Comentario Necrópolis De Carmona

22-12-2013

Juan Manuel Macías Lorenzo | 4º A Educación Primaria

ENTORNO

SOCIAL NECRÓPOLIS DE CARMONA

Necrópolis de Carmona

Identificación

Necrópolis romana, Carmona. Siglo I-II d.C.

Contexto Histórico

Roma, en su afán por controlar el Mediterráneo, se enfrentará a los cartagineses en las llamadas Guerras Púnicas, que fueron una serie de tres guerras que se sucedieron entre los siglos III Y II a.C. A pesar de que la conquista del área del Guadalquivir fue relativamente fácil, no la controlarían definitivamente hasta el siglo I a.C, en época del emperador Augusto, momento en que se produce la segunda organización administrativa del territorio, creándose la provincia de la Baética o Bética, cuyos límites territoriales son semejantes a la actual comunidad andaluza y que al ser un espacio considerado pacífico dependía directamente del Senado.

El proceso conocido como “romanización” supondrá una de las mayores transformaciones culturales vividas en nuestro territorio. No obstante, fue un proceso lento, continuo y permanente.

Los principales instrumentos para llevar a cabo la romanización, fueron, sin duda, la fundación de ciudades, donde los romanos tomarían el modelo de los campamentos militares que mejorarían y adaptarían a sus necesidades y por tanto, implantarían una nueva infraestructura, cuyos elementos más representativos serían la construcción de murallas, el foro en el centro, los templos y lugares de ocio como las termas, teatro, el circo o el anfiteatro, el cuál en muchas ocasiones se situaba a las afueras de la población. La mejora de la higiene viene determinada por la creación de acueductos que abastecían a la población de agua y de la separación de las necrópolis

de las ciudades, diferenciando ciudades para los vivos y muertos. Por otra parte, otro de los grandes avances llevados por los romanos fue la construcción de vías, calzadas para favorecer la comunicación con Roma y el comercio, levantando para ello grandes puentes que saltaran algún que otro accidente geográfico.

Una de las premisas por lo que los habitantes de la Bética recibirían con los brazos abiertos al pueblo romano sería por la concesión, por parte de estos, de ciudadanía con plenos derechos, de este modo, junto con la implantación del latín, la creación de vías de comunicación, Roma impondría su cultura a la de los habitantes de Hispania. La romanización era un hecho.

Entre las ciudades más representativas que podemos encontrar en la Bética se encuentran: Híspalis, Baelo Claudia, Gades, Muniga, Córduba, Ilíberis, Carteia, e Itálica.

Características Patrimoniales o Constructivas

Aunque solemos conocer la necrópolis de Carmona como meramente romana esto no es del todo así. Se conoce que había en dicho lugar enterramientos datados entorno al siglo VII a.C. de origen tartésico. No obstante, las excavaciones y prácticamente la totalidad de lo que podemos ver en ellas son de origen romano.

Por la datación de las excavaciones en torno al siglo I-II de nuestra era, se piensa que el tipo de enterramiento era por incineración. Este hecho también es palpable al ver las excavaciones en el suelo y las paredes rojizas de las mismas, debido entre otras cosas, al proceso de incineración que se llevaban a cabo en ellas. Las excavaciones comprendían dos niveles, uno de más anchura y un segundo más profundo y más reducido donde se producía la incineración, para luego recoger las cenizas y ubicarlas en una pequeña urna.

Las tumbas que podemos encontrar tienen en común el hecho de que son excavadas en la tierra. El acceso a ellas se realizaba a través de pozos en los cuales, dependiendo de las tumbas y su importancia podían albergar escaleras horadadas en la misma tierra, o por el contrario debían poner una de madera para poder bajar por ellas. En el interior podríamos encontrar una pequeña habitación que en raras ocasiones medían algo más de 2 metros cuadrados. En las paredes de estas estancias excavadas en la misma tierra se encontraban unos pequeños nichos donde se colocarían las urnas con las cenizas. Debajo de cada una de ellas habría una especie de estante donde se colocarían las ofrendas funerarias.

En general se piensa que las tumbas eran cerradas a través de puertas o grandes piedras.

Cada tumba pertenecía generalmente a una sola familia, aunque en alguna se han encontrado muros que la dividían en dos. Junto con los familiares

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