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Crisis Del Porfiriato


Enviado por   •  23 de Enero de 2013  •  20.140 Palabras (81 Páginas)  •  623 Visitas

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Índice.

Introducción. 3

Causas Económicas.

Insuficiencia del crecimiento económico 9

Principales crisis económicas Nacionales e Internacionales. 14

Inequidad en la distribución de la riqueza. 32

Surgimiento de la oposición política.

Formación del Partido Liberal Mexicano. 34

Programa del Partido Liberal Mexicano. 42

Magonismo. 48

Huelgas Obreras y Levantamientos Campesinos. 54

Conclusiones. 60

Bibliografía. 64

Páginas web consultadas. 65

Introducción.

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, nació el 15 de septiembre de 1830 en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, siendo el sexto de siete hijos y de padres humildes. Su padre, Faustino Díaz, quien era encargado de negocios de una empresa de minas y metales, se enlistó en el ejército del General Vicente Guerrero, donde fungió como veterinario e incluso fue nombrado Coronel durante algún tiempo.

"Nací en la ciudad de Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Mi padre fue José Faustino Díaz y mi madre Petrona Mori. Aunque de origen español, mi padre era de los que llamamos raza criolla y mi madre tenía encima media sangre india de raza mixteca. Mi padre era pobre cuando se casó. Mirando que a su mujer no le gustaba vivir en la Sierra de Ixtlán, se lanzó a correr fortuna y se trasladó a la costa que el estado de Oaxaca tiene en el Pacífico... y puso una tienda en el valle de Xochistlahuaca. En los últimos años de la vida, mi padre se hizo muy místico en Oaxaca, sin ser fanático; era un católico muy ferviente. Rezaba mucho y aún llegó a usar un traje monacal de los terceros de San Francisco, aunque no había recibido ninguna orden eclesiástica."

Durante sus primeros años, Porfirio estudió en la “Escuela Amiga”, dirigida por párrocos del estado y donde aprendió a leer y escribir, para que después, ingresara al Seminario Tridentino de Oaxaca, donde realizó estudios de bachillerato en artes, destacando sus habilidades para el estudio y aprendizaje del Latín.

Su primer acercamiento militar lo tuvo durante la Intervención Norteamericana en México que se dio entre los años 1846 y 1848, durante su estancia en el Seminario de Oaxaca, donde sacerdotes y maestros lo alentaron por la lucha contra los invasores.

Conoció a Benito Juárez en una reunión en la casa de Marcos Pérez, quien fuera su mentor principal liberal y fue entonces que decidió abandonar el Seminario e ingresar en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, entonces considerado herético y donde llegó a ser Maestro de Derecho en 1850. Ante la difícil situación económica, Porfirio se convirtió en bolero, trabajó en una armería ensamblando y arreglando rifles, fue carpintero, hasta que en 1854, sustituyó a Rafael Urquiza como bibliotecario del Instituto para posteriormente llegar a ser Profesor Interino de la materia de Derecho Natural, destacando sus conocimientos en Derecho Romano.

“Al acabar el curso me inclinaba yo a la teología. Y aunque mi madre deseaba ardientemente, no ejercía presión sobre mí, pues yo me sentía muy inclinado a ese género de estudios, pues los niños se aficionan a lo que ven. Una noche, al salir de la casa de don Marcos Pérez, después de dar clases a su hijo don Guadalupe Pérez, fui invitado yo a la solemne ceremonia de distribución de premios que iba a tener verificativo esa misma noche en el colegio del estado. Acepté la invitación y en ese momento me presentó con el señor gobernador del estado, don Benito Juárez. Entusiasmado entonces por lo que había visto y oído, tomé la resolución de no seguir la carrera eclesiástica. Luché conmigo toda la noche, y no pudiendo soportar el estado en que me encontraba, comuniqué a mi madre mi decisión al día siguiente. Mis condiciones especiales eran: buena talla, notable desarrollo físico, grande agilidad y mucha inclinación, aptitud y gusto por los ejercicios atléticos. Llegó a mis manos un libro de gimnasia, el primero probablemente que hubo en Oaxaca, y esto me permitió improvisar en mi casa un pequeño gimnasio en el que hacíamos ejercicio mi hermano y él. Éramos muy pobres. Llegué a hacer zapatos finos, botas buenas, y naturalmente, a mucho menor costo del que tenían que comprarlos en la zapatería. Poco después mi hermano se marchó a estudiar en el Colegio Militar de la Ciudad de México.”

El 9 de agosto de 1855, Celestino Macedonio, quien era el Secretario de Gobierno Estatal, nombró a Díaz como jefe político del Distrito de Ixtlán, y en 1856, participando en la lucha del primer sitio de Oaxaca, recibió una herida de bala, razón por la que el doctor Esteban Calderón le practicó una operación. Gracias a esta participación, el presidente Ignacio Comonfort confirió a Díaz el mando militar del Istmo de Tehuantepec, con el cuál libró varias batallas para detener el avance del ejército Conservador, preparándose así para la Guerra de Reforma.

El 5 de mayo de 1862, Díaz y otros militares intervinieron en la Batalla de Puebla, donde lograron rebatir en dos ocasiones el ataque francés junto con González Ortega. Ese mismo día, Juárez recibió una carta de Zaragoza mencionándole los detalles de la batalla, y haciendo hincapié en "el empeño y bizarría del ciudadano general don Porfirio Díaz."

Ya en el año de 1865, Díaz empezó la fortificación de Oaxaca, puesto que las fuerzas de Aquiles Bazaine comenzaron el Sitio de Oaxaca, y tras varios meses de asedio, Díaz se rindió el 22 de junio. Bazaine ordenó fusilarlo, pero la intervención de Justo Benítez le salvó la vida. Fue confinado a prisión perpetua en el Convento de las Carmelitas, en Puebla, por el delito de sedición. Sin embargo, en la prisión, entabló amistad con el barón húngaro Louis de Salignac, quien era el encargado de la cárcel. Díaz intentó escapar pero fue descubierto por el mismo barón, quien en lugar de delatarlo, lo dejó ir. Esa misma tarde organizó a un centenar de hombres para salir al combate y escribió una carta a Juárez.

Díaz regresó al sur del país, donde fue apoyado por el viejo cacique liberal Juan Álvarez. Reorganizó el Ejército de Oriente y con sus tropas triunfó el 3 de octubre de 1866 en la Batalla de Miahuatlán y el 18 de octubre en la Batalla de la Carbonera. La noche del 27 de diciembre tomó la Capital y se erigió en gobernador provisional, destituyó y ejecutó a las autoridades francesas.

Una vez culminada la guerra de intervención francesa, Juárez, que se había amparado en el artículo 128 de la Constitución de 1857 para permanecer indefinidamente en el poder, convocó a elecciones presidenciales, que se efectuaron el

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