Constitucion Politica Del Estado
133311 de Octubre de 2012
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I. Tema: “ANALISIS DE LA NUEVA CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO”
INTRODUCCION
La Constitución Política de Bolivia es el decimoséptimo texto constitucional en la historia republicana de dicho país. Entró en vigencia el 7 de febrero de 2009, fecha en la que fue promulgada por el Presidente Evo Morales tras ser aprobada en un referéndum con un 90,24% de participación. La consulta fue celebrada el 25 de enero de 2009 y el voto aprobatorio alcanzó un 61,43% del total, es decir, 2.064.417 votos. El "no", por su parte, alcanzó 1.296.175 sufragios (es decir, un 38,57%). Los votos en blanco sumaron 1,7% y los nulos, un 2,61%.
Bolivia ha inaugurado un nuevo tiempo de constitución de derechos, libertades y poderes, un tiempo en que la Constitución Política del Estado (CPE) y el constitucionalismo pasan de la interpretación a la acción, del conformismo social a la rebelión social emancipatoria, de la opresión a la acción libertaria.
Se trata de un periodo en que el despliegue libertario de las fuerzas sociales adquiere una viabilización constitucional impensable —improbable para todos los constitucionalismos disciplinaristas que ha conocido la historia mundial y particularmente la latinoamericana, que se refuerza con la irrupción del constitucionalismo emancipatorio no mercantilista, con todo su potencial epistemológico que recupera los viejos pero renovados horizontes de solidaridad y compromiso extensivo y permanente con el ser humano en todas sus dimensiones y formas de vida.
Este constitucionalismo emancipatorio constituye la referencia política en boga, tanto en Bolivia como en el Ecuador, porque pudo evidenciar materialmente la hipocresía del Estado social de derecho propio del siglo XX, traducida en una larga lista de derechos sin garantías de su efectivización y de compromisos estatales que nunca se vieron materializados. Es verdad que la ley por sí sola no cambia la realidad, pero es una poderosa herramienta para hacerlo. El constitucionalismo emancipatorio constituye ya un proceso en marcha.
La Constitución Política Plurinacional Comunitaria y Autonómica de Bolivia emana de manos diversas —como diversos son las comunidades, pueblos, naciones y departamentos que conforman el país—; es el resultado de la generosidad con la vida humana y con la no propiamente humana (la Pachamama); proviene de viejas esperanzas renovadas por nuevas fuerzas sociales y nuevos vientos políticos
Vivimos en una etapa de transición del Estado “uninacional” (colonial, republicano y neoliberal) al Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico (con todas las construcciones e innovaciones que implica en relación a los arreglos institucionales, económicos, sociales, políticos y culturales), que definirá el horizonte estatal en el corto, mediano y largo plazo.
En esta etapa, la lucha por la “verdad del derecho” se hace más compleja, más intensa, menos visible a la ciudadanía y más dispersa por la enorme cantidad de asuntos a resolverse, desde el desarrollo legislativo hasta las políticas públicas concretas. Diversas voces opositoras intentarán la “desconstitución” de la Constitución, pretenderán quitarle su fuerza epistemológica y, principalmente, su potencial histórico, en el que sustenta su programa político que es, a la vez, un proyecto nacional.
El presente documento recorre los horizontes de proyección que la nueva Constitución Política ofrece generosamente al desarrollo legislativo, horizontes que sólo pueden interpretarse desde su núcleo hermético, es decir desde las bases fundamentales, donde se encuentran los valores, principios y fines del Estado. Y no podía ser de otro modo, ya que este lugar constituye el centro programático que luego se desarrollará prolíficamente en los niveles de derechos, deberes y garantías; estructura funcional; estructura territorial y económica del Estado. En todos estos niveles, el ser humano se ubica en el centro de la CPE; ya no es el Estado como un fin en sí mismo, es una especie de derrame proyectivo a lo largo y ancho de la nueva Constitución.
CAPITULO II
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cuáles son las bases sociales, políticas, económicas, en los cuales se elaboró el NUEVO TEXTO CONSTITUCIONAL de Bolivia?
2. OBJETIVOS
2.1. OBJETIVO GENERAL
Determinar cómo está estructurada la Nueva Constitución Política del Estado, y conocerla de manera tal que nos permita hacer uso de nuestros derechos y deberes establecidos además de poder llegar a una formación integral acerca de nuestro país.
2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS
• Identificar bajo que líneas está estructurada la N.C.P.E.
• Identificar con cuantos son los libros que forman parte de este cuerpo.
CAPITULO III
MARCO TEORICO
1. El imperio
EE. UU. tiene entre sus variadas actividades económicas tiene la de fabricar armas, y para vender sus armas necesita que haya guerras, y si no hay guerras hay que inventarlas.
