Ecuador: ente terratenientes, militares y clérigos
Enviado por Mateo Córdova • 20 de Enero de 2024 • Ensayo • 1.769 Palabras (8 Páginas) • 106 Visitas
Proyecto Humanístico
Mateo Córdova
3ro BGU “B”
06/01/2024
Ecuador: entre terratenientes, militares y clérigos
Desde su independencia de España en 1830 hasta aproximadamente 1845, Ecuador como república experimentó una dinámica compleja entre los distintos poderes que constituían el estado en ese entonces. Varios de los desafíos a los que tuvo que enfrentarse Ecuador incluyeron la construcción de una identidad nacional, la definición de un modelo de estado y la articulación de los diversos intereses y actores sociales que conformaban la sociedad ecuatoriana. En este contexto de incertidumbre, se desarrolló un escenario político y social tenso, donde la lucha por consolidar la nueva república se entrelazó con la búsqueda de cohesión y dirección en un Ecuador recién independizado.
El proceso de centralización en Ecuador ha sido un tema de gran relevancia en la formación de la república, como señala Acosta (2006) La centralización económica, aunque ha contribuido a la cohesión nacional, también ha desencadenado conflictos de intereses, llenando este proceso de tensiones y desafíos. Por otra parte, Orellana (1947) destaca cómo la centralización política en Ecuador durante el siglo XIX conllevó varios desafíos significativos, mostrando que, si bien la centralización puede unificar a una nación, también puede generar tensiones y desafíos al favorecer ciertos intereses sobre otros. En este contexto, la concentración del poder entre ciertos grupos sociales y de recursos, especialmente entre grupos de terratenientes, contribuyó a la creación de desequilibrios notables, afectando la equidad en el acceso a oportunidades y recursos.
En el caso de Ecuador, durante estos primeros años de su existencia como república, enfrentó varias dificultades que afectaron su estabilidad política y económica. Debido a esto, se puede argumentar que la centralización del poder y la toma de decisiones podrían haber ayudado a promover una visión común y un sentido de pertenencia a nivel nacional. En contraste con esto, O'Connor y Erin (2018) afirman que para que surja una verdadera nación, la mayoría de miembros de los diversos grupos tendrían que desarrollar un sentido de pertenencia (…) entre ellos y con el Estado, los cuales son fundamentales, a pesar de su tamaño, desigualdades sociales y explotación. Dicho proceso, como se verá más adelante, tuvo consecuencias significativas en el creciente descontento dentro del país.
Esta situación provocó la marginación y la exclusión de ciertos grupos sociales, especialmente los indígenas, los afroecuatorianos y los campesinos, que no tenían voz ni voto en las decisiones que afectaban sus vidas. La centralización también generó conflictos regionales entre la costa y la sierra, que tenían intereses y necesidades distintas. Así, el Ecuador se convirtió en un país fragmentado y desigual, donde la mayoría de la población sufría de pobreza, analfabetismo y opresión. Por lo cual, podemos decir que es importante encontrar un equilibrio entre la centralización del poder y la participación de las comunidades locales y regionales en la toma de decisiones para garantizar una representación justa y equitativa de todas las voces y perspectivas en la política de Ecuador.
La intervención militar fue una característica distintiva en la administración del Estado ecuatoriano en sus primeros años. La presencia militar activa en asuntos
gubernamentales marcó una tendencia que influyó significativamente en la estabilidad política del país. Estos primeros años estuvieron marcados por la incertidumbre y la fragilidad institucional, lo que propició la intervención militar como medio para mantener o cambiar el rumbo político. Este escenario contribuyó a la inestabilidad y a la percepción de que la consolidación de un Estado funcional y democrático enfrentaba obstáculos significativos, especialmente en lo que respecta a la participación militar en la toma de decisiones políticas, para lo cual "se establecieron los tres poderes para su ejercicio: ejecutivo, legislativo y judicial. En ella, el sufragio era la herramienta para la elección de dignatarios." (Velasco Herrera, V. 2013)
El predominio de los golpes de estado y los conflictos internos obstaculizaron la consolidación de un estado funcional y democrático en Ecuador. La inestabilidad política derivada de los cambios bruscos en el liderazgo gubernamental afectó la capacidad del país para establecer instituciones sólidas y duraderas. Los golpes de estado, marcados por la intervención militar, crearon un clima de inseguridad y desconfianza en la efectividad del gobierno. Estos episodios frecuentes de inestabilidad política no solo pusieron en peligro la consolidación democrática, sino que también debilitaron la credibilidad de las instituciones gubernamentales, dificultando la construcción de un estado sólido y funcional.
Las fuerzas armadas jugaron un papel crucial en la defensa de los límites nacionales, enfrentándose a amenazas externas y participando en acciones militares para resolver disputas limítrofes. En un contexto donde las fronteras eran objeto de tensiones y disputas, las fuerzas armadas se convirtieron en actores determinantes para preservar la integridad territorial de Ecuador. Su participación activa en la defensa nacional y la resolución de conflictos limítrofes demostró la importancia estratégica de las fuerzas armadas en la protección de los intereses del país, parte de la política territorial fue que "A partir de 1845, se estableció un solo derecho de importación que debía llamarse "específico" y que debía ser cobrado en dinero, para lo cual se estableció un arancel. Con él, se impuso un sistema beneficioso para el comercio de importación. (...) Además, se suprimieron algunos derechos de exportación." (Velasco, V. 2013). Sin embargo, esto también planteó desafíos en términos de equilibrio entre el poder militar y el control civil en la gestión de asuntos políticos e internacionales.
La Iglesia desempeñó un papel significativo durante los primeros años de independencia en la toma de decisiones y políticas del estado, impulsando su dogma religioso en diversas esferas gubernamentales. La estrecha colaboración entre la Iglesia y el estado generó una influencia considerable en la configuración del nuevo orden republicano. Esta relación no solo se limitó a aspectos dogmáticos, sino que también se extendió a decisiones políticas de mayor envergadura. La influencia de la Iglesia en la esfera política contribuyó a la falta ya latente de equidad y tolerancia en la sociedad del nuevo estado, creando un entorno en el que los valores católicos guiaban las políticas gubernamentales.
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