Consilio De Trento
Enviado por DJegoRV • 11 de Mayo de 2013 • 1.898 Palabras (8 Páginas) • 440 Visitas
En 1517 un monje agustino llamado Martín Lutero, lanzó el desafío más grande que hasta entonces nadie había osado lanzar a la poderosa Iglesia Católica de Roma. La respuesta al mismo llegó tarde y mal. La reunión del concilio, reclamada inútilmente por algunos, como el propio emperador Carlos, no se produciría hasta 1545 en Trento, una ciudad del norte de Italia.
El Concilio de Trento pretendía reparar aquella grieta abierta en la cristiandad, pero no sólo llegó tarde, sino que fue interminable. Sus sesiones concluyeron dieciocho años más tarde, en 1563. Durante aquel tiempo hubo diferentes interrupciones, se sucedieron cinco papas, tres de ellos, Paulo III, Julio III y Pío IV, convocaron sesiones del mismo, mientras que otros dos, Marcelo II y Pablo IV ni siquiera lo hicieron, si bien es cierto, que Marcelo II sólo rigió la iglesia durante un año. Con este panorama a quién puede extrañar que el Concilio se cerrara con un rotundo fracaso, al menos en el intento de restablecer la unidad de la Cristiandad.
Durante las mismas se elaboraron algunos decretos que tendrían consecuencias para el desarrollo del arte durante los siglos XVI y XVII en los países católicos. El grueso de las mismas se recogen en la sesión XXV del Concilio, desarrollada durante los días 3 y 4 de diciembre de 1563, y en ellas se adoptaron importantes decisiones en cuanto al culto a las imágenes, a las que se oponían tenazmente los reformistas protestantes.
El concilio de Trento marcó definitivamente la separación con los protestantes y el resurgir de la Iglesia Católica Romana. En ningún sentido, Trento, fue un concilio ecuménico, ni tampoco un intento de comprensión sino todo al contrario, de condena a la reforma.
Para evitar los abusos a la hora de la ocupación de puestos eclesiásticos, se crearon seminarios, se obligó a los obispos a residir en sus diócesis, se re- estructuraron las órdenes religiosas (haciéndolas volver a sus orígenes y estableciendo una obediencia estricta a la regla y a los votos monásticos), etc. Se estableció, además, una rígida moralidad, tanto en el clero como en el pueblo.
• Potenció nuevas órdenes religiosas, muy combativas y expansivas y con dedicación exclusiva a la salvación de las almas, como los teatinos (que ejercieron una especiede inquisición interna dentro del clero), los carmelitas, los capuchinos, etc., y, sobretodo, los jesuitas, cuya formación y preparación intelectual y su independencia respecto a los gobiernos de los Estados les hizo alcanzar una gran influencia.
•Confirmó la importancia de las obras para alcanzar la salvación (los calvinistas, por ejemplo, sólo admiten la salvación por la fe).
• Estableció la importancia de los siete sacramentos (los luteranos sólo admitían dos).
• Ratificó la autoridad de la tradición católica.
•Se estableció el dogma de la Transmutación y el Canon de la Sagradas Escrituras, con la Vulgata Latina de san Jerónimo como única versión aceptada.
• Se reinstauró la Inquisición, que actuaría con gran celo y con graves repercusiones:
◦ Se inspeccionó al detalle cualquier obra que tratara temas referentes a la moral, la filosofía, la religión, etc.
◦ Se estableció la censura eclesiástica, creando un Índice de Libros Prohibidos. No sólo se prohibieron libros de apología protestante.
Se potenció la mística, el valor del sacrificio, de la oración, de la penitencia, la vidapiadosa, la relación personal con Cristo, etc.
• Aparecerán, como ejemplo de conducta, nuevos santos, como san Carlos Borromeo, y expresiones populares como el rezo colectivo del rosario.
• Se reformó la música religiosa para conmover a los fieles, de modo que a partir de esta época fue frecuente encontrar órganos en las iglesias que acompañaban a la recitación de salmos o cantos religiosos sencillos
Además de esto, declara que se deben tener y conservar, principalmente en los templos, las imágenes de Cristo, de la Virgen madre de Dios, y de otros santos, y que se les debe dar el correspondiente honor y veneración: no porque se crea que hay en ellas divinidad, o virtud alguna por la que merezcan el culto, o que se les deba pedir alguna cosa, o que se haya de poner la confianza en las imágenes, como hacían en otros tiempos los gentiles, que colocaban su esperanza en los ídolos; sino porque el honor que se da a las imágenes, se refiere a los originales representados en ellas; de suerte, que adoremos a Cristo por medio de las imágenes que besamos, y en cuya presencia nos descubrimos y arrodillamos; y veneremos a los santos. Los Obispos que por medio de las historias de nuestra redención, expresadas en pinturas y otras copias, se instruye y confirma el pueblo recordándole los artículos de la fe, y recapacitándole continuamente en ellos: además que se saca mucho fruto de todas las sagradas imágenes, no sólo porque recuerdan al pueblo los beneficios y dones que Cristo les ha concedido, sino también porque se exponen a los ojos de los fieles los saludables ejemplos de los santos, y los milagros que Dios ha obrado
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