Como fueron las Revoluciones industriales
Enviado por Carlos.silva.eve • 27 de Enero de 2016 • Apuntes • 2.710 Palabras (11 Páginas) • 287 Visitas
Introducción
En este breve ensayo se hablara sobre la primera y segunda revolución industrial.
El cambio que se produce en la historia moderna de Europa por el cual se desencadena el paso de una economía agraria y artesana a otra dominada por la industria y la mecanización es lo que denominamos “La primera revolución industrial”.
La denominada revolución industrial tuvo su origen en Gran Bretaña desde mediados del siglo XVIII. Sus principales rasgos habría que clasificarlos en tecnológicos, socioeconómicos y culturales.
Los cambios tecnológicos incluyen el uso de nuevos materiales como son el hierro y el acero; de nuevas fuentes de energía como el carbón y nuevas fuerzas motrices como la máquina de vapor. Se inventarán nuevas máquinas para hilar o para tejer, el telar mecánico, que permiten un enorme incremento de la producción con un mínimo gasto de energía humana.
También deben destacarse las importantes mejoras de los transportes, trenes y barcos de vapor, y la creciente interacción entre la ciencia y la industria. Fuera del campo industrial se producirán también importantes cambios.
Entre los cambios sociales y culturales son destacables el crecimiento de la población urbana, el desarrollo de la llamada clase obrera y sus movimientos de protesta, el movimiento obrero, el espectacular crecimiento de los conocimientos científicos y técnicos.
Tras la fase de industrialización en Inglaterra y su extensión en Europa, Estados Unidos y Japón, se inició un nuevo ciclo. En este periodo Gran Bretaña perdió liderazgo en beneficio de otras potencias.
Surgieron nuevas fuentes de energía como lo fue el petróleo, el cual se sirvió de combustible al motor de explosión; y la electricidad la cual tuvo una aplicación esencial para la iluminación gracias a la creación de la bombilla del señor Edison, la transmisión de señales electromagnéticas en medios de comunicación como son el telégrafo y la radio.
También se dieron nuevos sectores en la producción, como la industria química, que entre las cosas que fabricaba se encontraban los colorantes, explosivos, abonos, medicamentos, fibras artificiales, caucho, etc.; nueva siderurgia, transformaba el níquel, el aluminio y otros metales, y el hierro se sometió a novedosos procesos de refinado; la industria alimenticia comenzó a hacer uso de las latas esterilizadas y frigoríficos para la conservación de los alimentos
La complejidad del entramado empresarial y de los procesos de producción puso de manifiesto en esta fase la necesidad de nuevos sistemas organizativos. Los principales fueron dos; el “Taylorismo”, que buscaba la planificación científica del proceso productivo de la empresa; y el “Trabajo en cadena” o “Fordismo”, buscaba la máxima especialización del trabajo, la optimización de los rendimientos y el abaratamiento de las mercancías permitiendo el acceso a un creciente número de consumidores.
Dos formas de capital fueron las más destacadas; “La banca”, ofrecía créditos para hacer frente a los crecientes desembolsos; y “Las sociedades anónimas”, constituidas por socios propietarios de acciones, que repartían los beneficios.
Pero aquí nos enfocaremos a hablar sobre la evolución de la arquitectura y sus derivados.
Primera revolución industrial (1750 – 1850)
En Inglaterra, donde el Rococó nunca había sido aceptado del todo, el impulso para redimir los excesos del Barroco encontró su primer a expresión en el palladianismo iniciado por lord Burlington, si bien algo de este mismo espíritu purgativo puede detectarse en las últimas obras de Nicholas Hawksmoor en Castle Howard. Sin embargo, a finales de la década de 1750, los británicos ya estaban completando asiduamente su formación en la propia Roma, donde, entre 1750 y 1765, se podía encontrar como residentes a los principales defensores del Neoclasicismo, desde el prorromano y proetrusco Piranesi a los progriegos Winckelmann y Le Roy, cuya influencia estaba aún por llegar.
La revolución industrial va a ser el agente que fomente los principales cambios en la arquitectura y el urbanismo que van a tener lugar durante la segunda mitad del siglo XVIII y en su mayoría en la segunda mitad del siglo XIX, ya que surgirán nuevas necesidades que fomentarán el uso de nuevos materiales y la construcción de nuevas tipologías arquitectónicas como estaciones de ferrocarril, palacios de exposiciones, mercados, viaductos, teatros, edificios administrativos como ministerios, diputaciones, ayuntamientos, bibliotecas, academias, galerías comerciales, etc. Todos estos se van a construir siguiendo distintas propuestas arquitectónicas.
Por un lado tenemos los historicismos. El historicismo es esa tendencia arquitectónica que aparece ya a finales del XVIII y que intenta recuperar formas arquitectónicas de otras civilizaciones o antiguas, creando nuevos estilos a los que se llamará “neos”. Entre estos nuevos estilos o “neos” están:
El neogótico; que se dio sobre todo en la primera mitad del siglo XIX con el romanticismo. Un ejemplo es el "Parlamento de Londres" de Charles Barry. En este edificio hay una mezcla de planteamientos clasicistas, por ejemplo, la simetría, la regularidad de la planta, junto con una decoración gótica, que fue realizada por Pugin. Existe una tendencia a la horizontalidad, pero como contrapunto las torres, de formas y alturas diversas, y los pináculos o remates en forma de agujas, insisten en lo vertical. Se dice que estos elementos verticales lo que intentan es dar un toque más pintoresco y variado al edificio.
El neoindio; que se dio sobre todo en Inglaterra, siendo uno de los edificios más representativos el Pabellón Real de Brighton, cuyo autor fue J. Nash, y en el que se pueden apreciar las cúpulas bulbosas típicamente orientales, los minaretes o torres circulares, columnas clásicas, etc. Se añaden también materiales modernos como vigas y barandillas de hierro colado.
El neoárabe y neomudéjar; que se dio sobre todo en España y que se manifestó en la utilización del ladrillo y la decoración con cerámica vidriada. Se aplicó mucho a plazas de toros o sinagogas. El estilo ofrecía la ventaja de que los materiales de partida resultaban más baratos. Se hicieron numerosas iglesias neomudéjares, como la Iglesia de San Fermín de los Navarros, la iglesia de la Paloma, la iglesia de San Vicente de Paúl. Como edificios no religiosos el neomudéjar se vio en edificios residenciales, hoteles, palacetes, etc.
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