Así, nos inventó la guerra contra el comunismo en defensa de la propiedad privada en riesgo, del totalitarismo, etc. La caída del Muro de Berlín y de los socialismos reales en Europa pone fin a esta su guerra. Luego nos inventa la guerra contra el narcotráfico. Con este pretexto apertura la presencia de marines norteamericanos en Colombia, Perú y Bolivia, básicamente, que se amplía en acciones directas mediante la DEA y la CIA, mecanismos de control político.
En esta guerra pierde EE. UU. Porque en este caso el tema del narcotráfico no es inherente solamente a los países productores de coca, en este caso, sino a los países consumidores. En Europa, pero principalmente en EE. UU., existen millones y millones de consumidores de cocaína, hachís, marihuana, y así se va comprendiendo que este flagelo es responsabilidad de productores y consumidores, es una cuestión de oferta y de demanda. Si no existiera demanda, se acaba la oferta. Es un problema de ellos, no nuestro. Finalmente, el imperio se embarca en una guerra contra el terrorismo. Con el pretexto de este terrorismo, invade Afganistán y últimamente Irak. En el fondo, EE. UU. Es una bestia insaciable de recursos naturales y lo que busca con este pretexto, es solamente controlar el petróleo de estos y otros países. Venezuela y Bolivia, ricos en gas y petróleo, no están lejos de estas aventuras imperiales. Pero mientras EE. UU. Se divierte invadiendo países del Medio Oriente, descuida su patio trasero, que ingresa en una efervescencia política inédita.
2. El continente nuestro de cada día
Se desarrolla en nuestro continente una emergencia acelerada de procesos políticos que parten desde movimientos sociales diferentes expresándose en liderazgos que provienen de sus largas luchas históricas y políticas. Daniel Ortega en Nicaragua, que simboliza la larga lucha de 40 años del Frente Sandinista de Liberación Nacional contra la dinastía Somoza. Tabaré Vásquez en Uruguay, que viene desde las guerrillas de los tupamaros de Raúl Sendic. Bachelet en Chile, que expresa la prolongación de la militancia socialista de los tiempos de Allende.’Correa, en el Ecuador, que es la prolongación de los luchadores de los años 1975, 1985 de Alfaro Vive. Lugo en Paraguay, como el símbolo de los curas de la Teología de la Liberación. Los piqueteros en la Argentina, que con tomas de fábricas y movilizaciones permanentes, destituyen sucesivamente a varios gobiernos hasta estabilizarse con Kirchner, prolongándose con Cristina Fernández. Chávez en Venezuela, como la expresión de militares patriotas, Lula en el Brasil que viene de las luchas del PT, y últimamente El Salvador, desde las guerrillas del Farabundo Martí, que apuesta a tomar el poder por la vía democrática. Perú ha constatado con dramatismo lo que es capaz de hacer el modelo neoliberal con el genocidio en Bagua, tal como ocurrió en Bolivia un 11 de septiembre de 2008 en Porvenir. Honduras ha mostrado estos días su vocación democrática para ir a un referéndum popular de consulta sobre si va o no va la Asamblea Constituyente, y se presenta el golpe “técnico” de los milicos, esos milicos de siempre que no olvidan sus viejas mañas; en Honduras se ha roto una soga con la que el amo daba al obrero..Gobiernos democráticos algunos, progresistas otros, teñidos de socialismo también, que —querámoslo o no— configuran una emergencia continental cuyo paso es imparable; son pasos con la historia de parte nuestra. Todo esto sería un accidente histórico si no vemos la cereza en la torta: Evo Morales. Por primera vez en la historia de Bolivia emerge un Presidente indio con una votación sin precedentes en la vida democrática del país: 54%. Todos los gobiernos anteriores, en términos de voto, oscilaban entre 15% y 20%, lo que les obligaba permanentemente a aliarse para garantizar “gobernabilidad”. La forma de encarar este proceso desde un Presidente indio, que a todas luces va por el camino de desmantelar el Estado neoliberal y colonial, es lo que hace que EE. UU. nos vea como un mal ejemplo para el continente. Y es que de lo que pase en Bolivia dependerá lo que pase en el continente. Si el proceso boliviano avanza, avanzará el proceso en todo el continente; si el proceso boliviano fracasa, se bloqueará todo. Bolivia es la cuestión para EE. UU. Es en esta definición en la que el imperio desarrolla una serie de acciones en procura de bloquear el proceso boliviano y, obviamente, el que se desarrolla en América Latina.
3. Terrorismo mediático
De las muchas bazas que tiene en la mano, el imperio apuesta fundamentalmente por el terrorismo mediático. Se trata de que los medios de propiedad de terratenientes y agroindustriales
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