Chocolates Lucía
Enviado por Eric1_1 • 16 de Mayo de 2015 • 912 Palabras (4 Páginas) • 333 Visitas
Caso: “Chocolates Lucia”
La empresa dulcera “Chocolates Lucía” fue fundada en 1920. Desde el principio, la empresa se
caracterizó porque además de cuidar el delicioso sabor y calidad de sus productos, también
procuraba la calidad de vida de sus empleados. Para el fundador de la empresa, Don Emiliano
García, era de suma importancia que los empleados trabajaran contentos, motivados y conformes.
Don Emiliano creía que si los empleados estaban felices, trabajarían mejor, habría armonía en la
planta y los dulces quedarían aún más deliciosos.
“Chocolates Lucia” trabajaba dos turnos, el primero de 7:00 a.m. a 4:00 p.m. y un segundo turno de
10:00 a.m. a 7:00 p.m. En cada turno el empleado contaba con una hora de comida, eran horarios
de trabajo muy benévolos con la finalidad de que los empleados pasaran tiempo con sus familias;
ninguno de los turnos excedía jornadas de 8 horas de trabajo; trabajaban de lunes a viernes y sólo
se les pedía trabajar un sábado al mes. Los empelados tenían derecho a reportarse enfermos una
vez al mes sin que esto perjudicara de ninguna manera su sueldo.
La empresa tenía políticas de recursos humanos excesivamente benévolas, como premios de
puntualidad, estímulos por asistencia, licencia por maternidad de 200 días en lugar de 90 para las
mujeres y de 30 días para los hombres, días extra de vacaciones al año (sin goce de sueldo), etc.
Sin embargo, los sueldos que “Chocolates Lucia” pagaba a sus empleados no eran los mejores de
la industria. Aun así, la compañía presentaba un porcentaje de rotación muy bajo, la mayoría de los
empleados llevaban trabajando en la empresa más de diez años. Además, la productividad de la
empresa era muy buena respecto a sus competidores y los dulces de “Chocolates Lucia” eran los
preferidos de los clientes.
El bisnieto de Don Emiliano García, Emiliano García IV, era un joven muy ambicioso y soñador
que buscaba hacer crecer la empresa de su bisabuelo y hacer que pasara de una empresa
regional a una empresa nacional. Para lograr su meta, el joven empresario, que era el director de
operaciones, convenció a su padre Emiliano García III, director de la empresa, para que se
fusionara con una compañía dulcera nacional llamada “Ricos Dulces”. Tras la fusión, la nueva
empresa no solo sería la empresa líder en el país sino que podría expandir sus operaciones
exportando dulces a Estados Unidos y América Latina.
La empresa “Ricos Dulces” tenía políticas y prácticas de recursos humanos completamente
contrarias a las de “Chocolates Lucia”. “Ricos Dulces” solo otorgaba las prestaciones de ley a sus
empleados, aunque los sueldos eran los mejores de la industria. Sin embargo, había una rotación
de personal muy alta; se invertía mucho en reclutamiento y capacitación y los dueños sentían que
no había
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