Cultura Guane

LA CULTURA GUANE DESPUES DE SU COLONIZACION

A pesar de que se intentó realizar una exhaustiva investigación documental, son aún incontables las lagunas en esta investigación, esto debido a que siempre resultan insuficientes los documentos, cuando lo que se busca es conocer el diario vivir de un pueblo. Los documentos al ser leídos, analizados y contrastados pasaron a convertirse en algo manejable de acuerdo a nuestra interpretación personal. La secuencia de hechos observados al organizarlos cronológicamente mostraron cambios unas veces paulatinos otras veces rápidos, pero que en conjunto se manifestaron en el cambio que sufrió la cultura Guane desde que fue colonizada por los europeos. En 1540, se inicia la conquista del pueblo de los Guanes, los indígenas no estaban resueltos a perder su autonomía, para mantenerla libraron fuertes batallas, donde perdieron la vida un buen número de indígenas (Simón1 1981; 22-48).

Al ser derrotados, cuando por la fuerza demostraron los conquistadores su superioridad, no les quedó más remedio que el sometimiento, fue así como desde el momento del contacto primero se abrió campo a la creación de una nueva serie de valores. Al presentarse el conquistador español, el indígena observa sus comportamientos, sus pautas de conducta, sus instrumentos materiales los cuales aunque podían ser vistos con admiración por la posibilidad que les había proporcionado a los españoles de vencerlos, también debieron ser vistos con odio ya que representaban su derrota. Pasado algún tiempo, cuando el conquistador se impuso dentro de la comunidad indígena en su papel de encomendero, se dividieron las opiniones del indígena hacia el español; unos, los más tradicionalistas, lo rechazaban por completo, permanecían en su comunidad sin querer con ellos ninguna clase de trato distinto al que le era obligado o sea el del pago del tributo el cual se hacía con el cacique de intermediario. El segundo grupo, es el formado por la gente más joven, quizá más abierta al cambio. Son estos los que van a aceptar ir a la hacienda de su encomendero a prestarle servicios personales y a trabajar directamente con la población blanca.

Pero la economía colonial no solo se desarrollaba en la encomienda y en las haciendas, el apogeo de la labor de minas hacía necesario el desplazamiento de ciertas masas de población indígena a laborar en las minas de oro, localizadas en la zona Norte del territorio Guane, en los alrededores de la real de minas de Bucaramanga y Girón y algunas otras más al norte ya no en territorio tradicional Guane, como las de Suratá (E. t29 281 Año 1579).

Bajo estas condiciones sociales el indígena va conviviendo con los más diversos elementos de la cultura de los blancos familiarizándose con éstos. El grupo de indígenas que laboran en las minas también se van a dividir en dos; uno el grupo que presta sus servicios para le encomienda y que realiza esta labor para cumplir con el pago del tributo ; otro el grupo de indígenas que han huido de sus encomiendas y trabajan en las minas como individuos, aparte de su comunidad, estos ganan un salario y son mejor tratados ya que en ellos no pesa la obligación del pago del tributo.

Se presenta entonces en la provincia de Guane un marcado descenso demográfico de indígenas en la zona sur, y un grueso de población en la zona norte que va siendo atraído por las mejores posibilidades de trabajo y mayor bienestar. La zona sur no queda totalmente deshabitada, permanecen en ella cierta cantidad ya no muy considerable de indígenas, los cuales van a asumir la carga tributaria de los indígenas que migraron. Estas comunidades están dedicadas al cultivo de fique, cacao, maíz y caña sobretodo y elaboran trabajos artesanales en algodón y fique. Vemos aquí de nuevo los dos grupos, uno que trabaja en su encomienda como tradicionalmente lo ha hecho y acepta la imposición española de lejos. Otro que observa las nuevas costumbres y al familiarizarse con ellas comienza a darse en un desvanecimiento de sus valores tradicionales y en este momento y para este grupo, que el español supone una forma de superación tanto social como económica:

“La asimilación al grupo dominante, su incorporación, su semejanza con él, su mimetismo, era el único camino de salvación”. (Salas2 1960 ; 41).

Al sacar de la comunidad indígena a los individuos, tanto hombres como mujeres y niños para prestar servicios personales y para enviarlos a las minas, se van dejando vacantes los poblados y la comunidad va siendo cada vez más incapaz de reincorporar los tributos a la escasa población que va quedando en la encomienda (E. t23 729; Año 1606) y la dificultad para pagar los tributos exigidos es cada vez más aguda. (González3 1970; 95). Surge entonces tanto para el encomendero como para la corona la necesidad de cambiar el sistema de encomiendas ya que no responde económicamente a sus necesidades; por un nuevo sistema que aunque tan solo sea aparentemente acreciente los tributos, y a la vez libere cierta cantidad de tierras fértiles y bien trabajadas como eran las de los indios, para ser asignadas a colonos europeos. Aunque la razón que se esgrimirá será la protección del indígena que se halla desamparado de doctrina

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