Aportación Del Concilio De Trento A La Educación
Enviado por eladiasoler • 19 de Diciembre de 2013 • 3.905 Palabras (16 Páginas) • 1.700 Visitas
La aportación del Concilio de Trento a la Educación
Historia de la Educación
Elàdia SOLER GÓMEZ
Profesor: Fco José Montanez
Grupo tutoría: 65
Centro Asociado: Barcelona
Introducción
La celebración del Concilio de Trento será la respuesta de la Iglesia católica para poder combatir el creciente malestar dentro de su misma sede y el nacimiento de la Reforma Protestante.
La Reforma protestante es el movimiento religioso cristiano que se fragua en la Alemania del siglo XVI. Su origen son las críticas y propuestas que diversos religiosos, pensadores y políticos europeos hacen para poder provocar un cambio profundo en los usos y las costumbres de la iglesia católica. La Reforma Protestante quiere reformar el catolicismo y revitalizar el cristianismo primitivo. Su instigador y máximo representante será Martín Lutero (1483-1546) gran estudioso de las Escrituras, estudió la Biblia y la Iglesia primitiva, estaba convencido de que la Iglesia había perdido la visión adecuada en algunas cuestiones. La tesis luterana se había transformado no solo en una mera crítica religiosa, sino también en el germen de un movimiento político con fines de emancipación territorial y de secularización de los bienes de la Iglesia.
La iglesia Romana se ve en la necesidad de convocar un concilio para aclarar el dogmatismo y para dar respuesta a la necesidad de formar buenos y cultos sacerdotes capaces de seguir el mensaje de Cristo.
Contexto Histórico.
La Europa del Siglo XVI se ve envuelta en unas revueltas religiosas promovidas por los príncipes Luteranos, y la pérdida de prestigio de la Iglesia Católica. Reinado de Carlos I de España y V Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. (1500-1558). Carlos I creía que podía haber un acercamiento entre protestantes y la Iglesia Católica. Con la firma de la dieta de Augsburgo en 1530, Carlos V da algunas concesiones a los protestantes pero estas no sirven para sofocar las tensiones entre protestantes y católicos. Se inicia una guerra civil entre los príncipes luteranos, que se habían aliado con Francisco I de Francia, y Carlos V, la guerra termina con la firma de la paz en Augsburgo en 1555.
El Concilio de Trento.
El 12 de octubre de 1522 Luis Vives pide al Papa Adriano VI un concilio de toda la cristiandad para debatir sobre la piedad y las costumbres. Erasmo de Rotterdam pide que el concilio este formado por varones íntegros, prudentes y pacíficos que sean los encargados de averiguar las causas de la sedición protestante. En España se publican diferentes escritos que denuncian los vicios de la clerecía y de la formación religiosa.
Autores como Juan Bernal de Lugo con su obra Instrucción de los prelados en 1530, o Juan de Padilla con la obra Los doce triunfos de los Doce Apóstoles en 1531 y Fray P.de León con la obra Guía del Cielo en 1533, junto con los movimientos reformistas de San Juan de Ávila, Santo Tomás de Villanueva y otros, abogan por una reforma de la formación clerical y religiosa.
En 1538 el Papa Pablo III ordena la creación de una comisión de prelados para que redacten el programa de trabajo que se tenía que tratar en el Concilio. La comisión está formada por los cardenales: Contarini, investigador de la reforma católica, Sodoleto, autor de la obra De liberis recte instituendis, Pietro Caraffa, futuro Papa Pablo IV y por el inspirador de los seminarios Reonaldo Pole. Un tema importante a discutir es el deterioro de la formación eclesiástica y religiosa.
El 13 de diciembre de 1545 empieza el Concilio de Trento y se prolonga hasta el 4 de diciembre de 1563. Durante este tiempo hubo diferentes suspensiones del Concilio. La actividad del Concilio la podemos dividir en tres periodos:
El primer periodo que abarca del 13 de diciembre de 1545 hasta el 11 de marzo de 1547. El Concilio realiza ocho sesiones. Fija la doctrina revelada sobre la creación del hombre su elevación al orden de la gracia por el don gratuito de la vida sobrenatural y su caída por desobediencia. A pesar de su importancia los temas educativos no son debatidos.
El segundo periodo que abarca de mayo de 1551 a abril 1552, durante el Papado de Julio III. Son debatidas las mismas preocupaciones, en cinco sesiones. La preocupación está en aclarar el fin doctrinal y mejorar la salud teológica de la Iglesia, junto con el asentar y poner al día la exposición de la doctrina católica sobre los sacramentos de la eucaristía, la penitencia y la extremaunción.
El tercer periodo abarca desde del 18 de enero de 1554 al 4 de diciembre de 1563. Con doce sesiones, durante el Papado de Pío IV. En este periodo se discuten los puntos teológicos más controvertidos, el sacrificio de la misa y el sacerdocio ministerial. Es el momento de abordar con profundidad el tema de la formación doctrinal, moral y religiosa de los fieles. Estos temas se debatieron en las sesiones XXIII, XXIV y XXV y el punto más importante a tratar desde el punto pedagógico fue el decreto de Seminariis Clericorum recogido en el canon 18 de la sesión XXIII el 15 de julio de 1563 por el que se establecieron los seminarios conciliares.
El Concilio de Trento mostro su preocupación pedagógica en tres aspectos: En la formación sacerdotal, en la educación cristiana de la juventud y en la formación religiosa de los laicos. Aspectos que veremos a continuación
La Formación Sacerdotal.
No fue una de las principales preocupaciones, en un principio, del Concilio de Trento. Fue en su última etapa cuando se hizo una relativa extensión de la formación sacerdotal.
El jesuita Claudio Le Jay, procurador del cardenal Otto van Truchses, el 6 de abril de 1546, insistió en la creación de colegios donde fueran formados los escolares que mostraban interés por la vida eclesiástica. Esta petición se volvió a formular días más tarde por el cardenal Farnesio, que lo propuso a los obispos:
“Hágase como se hace desde antiguamente el seminario de buenos curas, educándolos desde pequeños con la esperanza de llegar a ser beneficiarios, portándose bien”
Es la primera vez que se utiliza la palabra “seminario”, pero los prelados no sabían cómo definir esta nueva institución. Hasta el momento no se había utilizado la palabra seminario para designar el
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