Cuestion Social
Enviado por jasolivar • 18 de Diciembre de 2013 • 4.773 Palabras (20 Páginas) • 225 Visitas
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ara iniciar este ensayo citaré al cardenal Raúl Silva Henríquez y su texto titulado “Mi sueño de Chile", donde señalaba: “Quiero que en mi país todos vivan con dignidad”. Pues creo que es el sueño de todos los chilenos con sensibilidad, frente al tema de los más desposeídos; sueño que ha mi parecer esta lejos de concretarse, puesto que la inequidad, es un tema transversal en nuestra historia, porque surgió junto con la humanidad y esta lejos de ser erradicada, menos ahora con una sociedad consumista que siempre esta necesitando mas herramientas para vivir bien ,en busca de la llamada calidad de vida; es incuestionable que la pobreza y las diferencias sociales no nacieron en el país del auge salitrero, y tampoco se han esfumado en la moderna situación del Chile actual.
sin embargo, ya desde finales de siglo XIX(1880), muchos elementos se unieron para transformar los problemas sociales en la llamada cuestión social, dentro de ellos , el sistema económico capitalista plenamente consolidado, la expansión económica que proporcionó lugar al auge salitrero, ya que el progreso y fortaleza que distinguieron a las ciudades fueron resultado de la exportación de este mineral , pero lamentablemente no logró dilapidar el malestar de un importante segmento de la población chilena, provocó importantes cambios en la sociedad de fines del siglo XIX , ningún sector quedó indiferente a esta influencia ya sea para bien o para mal, se manifestaron cambios económicos, características laborales y cambios culturales, marcado además por una naciente industrialización y un proceso de urbanización excedido que agravaron las malas condiciones de vida del trabajador urbano.
Desde la época colonial las labores del campo en chile eran realizadas por dos tipos de trabajadores rurales; los inquilinos que vivían al interior de las grandes hacienda, y los peones o gañanes que constituían una mano de obra libre , quienes vieron cambiada su realidad puesto que se produce una crisis en el campo, dando paso a la migración, ya que muchos terratenientes comenzaron a prescindir de buena parte de la mano de obra campesina, lo que provocó que la cesantía entre los peones aumentara, teniendo como solución emigrar en busca de mejores expectativas laborales, hacia los puertos, ciudades y salitreras.
En los campamentos mineros, situados en las inmediaciones de los yacimientos, las viviendas estaban separadas según categorías de los residentes. Los patrones y el personal superior vivían en habitaciones confortables, dotadas de comodidades, mientras que los ranchos de los obreros, en cambio, eran fabricados de material ligero y cobijaban a gran número de personas, en condiciones mínimas de higiene.
“las habitaciones que las oficinas dan a sus operarios son grandes barracas de fiero galvanizado, divididas en piezas pequeñas, en cada una de las cuales se instalan dos o tres trabajadores, estas barracas que constituyen los que se llaman campamentos, son las habitaciones mas terribles que se pueden imaginar: en el día el fierro se caldea con el sol…..y los cuartos se convierten en hornos; en las noches la temperatura, aun en verano, baja mucho y la habitación del obrero pasa del calor insufrible al un frio que, muchas veces no le permite conciliar el sueño”. (Alejandro Venegas; Dr. j .Valdés Cange; sinceridad. Chile intimo en 1910).
Las pésimas condiciones laborales eran aumentadas en las oficinas salitreras a través del sistema de fichas, el que implicaba que a los mineros no se les cancelaban sus remuneraciones con dinero de curso legal, sino que por medio de fichas confeccionadas con diversos materiales que servían como instrumento de pago en las pulperías emplazadas en cada oficina; lo paradójico del asunto es que las pulperías eran de propiedad de las mismas salitreras, lo que en la práctica significaba que el producto del trabajo de los mineros era acumulado en última instancia por los dueños de las propias salitreras.
Las mujeres se desempeñaban como costureras, cocineras y lavanderas o trabajaban en las pulperías y en las casas de la gente mas acomodada de las oficinas. La prostitución fue otra ocupación que se practicaba cotidianamente en un mundo compuesto principalmente de hombres.
Por otro lado estaban las condiciones de la vida en las ciudades, donde la situación no era mejor, el primer obstáculo que se les presentaba al llegar a la urbe, era la habitación, donde no llegaban a se propietarios de su vivienda, la mayoría arrendaba un rancho, una pieza de conventillo o un terreno en los suburbios de la ciudad que servía para establecer por cuenta propia una improvisada vivienda; el tipo de habitación popular mas común fue:
El cuarto redondo pieza independiente con una sola abertura que daba a la calle o ha otro cuarto redondo, careciendo de luz natural y ventilación, asimismo existían los conventillo que eran mucho mas característicos en el panorama de la ciudad, consistían en la alineación de piezas en dos hileras separadas por un patio angosto, largo, que era compartido por todas las familias allí residentes, y por el cual discurría una acequia. Hubo también, otra modalidad de conventillo. Consistió esta en el sub arriendo de piezas de antiguas casonas pertenecientes a los sectores mas altos de la sociedad, que hacían a un tiempo de dormitorio, cocina, comedor y sala de estar para familias completas.(historia del siglo XX chileno, balance paradojal; Sofía Correa y otros; ed. sudamericana).
De esta forma queda claro el nivel de hacinamiento que se vivía en el hogar popular, existía una carencia de privacidad, ventilación y agua potable. El entorno incriminaba el descuido de las autoridades municipales, que decían no tener recursos para arreglar las calles polvorientas en verano y barrosas en invierno producto de la lluvia, que por supuesto causaba estragos en sus precarias viviendas, el estado estaba dejando de lado este sector, por tanto los recursos fiscales que producía el salitre, eran empleados en otros asuntos, como importantes obras públicas, la construcción de líneas férreas, y el mejoramiento de las condiciones de vida de las ciudades con la difusión del alcantarillado y el agua potable, la introducción de tranvías, teléfonos y la pavimentación de calles; la distribución de la riqueza era desigual.
Junto al hacinamiento se encontraba la insalubridad, las acequias, se convirtieron en un factor grave de contaminación ambiental en todas las ciudades, dispersando aguas servidas, basura y epidemias altamente infecciosas. La población mal alimentada y viviendo en condiciones poco salubre era presa fácil de todo tipo de enfermedades e infecciones, que causaron estragos en los arrabales: el cólera, el tifus, la tuberculosis y especialmente la viruela ante los cuales sólo se comenzó ha actuar
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