del Hospital Español. Yo también había tenido que abandonar mi puesto, pero a diferencia de él estaba muy contento de haberlo dejado; sin embargo, también tenía mis desazones, pero debidas más que nada a mi espíritu soñador; estaba harto de Facultad de Medicina, de hospitales, de exámenes(...)
Y de pronto, deslizada al pasar como una parte de nuestros sueños, surgió la pregunta: -¿Y si nos vamos a Norteamérica?
-¿A Norteamérica? ¿cómo?
-Con la Poderosa, hombre".
Y fue así como ambos decidieron ese viaje, primero recorrerían algo del Sur Argentino, después Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, y de ahí a Estados Unidos, pasando de vuelta por: Brasil, Paraguay, y finalmente Argentina.
En diciembre de 1951 parten desde Córdoba, recorriendo Buenos Aires, Villa Gesell, Miramar, Necochea, Bahía Blanca, Choele choel, Piedra del Águila, San Martín de los Andes, Nahuel Huapi y Bariloche.
Antes de salir del país Guevara expresa en su diario lo siguiente:"Quizá algún día cansado de rodar por el mundo vuelva a instalarme en esta tierra argentina y entonces, si no como morada definitiva, al menos como lugar de tránsito hacia otra concepción del mundo, visitaré nuevamente y habitaré la zona de lagos cordilleranos" Nuevamente se puede ver y establecer una relación entre lo que él vivió, eso de ir de ciudad en ciudad y no tener un lugar fijo.
Luego en el mes de febrero llegan a Chile donde ambos se hacen pasar por médicos especialistas en leprosología, y obtienen una entrevista con el diario local, donde los nombran como "Dos especialistas en leprología recorren Sudamérica en motocicleta". Su estadía en el país vecino duraría alrededor de dos meses. En Chile se habían hecho conocidos por aquel artículo periodístico, por lo que en muchos lugares eran reconocidos y trataban de "manguear" estadía y comida y lo lograban.
Luego de esos dos meses su próximo destino fue Bolivia, subiéndose a los camiones que transportaban "collas" hasta el lago Titicaca. En el pueblo indígena de Tarata, Ernesto revelaría su sensibilidad que significó su, desde entonces, indeleble contacto con la miseria latinoamericana. Nadie podía imaginar que allí se iniciaba un camino que aún conmociona al mundo y que encontraría su fin físico en esas mismas desolaciones bolivianas.
Su viaje continúa rumbo a Perú donde formaron parte por un tiempo del cuerpo de médicos en el Leprosario de San Pablo, donde ambos se sienten profundamente encariñados por aquellos leprosos que brindan todo su cariño hacia ellos, debido a que la forma en que tanto Ernesto como Alberto los trataban era totalmente distinta a la que ellos venían teniendo con el resto de los médicos.
También pasaron por Colombia y finalmente por Venezuela. En ese tiempo Ernesto conoce a Fidel Castro y a su hermano Raúl, es allí donde se entera sobre las guerrillas que los Castro (pero principalmente Fidel lideraba) estaban formando. Es por ello que comienza a interiorizarse en el caso de Cuba.
Finalmente el 26 de ese mismo año sus andanzas llegan terminan. En el aeropuerto de Caracas Ernesto despide a su amigo Alberto quien volvía a Buenos Aires porque había conseguido un buen trabajo y él decide quedarse un tiempo más allí.
5. Sus comienzos en la actividad política
Futuro Guerrillero de la mano de Fidel Castro
El 11 de abril de 1953, el Che se recibe de médico, luego de su vuelta por Latinoamérica junto con su amigo Alberto Granado. Él ya tenía planeado, una vez finalizada su carrera, emprender un nuevo viaje por Latinoamérica. El 7 de julio de ese mismo año Ernesto parte hacia Bolivia junto con un amigo de la infancia Carlos "Calica" Ferrer, el mismo afirma que: " Estoy convencido de que, consciente o inconscientemente, el futuro del Che buscaba abrevar la esencia latinoamericana en aquella pretérita etapa, previa a la despiadada conquista europea, cuando los indígenas a los que hoy consideraba necesario rescatar de avances sociales, científicos y culturales desconocidos por los eficaces desconocidos" Definitivamente Ernesto partía de Argentina con un propósito totalmente diferente al viaje anterior que había realizado por Latinoamérica. Esta vez estaba muy interesado en analizar las diferentes sociedades y convivir con las mismas, sobre todo ver como son dejados fuera del sistema los aborígenes. En una de las cartas que le envía a su tía Tita Infante le escribe lo siguiente:"El panorama político es sumamente interesante. Bolivia es un país que ha dado un ejemplo realmente importante en América...Aquí las revoluciones no se hacen como en Buenos Aires, el gobierno está apoyado por el pueblo armado de modo que no hay posibilidades de que lo liquide un movimiento armado desde afuera y sólo puede sucumbir por las luchas internas". Estos testimonios pueden ser tomados como un gran paso previo a su incorporación a la guerrilla junto con Fidel Castro.
Meses después, la separación de los compañeros de viaje era inminente. Calica representaba el privilegiado orden social al que el joven Guevara había pertenecido, pero que ahora estaba cada vez más decidido a aniquilar en su interior y, en poco tiempo más, en la realidad exterior. La pobreza que veían en el camino no era muy alentadora a seguir viaje, pero de todos modos Ernesto decidió continuar. El 27 de septiembre llega a Ecuador y es recibido por tres amigos argentinos, uno de ellos, Eduardo "Gualo" García quien sería su próximo compañero de viaje.
Ambos llegan a Guatemala en la mañana del 24 de diciembre de 1953, donde se convertiría en el revolucionario fanatizado y aguerrido, acosado por grandes potencias decididas a borrarlo de la faz de la tierra, dispuesto al mayor de los sacrificios para que el mundo fuese más justo y menos arbitrario, quien no vacilaría en matar si ello servía al éxito de sus ideales.
Allí conocería a Hilda Gadea, mujer poco agraciada de aproximadamente 30 años de edad, dirigente del ala juvenil del APRA peruano, que colaboraba con el gobierno progresista del presidente Arbenz. Ella diría lo siguiente: "En nuestro primer encuentro Guevara me causó una impresión
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