DE CENTAUROS Y PALOMAS: EL PROCESO DE PAZ GUATEMALTECO
Enviado por Im_Isaak • 23 de Marzo de 2016 • Resumen • 5.716 Palabras (23 Páginas) • 1.248 Visitas
DE CENTAUROS Y PALOMAS: EL PROCESO DE PAZ GUATEMALTECO
Prólogo
Centauros y Palomas ha sido una recopilación de información sobre uno de los momentos de mayor convulsión en la historia reciente de Guatemala. Los acuerdos de paz fueron una negociación de fríos cálculos sobre el poder y sobre las ventajas y desventajas que pesaban en cada uno de los protagonistas dentro del acuerdo.
Todo este proceso, la autora hace una pequeña recopilación de los acontecimientos más sustantivos que llevaron a lo que denota como un acontecimiento complicado dentro de un país profundamente complicado.
Los diálogos de paz iniciaron en 1990 con los acercamientos más prometedores sobre llegar a un acuerdo que los llevar a una posible negociación de pez. Esto sería un cambio radical además de ser el único camino de poner el fin de una guerra que había transcurrido 36 años de conflicto y que de seguro ni los mismos ‘fundadores’ de tal conflicto se imaginaron la magnitud del largo y vergonzoso camino que llevó a Guatemala a un proceso de convulsión en justicia social y que demarcaría las cicatrices de las heridas que en ocasiones parecieran seguir latentes en el país.
Para las elecciones de 1990, donde ganaría Serrano Elías, se levantó una pantalla o simulación de la paz, todo esto en exponer el ánimo de llegar al fin del conflicto pero necesariamente bajo negaciones sino por imposiciones del ‘ganador’ [en este caso el Estado] sobre la débil alianza revolucionaria [la URNG] que no hubiese podido avanzar si no es por la intervención internacional en negociar y ser mediador en los inicios de diálogos reales de paz.
Esto se daba también bajo otros acontecimientos violentos que exponían la fragilidad de negociación de la paz. El secuestro de Maritza Urrutia, el asesinato violento de Myrna Mack, las atrocidades que cometía el Ejército y la Policía Nacional de asesinar indiscriminadamente a grupos indígenas y también como una especie de respiro pero a la vez de tensión, el nombramiento de Rigoberta Menchú como Premio Nobel de la Paz en 1992.
Para 1994 al fin la ONU tomó cartas serias en el asunto y tomaría las mesas de negociación dentro de los dos grupos antagónicos. Esto se desarrolló a través del grupo de observación de la ONU, como lo fue el MINUGUA que causó aceptación y rechazo a este tipo de observación. Para ello también se implicaba a otros actores, como lo ha sido la CIA, en su intervención de auspiciar a un elemento del ejército acusado de asesinar a dirigentes de la URNG.
Para esto podemos mencionar que en cada paso de los caminos hacia la paz siempre existió un acontecimiento que intentaba ennegrecer esta vía de negociación, pero para 1996 no llegar a una negociación parecía ser irreversible, lo que ‘condenó’ a Guatemala a llegar a una negociación de paz definitiva. Y fue para el 28 de diciembre de 1996 que se vería plasmado este suceso de paz de 36 años de lucha infructuosa. Toda historia que no se conoce está condenada a repetirse, pero toda negociación que no se trata de una manera cuidadosa podría estar condenada a deshacerse. A pesar de una firma de la paz, las negociaciones no tuvieron un sentido exacto de qué hacer, sobre las herramientas y los caminos, que deberían de tomarse para cumplir los otros puntos negociados. Los acuerdos de paz han sido muy idealistas en el sentido de que se dibujaron maravillas sin las bases para sostener esas maravillas planteadas. Pero con el ánimo de resaltar los logros, la autora realiza esta herramienta para que se sirva de espejo los acuerdos de paz.
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES: LOS TREINTA Y SEIS AÑOS DE GUERRA CIVIL EN GUATEMALA
La historia reciente de Guatemala posee características en su problemas, estos problemas estructurales hacen que los movimientos populares y revolucionarios surjan cada vez que exista un desacuerdo social, pero también levantan las fuerzas de oposición evitando la toma de la fuerza de estos movimientos subversivos, en tal caso, las fuerzas contrainsurgentes no pudieron evitar el alzamiento ni evitar la sublevación y tampoco lograron sus objetivos de represión.
Tras varios escenarios de violencia civil y política, ninguno de los protagonistas [Gobierno/Estado y la URNG] logaron una victoria contundente. Si bien lograron debilitar a la URNG, nunca fueron capaces de darle el golpe final para derrotarlo, así también la URNG parece que no sabía dar un golpe asestado y volver a la Guatemala de los años primavera.
Luego del derrocamiento de Árbenz en 1954, un grupo de jóvenes comenzó a ver el empobrecimiento elevado por la concentración de tierras en pocas manos, lo que provocó la diversificación de la estructura productiva de manera significativa y la convirtió en una estructura de clases dominada y remodeló la coalición dominante. Esto trajo también consigo nuevas generaciones de movimientos sociales, así como sus movimientos de represión, aun así no lograron detener tales levantamientos lo que se convirtieron en un escenario para formalizar un movimiento guerrillero revolucionario.
Las transformaciones estructurales de los años 1960-1980 causaron que las poblaciones indígenas de Guatemala redefinieran su identidad de clase. El crecimiento económico y luego la crisis económica que vino después, derribaron las barreras objetivas que había mantenido relativamente aislados a los indígenas en el altiplano, pero los desplazamientos y el cambio hacia el mundo ‘ladinizado’ solamente vino a fortalecer tal identidad en sus raíces indígenas. También la creciente represión del ejército contra las comunidades indígenas tuvo eventos no previstos. Esto creo la contradicción en interacción con la transformación que sufrieron las organizaciones de la Iglesia Católica, así como una eventual Iglesia de los Pobres [Esto se dio también por el auge que tuvo la Teología de la Liberación en Sudamérica que convocaba a la sublevación de las masas].
A partir de la fortaleza de un Estado represivo, comenzaron a formarse los primeros grupos organizados de personas indígenas. Esto se dio cuando la misma fuerza guerrillera reconoció el error de no incluir a las masas indígenas y dejarlas a la merced del conflicto. Derivaron en fuertes ataques hacia los grupos indígenas, situación que se agravó en el periodo de Ríos Montt con los planes de tierra arrasada para intimidar a la población insurgente. Esto creó la necesidad de una transición hacia la democracia, cosa que se realizó a partir de la nueva Constitución de 1985 y con Vinicio Cerezo como el primer presidente civil [en 1996] luego del Golpe de Estado del ’54.
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