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Conocimiento Y Política Educativa En México. Condiciones Políticas Y Organizativas


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  12.879 Palabras (52 Páginas)  •  336 Visitas

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Conocimiento y política educativa en México.

Condiciones políticas y organizativas

PEDRO FLORES-CRESPO*

Resumen

Indagar en la forma en la que el conocimiento se usa para la formulación de políticas públicas resalta, inexorablemente, ciertos atributos que deben prevalecer en una democracia liberal (interés público, pluralismo, libertad de prensa y crítica al poder). En América Latina, al igual que en los países desarrollados, el número de analistas de políticas y funcionarios públicos que estudian y promueven la relación entre investigación y política es creciente, por lo que este artículo desea contribuir a este debate identificando algunos factores políticos y organizacionales que podrían ser un punto de arranque para analizar de manera más sistemática la relación entre conocimiento y política pública educativa. En primer lugar, se discuten algunas posturas sobre el uso del conocimiento en el ámbito educativo y enseguida, se describe la metodología más idónea para examinar “la ruta de convergencia” entre la teoría y la práctica. Posteriormente, se analiza el ambiente político mexicano y se concluye diciendo que a pesar de la complejidad en que los especialistas de la educación deben operar, su labor ha logrado influir las funciones de los decisores y practicantes. Este hecho constituye una valiosa experiencia regional y un acicate para emprender estudios más profundos sobre el tema.

Abstract

To investigate how knowledge may inform the process of policy formulation one necessarily has to look at the prerequisites that constitute a model of liberal democracy, such as public interest, pluralism, free press and criticism. In Latin American countries, like in long-established democracies, a larger number of policy analysts and government’s officers are concerned with the practical use of knowledge. This article seeks to contribute to this debate by identifying some political and organizational factors that could serve as a basis for the development of a comprehensive framework of analysis. Firstly, it discusses some theoretical perspectives in regard to the study of the linkage between knowledge and public policy. Then, it describes the preferred approach to assess how ideas can shape policy-making. It outlines Mexican politics, stressing the difficulties that policy scholars may face to make their intellectual function more practical. It was found that specialists have gained a position to influence Mexico’s educational policies and this constitute a remarkable experience in Latin America and, furthermore, opens up the opportunity for embarking on deeper analyses.

Palabras clave: Conocimiento / Política educativa / Especialistas / Redes de política

Keywords: Knowledge / Education policy / Specialists / Policy networks

Recepción: 20 de enero de 2004 /

aprobación: 26 de mayo de 2004

IDEAS Y ACCIÓN PÚBLICA.

UN TEMA HISTÓRICAMENTE DEBATIBLE

Douglas Torgerson afirma que el “sueño” de fundamentar los asuntos públicos en bases racionales apareció en el siglo XVIII durante la Ilustración y se fortaleció en el siglo XIX, con el advenimiento del positivismo. En esa época se pensaba que con base en el conocimiento los sucesos podrían ser explicados con referencia a condiciones pasadas y, recíprocamente, los acontecimientos futuros serían susceptibles de ser predichos de manera confiable sin tener que recurrir a especulaciones de tipo teológico (Torgerson [1986], 2003). Anthony Giddens agrega que la confianza depositada en los expertos y en el “conocimiento profesional” es una ganancia en términos de modernidad, pues se demuestra que en las culturas modernas la credibilidad reside en sistemas abstractos y móviles, lo cual es contrario a lo que ocurre en sociedades premodernas donde la confianza está localizada en un punto o figura determinada.1 Definir los problemas sociales y formular cursos de acción basándose en el conocimiento derivado de un proceso de investigación sugiere entonces una forma moderna de proceder. Esto, ciertamente, puede ser objeto de intensos debates que seguramente nos conducirían a problemas teórico-filosóficos mayores.2 Estas “dificultades” intelectuales no serán tema de este trabajo pues su objetivo es más modesto, ya que trata solamente de explorar algunos factores políticos y organizacionales para analizar las formas en las que el conocimiento de los especialistas podría influir en el proceso de políticas públicas en educación.

La preocupación por vincular las ideas a la acción ha generado renovados estudios e interesantes disputas intelectuales. Por una parte, ha habido un importante cúmulo de autores que se han abocado a revisar la profusa literatura sobre el tema y a comprender la forma en que la investigación podría influir en el diseño de las acciones (véase, por ejemplo, Solesbury; 2001; Stone, 2002; Walter et al. 2003; Nutley, 2003; Global Development Network, GDN, 2003). Por otra, agencias internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico también han participado en el debate fomentando estudios para indagar el modo en que se puede manejar el conocimiento dentro del terreno de la toma de decisiones públicas (OCDE, 2003a). Asimismo, algunos gobiernos de países desarrollados se han propuesto avanzar en la creación de “políticas ilustradas”, es decir, de acciones públicas que usen una sólida base empírica para su definición. En Gran Bretaña, por ejemplo, el gobierno de Tony Blair ha expresado su intención de que los hacedores de política tengan mayor voluntad para cuestionar las viejas formas de hacer las cosas y hacer un mejor uso de la evidencia y la investigación en la hechura de políticas públicas.3 Fieles a su tradición de fomentar la investigación, los británicos han fundado centros especializados que se encargan de estudiar las formas de utilización del conocimiento en diferentes áreas del sector público (véase por ejemplo la Research Unit for Research Utilisation de la University of St. Andrews en Escocia, www.standrews.ac.uk/~ruru/publications.htm).

En el terreno de la educación también han proliferado sendos estudios que buscan explicar cómo ocurre el vínculo entre las ideas y la práctica. En 2001, la prestigiosa revista Comparative Education Review dedicó un número especial al tema de las relaciones entre los teórico/investigadores y los hacedores de política y practicantes (practitioners).4 Ahí, Ginsburg y Gorostiaga (2001) cuestionaban la tesis de “las dos culturas” que presenta a los especialistas y a los tomadores de decisión como dos grupos totalmente antagónicos. Según estos autores, dicha tesis resulta exagerada y simplista porque sólo muestra una

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