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Conflicto Armado En Colombia


Enviado por   •  3 de Abril de 2015  •  2.147 Palabras (9 Páginas)  •  281 Visitas

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CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO

¿CUÁL HA SIDO EL PECADO?, ¿CUÁL HA SIDO EL ERROR?

“Los hombres son como el acero. Cuando pierden los estribos, pierden su valor”

Chuck Norris

“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.”

Mahatma Gandhi

La violencia, medio que debiera estar ya desterrado en una sociedad civilizada, sigue actuando entre nosotros como si fuera el único medio por el cual unos pocos hacen oír su voz, mientras que la mayoría, perjudicada, ha de seguir aguantando. En palabras de Juan Carlos Fernández y Miguel García (2011):

Por norma general, se considera violenta a la persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese y caiga quien caiga. Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía. Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si se impone por la fuerza.

En Colombia se cuenta con una historia llena de sangre, injusticia e indignación contada desde todos los puntos de vista posibles, pero con un solo objetivo, mostrar la realidad de un pueblo que sufre constantemente, y que con el pasar de los años no ven la luz al final del túnel, sino que simplemente la oscuridad los envuelve. La única solución posible es seguir aguantando y resistiendo las calamidades que otros hacen sin importar quién caiga o a quién lastimen, sin interesarles su descendencia y mucho menos sus familias. Este es el resultado del paso del tiempo que no deja de atormentar la realidad y la memoria de todos los colombianos que directa o indirectamente son víctimas de las balas, persecuciones, desplazamientos, atentados e infinidades de acciones y acontecimientos que han ocurrido a lo largo de una guerra que no muestra visos de llegar a su fin.

El Centro Nacional de Memoria Histórica publica entre julio y agosto de 2013 un informe titulado “¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad, elaborado por el Grupo de Memoria Histórica y el centro mencionado anteriormente. Este informe viene acompañado por 20 volúmenes, donde se evidencia la violencia sufrida por centenares de personas que mantienen la esperanza de poder conocer la paz y disfrutar de ella. El siguiente pasaje nos cuenta un poco la concepción que las victimas tienen sobre el conflicto armado y la dimensión que este posee.

Colombia apenas comienza a esclarecer las dimensiones de su propia tragedia. Aunque sin duda la mayoría de nuestros compatriotas se sienten habitualmente interpelados por diferentes manifestaciones del conflicto armado, pocos tienen una conciencia clara de sus alcances, de sus impactos y de sus mecanismos de reproducción. Muchos quieren seguir viendo en la violencia actual una simple expresión delincuencial o de bandolerismo, y no una manifestación de problemas de fondo en la configuración de nuestro orden político y social. (Grupo de Memoria Histórica, 2013)

Si nos remitimos a una fuente oficial como la Organización Internacional para las Migraciones en Colombia, ofrece documentos que “contienen las propuestas de reparación colectiva, validadas y ajustadas por las comunidades de El Salado (Bolívar), El Tigre (Putumayo) y Libertad (Sucre) de acuerdo con la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras”, desarrolladas “con el acompañamiento de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, el apoyo financiero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el apoyo técnico de la Organización Internacional para las Migraciones” (OIM, 2012). Cabe destacar que estas poblaciones son unas de las más afectadas por el conflicto armado, sin embargo, no son las unicas azotadas y aterrorizadas por estos actos despiadados. Gracias al informe expuesto por el Centro de Memoria Histórica y las cartillas publicadas por parte de OIM, se puede mostrar a la población en general la barbarie que por cinco décadas ha traumatizado no solo a población vulnerable sino a los mismos que han hecho de las balas un nuevo lenguaje para atemorizar.

EN LA ACTUALIDAD

A finales del año 2013, se dio inicio a los dialogos de paz con uno de los grupos al margen de la ley, más fuertes y contundentes, que ha mutilado no solo fisicamente sino psicologicamente y sentimentalmente a gente que solo lucha por su supervivencia en las zonas rulales del pais.

Las fuerzas revolucionarias de Colombia, más conocidos como las FARC, son individuos que luchan por una posicion política pasando por encima de cualquiera que se le interponga y eso incluye a la poblacion civil. Durante esta epoca de dialogos, las Farc han declarado que no harán ofensivas militares ni civiles mientras esten en dichos dialogos, lo curioso de todo este escenario de “disposicion y buenos gestos para lograr la paz”, es que sigan secuestrando personas, atacando comandos de policia, mientras los lideres de las FARC siguen sosteniendo una cara de dialogo ante el gobierno.

Pero seria injusto solo nombrar a las Farc o a los ya “extintos” paramilitares, como como los unicos entes de segregacion social, ahora surgieron bandas delincuenciales denominadas “Bacrim’s”, que son agrupaciones de crimen y narcotráfico, tal es el caso de los “Rastrojos”, “Aguilas Negras”, y otras que han pasado a ser más publicitadas y que corresponden a rezagos y modalidades de delincuencia “organizada”. Es increhible que desde “El cristo campesino, de la violencia liberal - conservadora en el periodo comprendido entre 1946 a 1953” nombrado en el capitulo segundo del informe del Centro de Memoria Historica, hasta nuestra epoca, el conflicto solo haya evolucionado para infringirle más dolor a las victimas, como ocurre en buenaventura, en las denominadas casa de “pique”, mueren los sueños y esperanzas de aquel que ha de ser tirado al rio para que el agua muestre de forma dramatica las partes del cuerpo desmembrado y sirba como “chivo espiatorio” para atemorizar a la demás población.

“La noche del 9 de enero de 1999, aproximadamente 150 paramilitares del Bloque Sur Putumayo, irrumpieron en el territorio de la Inspección de El Tigre, Putumayo, bajo la amenaza de exterminar a auxiliadores de la guerrilla, guerrilleros y milicianos” (El Tigre (Putumayo), OIM, 2012), que acabo con la vida de 28 personas masacradas, y un número superior a 14 desaparecidos.

“En febrero de 2000, la población de El Salado se convierte nuevamente en víctima de actos violatorios de sus derechos humanos individuales y colectivos, con un total de 60 víctimas fatales, 52 hombres y 8 mujeres, en su mayoría jóvenes entre los 18 y 35 años. La masacre ocasionó un éxodo de más de 600 familias,

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