DEL MANIERISMO AL BARROCO (ARQUITECTURA, ESCULTURA, PINTURA)
Enviado por Flamline • 9 de Septiembre de 2013 • 1.871 Palabras (8 Páginas) • 1.745 Visitas
Las constantes luchas religiosas y políticas de la Europa de los siglos XVI y XVII provocaron un cambio de mentalidad en el arte. El nuevo esquema mental dio lugar a la interpretación personal de los temas clásicos. De esta forma surgió el manierismo como una corriente artística que pretendía continuar “la gran maniera” de trabajar de los grandes artistas como, Miguel Ángel y Rafael. En pintura y escultura esta corriente se caracteriza por ser refinada y elegante, de formas extravagantes y caprichosas, muchas veces como posiciones forzadas e irreales. Los pintores manieristas hacían pinturas humanas alargadas o musculosas en colores que no representan la realidad, como el gris y el verde, para dar una sensación de mayor movimiento y expresión.
Los exponentes más representativos del manierismo italiano son Tintoretto y Veronés. En España destacó El Greco.
Otra corriente artística que se desarrolló durante el siglo XVII y permaneció aún durante el XVIII es la que se conoce como barroco. El arte barroco nació en Italia como una expresión de la contrarreforma religiosa y del absolutismo europeo, para mostrar el enorme poderío de la Iglesia y de los monarcas.
El arte barroco se caracterizó por la monumentalidad y los efectos escénicos; en él todas las artes se subordinaron a la arquitectura. En los edificios predominaron las formas curvas sobre las rectas y se decoraron de manera exuberante para impresionar al espectador.
El barroco se encaminó a conmover por los “ojos”. En cierta forma, la finalidad del arte barroco era atraer nuevamente hacia la Iglesia católica a todos aquellos que se habían sumado al protestantismo. Para ello, los pintores y escultores mostraban figuras dramáticas como Cristos sangrantes, con gran gesto de dolor, que al observarlas despiertan una fuerte emoción.
EL MANIERISMO EN LA ARQUITECTURA
Los historiadores consideran al manierismo como la última fase del Renacimiento, precedida por las del humanismo florentino y por el clasicismo romano; sin embargo, si las primeras dos fases son distinguibles temporalmente, no resulta tan claro con el clasicismo y el manierismo que coexistieron desde inicios del siglo XVI.
El término “maniera”, usado ya en el siglo XV para indicar el estilo de cada artista, fue empleado por Giorgio Vasari en el siglo posterior para describir uno de los cuatro requisitos de las artes (orden, medida, diseño y maniera), con particular referencia a las obras de Miguel Ángel; luego lo utiliza Jacob Burckhardt para definir de manera peyorativa el arte italiano entre el Renacimiento y el Barroco. No obstante a inicios de siglo XX, a la luz de las nacientes culturas surrealistas y expresionistas, la crítica revaloró la cultura manierista.
Características de la arquitectura manierista
El manierismo rechaza el equilibrio y la armonía de la arquitectura clásica, concentrándose más bien en el contraste entre norma y transgresión, naturaleza y artificio, signo y subsigno.
De esta manera, la carga pierde su peso, mientras que el sostén no sostiene nada; el punto de fuga no se concluye en un punto focal, como en la arquitectura barroca, sino que termina en nada; las estructuras verticales asumen dimensiones excesivas y confieren al conjunto un inquietante equilibrio «oscilante».
Si en la arquitectura del Renacimiento la fábrica de los edificios a menudo denuncia su propia conformación interna también hacia el exterior (mediante, por ejemplo, la presencia de cornisa intermedia, extradós e intradós), las obras manieristas generalmente se alejan de esta tendencia, escondiendo su propia estructura de base.
Desde el punto de vista decorativo, asume particular importancia el fenómeno de lo grotesco, un tema pictórico de tiempos del imperio romano, redescubierto a fines del siglo XV, durante algunas excavaciones arqueológicas.
Estas pinturas, centradas en representaciones fantásticas e irracionales, están de moda durante el manierismo (por ejemplo en las decoraciones delPalacio del Té) y aunque de manera esporádica, influencian la misma arquitectura; esto es evidente en las bizarras aperturas en el frente del Palacio Zuccari de Roma y en el Jardín Orsini (conocido como Parque de los monstruos) en Bomarzo. Otras influencias, sobre todo ligadas a temas zoomórficos, antropomórficos y fitomórficos, se encuentran en los adornos de edificios como la Casina de Pío IV en el Vaticano, realizado por Pirro Ligorio, el Palacio Marino y la iglesia de Santa María presso San Celso de Galeazzo Alessi en Milán.
EL MANIERISMO EN LA PINTURA
La pintura manierista es un estilo artístico que predominó en Italia desde el final del Alto Renacimiento (1530) y duró hasta alrededor del año 1580 en Italia, cuando comenzó a ser reemplazado por un estilo más barroco, pero el manierismo nórdico persistió hasta principios del siglo XVII por gran parte deEuropa1 hacia el año 1610. Se inició en la Roma de los Papas Julio II y León X, y se difundió por el resto de Italia y de Europa.
Características de la pintura manierista
El término “manierismo” proviene de maniera moderna (término que profiere de la Vite de Vasari), en referencia a aquellas obras que se decían realizadas a la manera de los grandes maestros del Alto Renacimiento. La imitación de las obras de Leonardo, Rafael y Miguel Ángel hace que se produzcan imágenes artificiosas. En cierto sentido, la propia grandeza de esos maestras cerraba las vías a la creatividad artística, y a las jóvenes generaciones no les quedaba sino la imitación. Es un arte propio de la época de crisis, tanto económica como espiritual en el medio de la Reforma protestante; los diversos problemas se ven simbolizados en el Saco de Roma en 1527. Los comitentes no son burgueses, sino los aristócratas, mecenas que deseaban complicadas alegorías cuyo sentido no siempre es claro. Resultaba un estilo inadecuado para el tema religioso, por lo que en la Contrarreforma se optó por otras formas más apropiadas.
No se intenta representar la realidad de manera naturalista, sino que se hace extraña, un poco deformada, como un capricho. Los cuadros
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