Critica A La Modernidad
Enviado por vaalearriagada • 26 de Abril de 2014 • 1.790 Palabras (8 Páginas) • 407 Visitas
Critica de la modernidad de Alain Touraine.
La critica a la modernidad que presenta el autor no descansa en un principio único, menos aun en la simple destrucción de los obstáculos que se oponen al reinado de la razón; la modernidad es el dialogo de la razón y del sujeto. Sin la razón, el sujeto se convierte en el instrumento del poder.
Alain propone que negar a retornar a la tradición y a la comunidad, debemos buscar una nueva definición de la modernidad y una nueva interpretación de nuestra historia moderna que se ha visto reducida al la razón y la secularización. La modernidad ha quebrado el mundo sagrado que era a la vez natural y divino creado y transparente a la razón, ha reemplazado la unidad de un mundo creado por la voluntad divina, la razón o la historia, por la dualidad de la racionalización y de la subjetividad. Por lo que la modernidad se define por esa separación creciente del mundo objetivo creado por la razón de acuerdo con las leyes de la naturaleza y del mundo de la subjetividad que es ante todo el mundo del individualismo o el de la invocación a la libertad personal. Primeramente se recordara el triunfo de las concepciones racionalistas de la modernidad, a pesar de la resistencia del dualismo cristiano que animo el pensamiento de Descartes, a pesar de las teorías del derecho natural, luego la destrucción e el pensamiento y en las practicas sociales se esa idea de la modernidad, hasta llegar a la separación completa de una imagen de la sociedad como fluir de cambios incontrolables en medio de los cuales los actores elaboran las estrategias de supervivencia o de conquista y un imaginario cultural postmoderno. Propone redefinir la modernidad como la relación cargada de tensiones de la razón y del sujeto de la nacionalización y de la subjetivación del espíritu del renacimiento y del espíritu de la reforma de la ciencia y la libertad.
La idea de modernidad reemplaza a dios por la ciencia en el mejor de los casos, deja la creencia religiosa para el seno de la vida privada. En la sociedad occidental moderna se confunde con la endógena de la modernización y se concibió la modernidad como una revolución. La ideología de la modernidad, que se puede llamar modernismo, remplaza la idea de sujeto y la idea de dios de la misma manera en que fueron reemplazadas las meditaciones sobre el alma por la disección de los cadáveres o el estudio de las sinapsis del cerebro. En su forma más ambiciosa, fue la afirmación de que el hombre es lo que hace y que, por lo tanto, debe existir una correspondencia, cada vez mas estrecha entre la producción cada vez más eficaz por la ciencia, al tecnología o la administración, la organización de la sociedad mediante la ley y la vida personal, animada por el interés, pero también por la voluntad de liberarse en todas las coacciones mediante la razón que establece una correspondencia entre la acción humana y el orden del mundo. Es la razón la que anima la ciencia y sus aplicaciones, dispone la adaptación de la vida social a las necesidades individuales o colectivas, es también esta razón quien reemplaza la arbitrariedad y la violencia por el estado de derecho y por el mercado.
La humanidad, al obrar según las leyes de la razón, avanza a la vez hacia la abundancia, la libertad y la felicidad. Y es precisamente tales afirmaciones que las criticas de la modernidad cuestionan, en referencia a en que medida estas afirmaciones son realmente racionales, ya que la autoridad racional legal esté asociada con la economía del mercado en la construcción de la sociedad moderna no basta, ni mucho menos para demostrar que el crecimiento y la democracia están ligados entre si por la fuerza de la razón. Lo están por su lucha común contra contar la tradición y la arbitrariedad. La misma crítica es en razón contra el supuesto vínculo de la racionalización y la felicidad. La liberación de los controles y de las formas tradicionales de autoridad permite la felicidad pero no la asegura, a pela a la libertad pero al mismo tiempo la somete a la organización centralizada de producción y del consumo.
La afirmación de que el progreso es la marcha hacia la abundancia, la libertad y la felicidad y de que sesos tres objetivos están fuertemente ligados entre si no es mas que una ideología constantemente desmentida por la historia. Existe u tipo de dominación en la modernidad que se extiende de manera autoritaria, pero cuando apela a la libertad del sujeto, tiene la finalidad de someter a cada uno de los intereses del todo.
La sociedad parece reducirse a una empresa que lucha por sobrevivir en un mercado internacional, mas se difunde simultáneamente en todas partes la obsesión de una identidad que se pierde atendiendo a lo social, se trate del nuevo comunitarismo de los países pobres o del individualismo narcista de los países ricos.
La vista y comprobada separación completa, de la vida publica y la vida privada determinaría el triunfo de los poderes que ya solo se definirían en términos de gestión y de estrategia frente a los cuales la mayor parte de la gente se replegaría en un espacio privado, lo cual no dejaría de crear un abismo sin fondo donde antes se encontraba un espacio publico, socia y político y donde habían nacido las democracias modernas. Pero no vivimos en una sociedad postmoderna, sino una sociedad post industrial, es decir, programada y definida por la importancia primordial de las industrias culturales, que,
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